Desde hace muchos años pasamos un fin de semana en
época de berrea en una casa rural de la Sierra de la Culebra; fin de semana que
aprovechamos al máximo, que disfrutamos del campo, de la tranquilidad y de la
maravillosa compañía de familia y amigos sin los cuales no sería lo mismo y
nada tendría sentido. El fin de semana ha sido intenso, muy intenso en
observaciones, hemos tenido variedad, cantidad, calidad y emoción.
La berrea es
intensidad, es emoción, son sensaciones que conforman un espectáculo sonoro y
visual que da igual cuántas veces lo hayas visto u oído, siempre impresiona. Es
un espectáculo inenarrable que hay que disfrutar con intensidad; desde la
misma casa hemos escuchado a los poderosos ciervos que berrean a los cuatro
vientos su fuerza y poderío; estábamos rodeados de machos que competían con un
sonido desgarrado para delimitar su territorio y asegurar sus conquistas. Los
ciervos buscarán grupos de hembras a las que puedan montar. Pasarán con ellas
entre cuatro y siete días, cubriéndolas hasta que, pasado ese tiempo, buscarán otro
grupo en el que hacer la misma operación.
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Las ciervas entran en celo... |
En esos días deberán defender "sus
conquistas" de todo aquel macho que intente arrebatárselas. Lo harán con
"berridos", miradas y midiéndose con el oponente y si los dos
calculan que están en igualdad de fuerzas se entablará una lucha épica en la
qué entrelazarán sus cuernas con tremendos choques y fuertes empujones hasta
que uno de ellos ceda y se vaya.
Una pelea en la Sierra de la Culebra nos es fácil
observar, no es común ver a dos grandes machos peleando por el favor de las
hembras, hemos tenido la inmensa suerte de poder ver una pelea en la que los
dos oponentes se empujaban febrilmente por echarse de “la tierra elegida”, se
separaban y arremetían uno contra otro con una fuerza descomunal que trataba de
expulsar al contrincante de la zona elegida por las hembras; un buen rato
estuvieron forcejeando hasta que uno de los oponentes, cansado y herido en su
orgullo dio media vuelta y salió corriendo en dirección contraria. Había
perdido y las hembras se quedarían con el gran vencedor…¿o no?
En muchas ocasiones sucede todo lo contrario, el
vencedor de la contienda no se lleva las hembras; estas se van con el perdedor.
Este hecho sucede porque el tamaño y la complejidad de la cornamenta de los
ciervos está directamente relacionada con su fertilidad, es decir, cuanto más
grande y ramificada sea la cornamenta más fértil es el ciervo y, además, las
hembras lo saben, con lo cual, elegirán al macho que más les convenga en
función de esa percepción. Por eso, en ocasiones, cuando dos machos están
pelando y la hembra se va con el perdedor, lo hace porque ella percibe que ese
macho perdedor es más fértil, por lo tanto, es el que le interesa para poder
conseguir su fin último, quedarse preñada. Ese macho habrá perdido porque está
más cansado o débil (los machos comen muy poco durante la berrea perdiendo
mucho peso y debilitándose) que el oponente pero, la hembra, se ha ido con él.
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...los machos las buscan, reúnen y controlan durante días... |
También hemos podido asistir a una monta de ciervos,
que se ve precedida de una persecución insistente del gran macho a una de las
hembras de su grupo que, tras dar unas vueltas o pequeños paseos, se quedará
quieta para que el gran ciervo se acerque, se suba y dé un fuerte empujón que
durará un segundo acompañado de un pequeño salto.
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...berrean, marcan sus territorios, defienden sus grupos de hembras... |
La berrea de este año está siendo bastante buena, Los
ciervos se siguen concentrando en determinadas zonas de la sierra en las que se
mueven las hembras, en esas zonas he tenido la sensación de ver buenos machos
pero no grandes machos que cada vez escasean más o se esconden mejor; me gustaría
recordar que en el año 2010 se produjo la gran muerte de ciervos en la sierra
provocada por la bacteria pasteurella (o eso dijeron), en ese año murieron
muchos ciervos jóvenes y de un año o menos que, quizás, fueran los grandes
machos de hoy en día, machos de entre cinco y ocho años que ahora podrían tener
veinte o veintidós puntas, esta, a lo mejor es una de las razones por las que
se ven menos grandes ciervos, además, murieron también muchas hembras lo cual
ha provocado una bajada en los nacimientos de nuevos ciervos que a fin de
cuentas también ha repercutido en la falta de grandes machos actualmente (evidentemente
desde mi apreciación personal).
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...a lo largo de la mañana se irán resguardando en los pinares... |
Hemos podido ver el ciclo completo de la vida de un
ciervo; primero la berrea, luego la monta, ciervos de este año, ciervos adultos
y ciervos muertos por el gran depredador natural que tienen, el lobo y muertos
por el superdepredador que les acecha en esta época, el hombre; ciervos muertos
que sirven de alimento a buitres, zorros, jabalís, cornejas o cuervos.
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...que los ven entrar cansados después de una larga noche... |
Los machos están cansados, renqueantes, lentos,
necesitan descansar, se tumban y berrean, caminan con la boca abierta y la
lengua fuera, es un tiempo duro en el cual su gran depredador está al acecho,
está cerca y aprovecha su oportunidad implacablemente; un descuido, una cojera,
un síntoma de debilidad es aprovechado por el lobo.
El lobo los sigue, los estudia y espera su momento.
Hemos visto varios lobos diferentes y a todos se les veía gordos, sus barrigas
estaban llenas, hay mucha comida ya sea por el ciervo cazado por ellos mismos o
por el ciervo cazado por el hombre que solamente quiere el trofeo, la cabeza es
lo único que le interesa, ese trofeo por el que ha pagado miles de euros, ese
trofeo junto al que se hacen fotos orgullosos ante la atenta y estupefacta
mirada de gente que va a disfrutar de los animales, a observarlos…
Sentimientos encontrados se han entrecruzado en muchos
momentos, el cazador que los quiere matar, nosotros que los queremos ver y, por
desgracia, los “observadores de berrea o los contadores de animales” que acuden
a la sierra solamente en estos días, son imprudentes e impresentables
cuando se meten en lugares que no se puede estar, no se ven ni más ni mejor a
los animales cuanto más cerca estés y además, se les molesta.
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...buscarán un lugar en el que descansar y pasar el día... |
Los lobos caminan despacio, observan, escuchan,
evalúan y actúan cuando lo requiere la ocasión, en esta época siempre hay una
oportunidad, un momento de debilidad o una carroña a la cual acercarse, carroña
en la que pudimos ver el comportamiento de más de ciento veinte buitres
leonados y diez negros que comían por jerarquía absoluta, unos comen y otros
esperan su momento sobre rocas, en el suelo entre los brezos o incluso subidos
a pinos o robles cercanos y, cuando han terminado los superiores, el resto se acerca febrilmente en un baile de saltos, alas entreabiertas y picotazos para terminar de comer el
cuerpo del gran ciervo que ha sido abatido por la bala de un cazador al cual
solamente le interesaba la gran cuerna de su cabeza.
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...pero seguirán berreando, el gran macho está ahí. |
Otra de nuestras observaciones fue un fugaz y posible
gato montés, digo fugaz porque nos cruzó por delante y digo posible porque
aunque su aspecto y cola parecían de un gran gato montés nunca se sabe sino lo
ves muy bien e incluso aun viéndolo.
Hemos visto varios jabalís, unos desde la misma
ventana de la casa mientras buscaban en el suelo y lo levantaban como pequeños
tractores arando la tierra o comían deliciosas manzanas que saboreaban
tranquilamente; otros, moverse por el campo en pequeños grupos en los que había
de todas las edades o incluso acercarse a la carroña del gran ciervo para
intentar sacar partido y tener que irse con el rabo levantado y el pelo erizado
tras el acoso de los buitres.
El fin de semana terminó con una impresionante luna
que dará paso a más emociones, momentos y vivencias que están por venir.