domingo, 23 de abril de 2017

Gran variedad en Villafáfila.

La mañana se presentaba muy agradable. Hacía fresco pero se notaba que iba a calentar en condiciones, demasiado calor para estas fechas que da un color extraño al campo, parece que estuviéramos mucho más adelantados en el calendario pero no, estamos en abril y lo de “aguas mil”, de momento, ha pasado a la historia pero falta que hace ya que o llueve en las próximas semanas o el agua de las Lagunas de Villafáfila, este año, va a durar muy poco. Solamente tienen agua, aparte de las lagunas del Centro de Interpretación; la Laguna de San Pedro, la Salina Grande y la Laguna de Paneras, nada más, el resto está como un secarral.
En estas condiciones la variedad de especies que están en las lagunas es enorme y, de limícolas en particular, más todavía ya que tienen unas fantásticas condiciones de orillas enormes de limos para poder moverse y alimentarse. (Toda esta entrada se refiere a dos visitas en días seguidos)
La primera parada la hice en la laguna de San Pedro donde el día anterior me encontré con 36 espátulas que estaban en migración. No se habían visto la tarde anterior y a media mañana volaron de las lagunas. Las espátulas, ahora mismo, están en constante movimiento y este grupo seguramente había parado a descansar para proseguir su viaje al norte.
En estos grupos de espátulas, casi siempre, hay alguna anillada (algo que como sabéis me apasiona) que nos cuenta su historia y en este grupo había cuatro de las que solamente pude leer dos (las otras me quedaban más lejos y cuando lo intenté se marcharon). Uno de estos ejemplares con código NfGP/aNP fue anillado en Holanda el 11 de junio de 2015 por Leon Kelder y es la primera vez que se ve fuera de Holanda.
El otro ejemplar es todo un misterio. Estaba anillada con anilla de color y dígitos en la pata izquierda y anilla de metal en la derecha pero hay un problema ya que una cosa es lo que yo pude ver y otra es lo que diferentes expertos me comentan, me explico. El color de la anilla para mi era naranja pero me comentan que tenía que ser roja (seguramente estaría muy desgastada). Los dígitos que pude observar eran negros pero me dicen que tenían que ser blancos y estarían muy sucios o habrían perdido el color.…así es que no tengo ni idea de donde puede ser, si alguno sabéis algo, os agradecería la información.
Archibebe común.
La pequeña laguna de San Pedro estaba muy animada. Un buen número de especies se alimentaba tanto en sus orillas como en la propia laguna. La naturaleza es sabia y la evolución de miles de años ha hecho que entre tanta variedad de especies, en un lugar tan reducido, haya comida suficiente para todos.
La adaptación de sus picos y patas de diferentes formas y longitudes les permite comer a todos y no molestarse, aprovechando los recursos que les ofrece la laguna. Así, un buen grupo de más de cien pequeños limícolas, se movían incansables por una de sus orillas, entre ellos correlimos de Temminck, correlimos menudo, correlimos tridáctilo, correlimos zarapitín, chorlitejo grande, chorlitejo chico y correlimos comunes tenían una actividad frenética en busca de alimento. Junto a ellos algunos andarríos bastardo, andarríos chico y avefrías.
Archibebe oscuro.
En esta laguna había una pareja de archibebe claro y un precioso archibebe oscuro con un plumaje espectacular además de archibebes comunes, cigüeñuela común y avoceta común que veían pasar nadando tarro blanco, ánade friso, cuchara común, focha común, ánade azulón y una solitaria pareja de cerceta común que todavía aguanta en la laguna.
Garza real que parecía Gulliver junto a pagazas piconegras y ánade azulón.
Pagazas piconegras en plena faena...
También un buen grupo de pagazas piconegras volaban en un baile frenético y se posaban en una de las orillas donde se dedicaban a temas amatorios o, simplemente a descansar. Junto a ellas apareció un fumarel cariblanco y varios comunes que estuvieron un momento y desaparecieron.
Mientras me encontraba en la animada laguna llegaron procedentes de León dos familias de amantes de la naturaleza y excelentes pajareros: J. Alberto Fernández Ugarte, su hijo Iker, José Rey, su mujer y su hijo Martín con los que estuve el resto de la mañana disfrutando de la naturaleza además de su magnífica, agradable y sabia compañía.
Precioso aguilucho cenizo melánico con una gran reverberación
que aumentaba según pasaba la mañana.
Aguilucho cenizo, milano real y negro, aguilucho lagunero, cernícalo primilla, perdiz, búho campestre, abejarucos o un buen número de pequeños pajarillos como jilgueros o trigueros se movían por los agostados campos de nuestro alrededor hasta llegar a la Salina Grande donde pudimos añadir chorlitejo patinegro y combatiente; así como varias especies que pude ver el día anterior como aguja colinegra, gaviota cabecinegra, gaviota sombría o agachadiza común.
La Salina Grande está llena de vida. Sus grandes orillas son un hervidero de limícolas que se concentran en las zonas más alejadas donde había un bando de más de 400 ejemplares de imposible observación.
Cigüeñuela gigantesca en comparación con los pequeños
correlimos de Temminck.
La Casa del Parque fue nuestro siguiente punto de observación donde la estrella fue el correlimos de Temminck ya que pudimos ver y disfrutar de 8 ejemplares (a la vez) pero estoy seguro que había alguno más. Estos pequeños correlimos están regresando de sus lugares de invernada y han recalado en las lagunas durante algunos días para descansar y proseguir su viaje al norte de Europa.
Correlimos de Temminck y correlimos menudo.
Junto a ellos había un buen número de andarríos bastardos que se movían por las orillas de la laguna donde un precioso combatiente exhibía sus galas nupciales mientras algunos gansos empollaban en sus nidos, las fochas tenían sus combates como auténticos expertos en artes marciales o los porrones europeos y moñudos nadaban tranquilamente en la laguna.
Si en una de las lagunas eran los limícolas los que más nos llamaron la atención, en la otra fueron los fumareles comunes que nos mostraban su pericia y destreza a la hora de pasar en oleadas volando a ras de agua haciendo la siguiente operación: bajaban hasta la misma superficie, introducían y abrían el pico en el agua e iban unos metros con él abierto para capturar cualquier insecto que se pusiera en su camino. Espectaculares.
Fumarel común bajando a la superficie del agua.
Batalla de fochas.
Cigüeñuelas junto a un precioso combatiente con sus galas.
La agradable e intensa mañana terminaba con la sensación de una enorme variedad de especies pero con la preocupación de la escasez de agua.          

6 comentarios:

  1. Un placer conocerte y poder poner cara al elaborador de tan estupendo blog.

    Saludos José

    ResponderEliminar
  2. Igualmente. Ya era hora de que nos conociéramos. Un saludo y a ver si coincidimos pronto.

    ResponderEliminar
  3. envidia de dia! (8 temmmicks!! que barbaridad, record alli?)
    y ese arch oscuro cada vez mas escaso me temo.
    Saludis camperos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de los Temminck fue una pasada. Vimos 9 (8 en la casa del parque y 1 en San Pedro) pero, muy posiblemente, hubiera alguno más.
      Creo que no es un record. Para mi, personalmente si. Un saludo y gracias por el comentario.

      Eliminar
  4. Menuda sesión os pegasteis, que envidia. La primera foto es una chulada, me ha encantado. Un abrazo desde Cantabria.

    ResponderEliminar
  5. Ameno, interesante y completo resumen del estado de las lagunas de Villafáfila en este pobre primavera en lo que a precipitaciones y floración se refiere.
    Todos contentos si en muy cercanas fechas comenzase a caer el anasiado agua!
    Un saludo de 'Ojolince y Sra.'

    ResponderEliminar