La naturaleza asombra y sorprende. Una mirada o una imagen pueden hacerte descubrir sensaciones, curiosidades o una belleza deslumbrante.
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lunes, 24 de diciembre de 2018
domingo, 23 de diciembre de 2018
Calendario NaturZamora 2019.
NaturZamora comenzó su segunda andadura en mayo de 2017. En
esta nueva etapa llena de ilusión y renovados bríos aboga por la creación de una
mayor concienciación medioambiental así como un mayor conocimiento y
sensibilización de nuestro entorno natural más cercano para así poder respetarlo.
"Estudio, defensa y divulgación de los valores naturales de la provincia de Zamora" |
• Estudio, defensa y conservación de la naturaleza.
• Divulgación y puesta en común técnica y científica
• Difusión de los conocimientos relacionados con el Medio Ambiente y en
particular del Medio Natural a todos los sectores de la sociedad.
• Ayudar y colaborar en problemas relacionados con la conservación de la
naturaleza y del medio ambiente en general, detectando abusos sobre lo que es
de todos, avisando y proponiendo alternativas desde el dialogo.
• Dar a conocer y haciendo partícipe a toda la sociedad de los valores
naturales de Zamora, incluidos los tan desconocidos de la propia capital”.
Esta asociación formada por naturalistas zamoranos en mayor medida, ha sacado, por segundo año consecutivo, un calendario colaborativo compuesto por fotografías de diferentes colaboradores y socios dedicado a las aves: “Especies de nuestros entornos urbanos zamoranos de las que podemos ver con cierta facilidad o que están pero se dejan ver poco”.
Además, este año, tiene una importante novedad ya que a cada ave que sale en su mes correspondiente se le añade un comentario explicativo elaborado por el coordinador de todo el proyecto: Alfonso Rodrigo con las magníficas fotografías de: José Barrueso, Cristina Miñambres, Juan José Gallego, Miguel R. Esteban, Manuel Segura, Tomás Sanz, Verónica Riego, Alfonso Rodrigo, José Javier Orduña, Carlos Ramírez, Hipólito Hernández, José Alfredo Hernández y Cucho Rodríguez.
Esta asociación formada por naturalistas zamoranos en mayor medida, ha sacado, por segundo año consecutivo, un calendario colaborativo compuesto por fotografías de diferentes colaboradores y socios dedicado a las aves: “Especies de nuestros entornos urbanos zamoranos de las que podemos ver con cierta facilidad o que están pero se dejan ver poco”.
Además, este año, tiene una importante novedad ya que a cada ave que sale en su mes correspondiente se le añade un comentario explicativo elaborado por el coordinador de todo el proyecto: Alfonso Rodrigo con las magníficas fotografías de: José Barrueso, Cristina Miñambres, Juan José Gallego, Miguel R. Esteban, Manuel Segura, Tomás Sanz, Verónica Riego, Alfonso Rodrigo, José Javier Orduña, Carlos Ramírez, Hipólito Hernández, José Alfredo Hernández y Cucho Rodríguez.
Magnífica iniciativa para poder colaborar con una
asociación zamorana que defiende nuestra tan maltrecha conciencia
medioambiental.
Más información pinchando aquí.
miércoles, 19 de diciembre de 2018
Martinetes invernantes en Zamora ciudad.
Desde hace varios años un tramo del río
Duero a su paso por la ciudad de Zamora se ha convertido en el lugar de
invernada para un grupo de martinetes que pasa en este lugar todo el invierno.
La más abundante es la garcilla bueyera que tiene un importante dormidero todo el año en una de las islas. La garza real es la siguiente en número de ejemplares con
una importante colonia de cría en una de sus islas.
El avetorillo es otro miembro de la
familia de las garzas que cría con regularidad en el río y, además, mantiene
también varios ejemplares invernantes que permanecen entorno a sus aguas.
La garza imperial es otro de los
miembros fijos de esta familia que todos los años cría en nuestro entorno
pudiéndose ver hasta bien entrado el otoño.
La garceta común y la garceta grande también se
pueden observar, en menor medida, pero de una forma más o menos regular.
El avetoro solamente lo he visto en una ocasión en el tramo urbano del río hace varios años (abril 2008; única vez que lo he visto en la provincia de Zamora); por el contrario, la garcilla cangrejera, nunca la he visto en este tramo ni tengo constancia de ello.
El martinete es un ave migratoria que
suele llegar a nuestra tierra proveniente de África a mediados del mes de marzo
para comenzar su época de cría y estar entre nosotros hasta el otoño que es
cuando regresaría a sus territorios africanos. Este sería el movimiento
habitual pero este grupo de martinetes de alrededor de 20-25 ejemplares ha
decidido permanecer en la ribera del Duero, a su paso por Zamora, todo el
periodo invernal.
El martinete es rechoncho, de cuello corto, fuerte
pico y hábitos nocturnos o crepusculares. Cuando los ves están
dormitando entre las ramas de los árboles de ribera donde permanecerán todo el
día a menos que alguien se acerque más de la cuenta y se levanten en un vuelo
que durará pocos minutos ya que, después de varias vueltas, volverán a posarse
en sus dormideros habituales para seguir descansando el resto de la jornada.
En esta mini colonia de martinetes
invernantes hay tanto adultos como jóvenes que se distinguen fácilmente por su
color grisáceo salpicado de manchitas blancas en su cuerpo.
Ahí permanecerán todo el invierno hasta
que comience la época de cría y se desplazarán a otra zona en la que comenzará
la construcción o acondicionamiento de sus nidos, también en el río Duero.
El martinete pertenece a la familia de
las garzas. Garzas que están muy bien representadas en el tramo urbano del río
Duero a su paso por Zamora.
Garcilla bueyera. |
Garza real. |
Avetorillo hembra. |
Avetorillo macho. |
Garza imperial. |
Garceta grande sobrevolando el río. |
El avetoro solamente lo he visto en una ocasión en el tramo urbano del río hace varios años (abril 2008; única vez que lo he visto en la provincia de Zamora); por el contrario, la garcilla cangrejera, nunca la he visto en este tramo ni tengo constancia de ello.
Familia de las garzas está muy bien
representada en el río Duero a su paso por Zamora y sorprende por su
variedad a más de un caminante cuando las ve en el río.
En "El censo de la población reproductora
e invernante de 2010-11", realizado por José Rafael Garrido, Blas Molina y Juan
Carlos del Moral se comenta: “Especie considerada estival hasta principios de
1990 (Bernis, 1966-1971; Díaz et al., 1996), desde entonces se ha constatado la
invernada regular y abundante en el valle del Guadalquivir y otros puntos más septentrionales,
llegando ya entonces a registrarse cifras en torno a los 1.400 ejemplares
(Sarasa et al., 1993)”.
En el mismo censo también se dice: “Las
recuperaciones de aves anilladas extranjeras indican que parte de las poblaciones
de toda Europa, incluidos países tan alejados como Rusia, invernan en
España, por donde también atraviesan las
poblaciones migratorias hacia cuarteles de invernada más alejados en África subsahariana (Díaz
et al., 1996; Serradilla et al., 2011). Los resultados de los censos de reproducción
(5.354 parejas, tabla 16) indican que sólo una pequeña fracción de la
población local inverna en España,
considerando los individuos reproductores, su productividad y los individuos
que no crían, más aún teniendo en cuenta la invernada de ejemplares procedentes
de Europa. En este sentido, el análisis de los movimientos de las aves
anilladas en España muestran que parte de las poblaciones de todo el país
migran hacia África subsahariana, un porcentaje de aves del interior
peninsular invernan en las marismas del Guadalquivir y que las del litoral mediterráneo tienden
a moverse por el mismo (Serradilla et al., 2011)”.
En este censo todavía no se tenía
constancia de la aparición de este grupo de invernada en este tramo del río
Duero, ni de ningún otro en Castilla y León. J. Alfredo Hernández, gran conocedor de la fauna zamorana y magnífico ornitólogo vio tres ejemplares en 1996 en la vecina localidad de Villaralbo y en 2006 un dormidero invernal en otro tramo del río en Zamora que no se volvió a ver en años sucesivos hasta que hace, relativamente poco tiempo, se detectó la aparición de este grupo de martinetes invernantes que continúa pasando el invierno en
una de las orillas del río Duero a su paso por Zamora ante la indiferencia de
los paseantes que ni siquiera sospechan de su presencia allí.
martes, 4 de diciembre de 2018
Historia, actualidad e importancia de las Lagunas de Villafáfila.
Apareció el agua y llegó la vida. Las lagunas de Villafáfila se han ido llenando de aves atraídas por el agua que se ha almacenado durante las últimas semanas. Nos encontramos en plena invernada y multitud de especies se dan cita en este enclave tan importante para las aves y para las gentes del lugar.
La historia de las lagunas de Villafáfila está llena de altibajos, llena de situaciones límites; es una historia que, quizás, mucha gente no conozca. Antes de comenzar me gustaría agradecer enormemente a J.M. San Román su inestimable ayuda para la realización de esta entrada. Historia que me gustaría recordar a grandes rasgos ya que para valorar y respetar algo hay que conocerlo primero.
La historia de las lagunas de Villafáfila está llena de altibajos, llena de situaciones límites; es una historia que, quizás, mucha gente no conozca. Antes de comenzar me gustaría agradecer enormemente a J.M. San Román su inestimable ayuda para la realización de esta entrada. Historia que me gustaría recordar a grandes rasgos ya que para valorar y respetar algo hay que conocerlo primero.
Algo que parece que todo el mundo sabe y no es así, es el
hecho de que las Lagunas de Villafáfila son de agua salada. Este hecho
provocado por el tipo de suelo ha propiciado desde la prehistoria la extracción
de sal que fue muy importante y codiciada ya que no había ningún otro lugar
cercano de extracción de este mineral, con lo que, a lo largo de la historia,
las salinas fueron controladas por señores poderosos (nobles o reyes) y la
Iglesia. Villafáfila aparece documentada por primera vez en el año 936 en
un escrito del monasterio de Sahagún tras la venta de unas salinas a dicho
monasterio. Las lagunas eran un centro de abastecimiento de sal y como tal
debían de ser protegidas y controladas ya que la sal era un bien de primera
necesidad.
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de
Valladolid ha confirmado, mediante el hallazgo de restos, diferentes explotaciones
de sal de la época prehistórica, de hace más de 4.000 años, lo que indica su
tremenda importancia.
Entre ellos, en muchas ocasiones, aparecen “infiltrados”
como los 8 ánsares caretos (6 adultos y 2 de primer invierno) que pude ver el pasado día 21 en compañía de un gran ornitólogo y amante de la naturaleza: J.A. Fernández Ugarte; un tarro canelo el día 14 de noviembre (descubierto ese mismo día por M. Rodríguez, J. Palacios, J. Morán y J.M. San
Román) y 2 barnaclas cariblancas que pudimos ver el día 25 J.A. Hernández,
J.Gallego y M. Martín; sin olvidarme del posible ánsar
chico de primer invierno del día 14.
También he podido descubrir el primer y único collar de la
temporada (hasta el momento): el VGU Anillado el 7-7-2017 en Noruega por Arne Follestad.
Ánsar que una semana antes se encontraba en Holanda, siendo esta su primera
observación en España.
A lo largo de la historia los humedales han tenido muy
mala fama ya que se les consideraba focos de infección y transmisión de
enfermedades; a estos humedales se les quiso eliminar y muchos de ellos fueron
desecados con el fin de ganar terrenos para la agricultura (algo que se
demostró que no era posible dadas sus condiciones especiales).
Las Lagunas de Villafáfila no fueron menos y también se
intentó su desecación. En 1969 se inició un proyecto para su eliminación
comenzando por la Laguna de Salinas. Se construyó un canal de drenaje y comenzó
su eliminación. En 1972 se paralizó el proyecto pero su decadencia era paulatina
e inexorable como recoge la prensa en el periódico El País del 5 de
mayo de 1983: “La continuidad de las lagunas de Villafáfila (Zamora),
consideradas como el biotopo más importante para la invernada de aves en el
noroeste español, está amenazada gravemente por la sequía, la progresiva
elevación del nivel del suelo por la acumulación de hierbajos y arenas, los
pesticidas arrojados en las tierras de labor cercanas y la proliferación en el
interior de la ciénaga de campos de cultivo, a pesar de que el terreno es de
mala calidad.
Desde hace años se detecta una disminución preocupante
del número de ánsares campestres, la especie más característica de la zona, que
pasan el invierno en las lagunas. Otro tanto ocurre con el ánsar común, el
rabudo, el cuchara, el silbón y la cerceta, aves que también se refugian en
Villafáfila durante los meses más fríos; mientras que las fochas y los
fumareles hace tres años que ya no aparecen en las lagunas, durante el estío,
por la falta de agua.
La falta de agua y la acumulación de materiales en el
fondo, con la consiguiente elevación del suelo y descenso de la profundidad,
son los peligros mayores”.
Las grullas siguen en importantes números para comienzos del mes de diciembre. Entre ellas he
podido ver tres anilladas, de las cuales he leído dos. Ambas procedentes de
Alemania. La BuBuY-WGW anillada el 9-7-2012 y la BuBuW-GYR anillada el
28-6-2007.
Los zarapitos reales han ido aumentando su número hasta
los 31 contados entre A. Rodrigo, J.A. Hernández, J. Gallego, M. Martín y yo el
pasado día 25 o el 3 de diciembre. Agujas colinegras, avocetas y hasta una hembra de sisón que he
podido ver en varias ocasiones y que se mueve entre ánsares y azulones, descansan
o se alimentan en el entorno de las lagunas.
Lagunas de las que se seguía tomando conciencia del
problema. El 17 de agosto de 1988 se publicó en el periódico ABC: “Tras
seis meses de silencio por parte de la Administración, desde que ABC se hiciera
eco de las denuncias sobre el estado deplorable en que se encontraban las
lagunas de Villafáfila, en Zamora, la Junta de Castilla y León ha decidido
tomar cartas en el asunto. El próximo lunes comenzarán las obras de
recuperación de este sistema lacustre con el objeto de remediar la desecación
de una de las mayores reservas de avutardas de Europa.”
Para más tarde decir: ”las obras previstas, que
cuentan con una inversión de treinta millones de pesetas, se pondrá fin a la
desecación progresiva del sistema lacustre y su irreversible desaparición”.
Estas obras consistirían en: ”La falta de
profundidad impedía la existencia de aves buceadoras, que ahora podrán habitar
allí, ya que se formarán dos lagunas con este fin dentro de la llamada Laguna
Grande. También se crearán islas de nidificación en ese mismo humedal y en las
lagunas Barillos, así como dos balsas de decantación donde se controlará el
nivel del agua. Además del drenaje de las lagunas, se realizarán tres muros de
contención y se reforzarán las orillas, con la construcción de pequeños diques
para impedir la salida del agua, cuyo nivel será elevado cuarenta centímetros”.
Los problemas eran visibles y, en teoría, se pondría una
solución pero en el mismo periódico el 18 de enero de 1992 se publica: “La
Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA), que agrupa a unas
150 asociaciones ecologistas españolas, ha denunciado a la Junta de Castilla y
León ante la Comisión de la CE por el progresivo deterioro y artificialización
de las Lagunas de Villafáfila”.
Barnacla cariblanca entre ánsares comunes. |
Observatorios desde los cuales pude ver un águila real que prospectaba la laguna en busca de alimento; cernícalos comunes que se exhibían cerniéndose y un aguilucho pálido sobrevolando las tierras mientras los aguiluchos laguneros se movían entre el agua y la tierra atentos a cualquier oportunidad provocando el pánico y, un enorme revuelo, entre las miles de aves que se encontraban en el agua.
Esta es una pequeña historia de las lagunas de Villafáfila que, desde que se detuvo su desecación, han tenido diferentes grados de protección: 1972 - Zona de caza controlada; 1986 - Reserva nacional de caza; 1987 - ZEPA (Zona de especial protección para las aves); 1989 - Humedal RAMSAR (Protección e importancia internacional del complejo lagunar); 1992 - LIC (Lugar de interés Comunitario); 1996 - Reserva regional de caza y 2006 - Reserva Natural.
Y aquí, en estas lagunas, es donde miles de aves eligen pasar lo más duro del invierno. Aves que vienen de lejos y se unen a las que nos acompañan durante todo el año. Un auténtico privilegio.
Esta es una pequeña historia de las lagunas de Villafáfila que, desde que se detuvo su desecación, han tenido diferentes grados de protección: 1972 - Zona de caza controlada; 1986 - Reserva nacional de caza; 1987 - ZEPA (Zona de especial protección para las aves); 1989 - Humedal RAMSAR (Protección e importancia internacional del complejo lagunar); 1992 - LIC (Lugar de interés Comunitario); 1996 - Reserva regional de caza y 2006 - Reserva Natural.
Y aquí, en estas lagunas, es donde miles de aves eligen pasar lo más duro del invierno. Aves que vienen de lejos y se unen a las que nos acompañan durante todo el año. Un auténtico privilegio.