martes, 9 de diciembre de 2014

El banquete del visón americano.

Según caminaba por el puente mirando a las orillas llamó mi atención un "bicho oscuro" con un montón de "algo rojo" a su lado; mi primera impresión, en la distancia, era que había algo muerto con las tripas fuera ya que no se movía pero, nada más lejos de la realidad, según me acercaba el "bicho oscuro" se convirtió en un visón americano y el "algo rojo" en restos de cangrejo.
El visón americano estaba comiendo, tranquilamente, un cangrejo americano y a su lado había unos cuantos restos de otros que ya se había comido.
Era curioso, dos especies invasoras, ambas americanas siendo una depredada por la otra y ambas introducidas en nuestro país con un mismo fin, el económico.
Una especie invasora es la que llega a un nuevo territorio, colonizándolo y criando en él. Por lo tanto alterará el ecosistema y provocará daños de diferente índole como el desplazamiento o reemplazamiento de especies autóctonas, ya que competirá con ellas por el mismo alimento, provocará riesgos para la salud humana o problemas para la agricultura.
Se provocará un impacto sobre los individuos autóctonos (visón americano sobre el visón europeo), genético (como la hibridación entre la malvasía canela sobre la malvasía cabeciblanca), sobre los ecosistemas (modificación del paisaje por parte del eucalipto) o sobre las poblaciones (cangrejo americano sobre el autóctono).
Por lo tanto tenemos que tener en cuenta que todas las especies invasoras son introducidas pero no todas las introducidas son invasoras. Para que una especie se considere invasora debe de asentarse y ser capaz de criar, es decir, se debe asentar y si entonces afecta a las especies autóctonas, se considerará invasora.
 
El visón terminó el cangrejo y rápidamente se volvió a meter en el agua. Atravesó el río hasta la orilla contraria, se introdujo en un cañaveral y, a los pocos segundos, un chapoteo indicaba que tenía otra presa. Salió de entre las cañas. Cruzó nuevamente el riachuelo con su presa cogida en la boca. Subió a la misma orilla y se dispuso a comer un nuevo cangrejo americano.
Tanto el cangrejo como el visón americano se introdujeron en España en los años 70 del s. XX. En 1973 se soltaron 100 kg de cangrejos en una finca de Badajoz, poco después se hizo lo mismo en las marismas del Guadalquivir, Valencia (1978) o el Delta del Ebro (1979). Su objetivo: el beneficio económico de su explotación comercial pero su expansión fue exponencial y a mediados de los años 80 se encontraba en gran parte del territorio peninsular.
Por el contrario, el visón americano, desde hace cientos de años ha sido atrapado para conseguir su preciada piel que se vendía para la realización de prendas de vestir. Dado su elevado valor económico a mediados del s.XIX en Estados Unidos se inició su cría en cautividad. La moda de los abrigos de piel, algo que no he entendido nunca y que no me gusta en absoluto, suponía un gran negocio a la vista, con lo que se abrió en 1925 la primera granja en Europa (Suecia) y en 1958 la primera en España (El Espinar (Segovia)).
El primer visón americano que se vio en libertad en nuestro país fue en 1978 pero, por desgracia, desde entonces, entre escapes y la irracionalidad de individuos descerebrados que estaban en contra de las granjas de visones y que podían haber protestado de forma legal; lo hicieron de una forma irracional soltando miles de ejemplares llegando a su extrema locura con la suelta de 30.000 ejemplares en 2005 y 20.000 en 2007 de una granja cercana a Santiago de Compostela.
De estos miles de ejemplares se consiguieron recoger bastantes pero quedaron muchos en libertad, lo cual, supuso un enorme problema para la población autóctona del visón europeo, de la rata de agua o de la nutria ya que el visón americano es tremendamente adaptable, come de todo, es muy agresivo y se reproduce sin dificultad.
La manera de comer del visón era la siguiente: subía con su presa hasta la orilla. Lo dejaba en el suelo y el cangrejo se revolvía abriendo sus pinzas hacia el visón que rápidamente daba un manotazo al cangrejo para girarlo y poner encima una mano, sujetándolo, para, acto seguido, con sus fuertes dientes levantar toda la cáscara del cangrejo como si de un descapotable se tratara y comer, solamente, el interior de esa parte. En ninguno de los cangrejos que cogió comió nada de las patas, ni de las pinzas, ni del abdomen; solamente la parte central del cangrejo, el cefalotórax.
Tanto el cangrejo como el visón americano están incluidos en el Catálogo Español de especies exóticas invasoras (Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre) por constituir una amenaza grave para las especies autóctonas. 
Estudios recientes demuestran que el único beneficio que ha supuesto la introducción del cangrejo americano para el medio ambiente ha sido el ser una importante fuente de alimentación para aves o mamíferos que han visto aumentar su población paulativamente.
El visón terminó su cangrejo y, nuevamente, volvió al río he hizo la misma operación. Cruzó hasta la otra orilla. Atrapó un cangrejo y volvió para comérselo haciendo exactamente la misma operación que con los anteriores. En una media hora se comió unos ocho cangrejos pero cuando terminó y decidió no seguir comiendo hizo algo que me sorprendió. Se acercó a unos restos de los cangrejos. Se tumbó encima y se restregó sobre ellos para luego levantarse y desaparecer por la orilla.
Cangrejo y visón americano, dos especies invasoras, dos grandes problemas provocados por la necedad y el ansia económica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario