En estos meses de confinamiento la naturaleza ha respirado. Hemos podido ver el cielo limpio, ha llovido como hacía años que no lo hacía, los pájaros han cantado exultantes, la fauna se ha liberado de la presión humana, la contaminación ha bajado a límites insospechados...
La pena es que, en cuanto se levanten todas las restricciones, volveremos a las andadas como si nada hubiera pasado. Volveremos a nuestra vida consumista y asfixiante para el medio ambiente.
Las lluvias de la primavera han hecho que algunas de las Lagunas de Villafáfila se encuentren, a
mediados de junio, con un aspecto inmejorable. La Salina Grande estará al 80%
de superficie inundada y al 40-50% de profundidad, presentando unas condiciones inmejorables para la cría de las especies
que han elegido estas lagunas para traer al mundo una nueva generación.
Las islas de la Salina Grande están llenas de vida. Las
pagazas piconegras han vuelto a criar con fuerza. La Reserva de Las Lagunas de
Villafáfila es un lugar de cría regular de esta especie (el más noroccidental
de la península ibérica) aunque en los últimos años, debido a la enorme sequía,
se habían tenido que trasladar en 2016 y 2017 hasta las balsas artificiales de
riego en Villalón y Herrín de Campos (Valladolid) y en 2019 hasta La Laguna de
Boada (Palencia).
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Pagaza piconegra sobrevolando la planicie en busca de alimento. |
Este año con las buenas condiciones han vuelto a criar en
Villafáfila. La colonia de pagazas piconegras está en plena ebullición.
Mientras un miembro de la pareja incuba o protege a sus pequeños pollos, el
otro sale a los campos cercanos en busca de comida. Patrulla la planicie hasta
que localiza una presa y se lanza al suelo en busca de cualquier saltamontes,
escarabajo o incluso topillo que pueda atrapar.
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Avocetas con sus pequeños pollos por la salina. |
Los pequeños pollos de las avocetas se mueven incansables en busca de alimento por las orillas de las islas y la
laguna mientras las gaviotas reidoras, defienden ferozmente a sus pollos de los
ataques de los aguiluchos laguneros, milanos negros o águilas calzadas que
buscan su oportunidad.
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Gaviota cabecinegra alimentando a sus pollos. |
Entre las gaviotas reidoras una pareja de
gaviota cabecinegra está sacando
a sus pollos adelante. Esta pareja constituye la cría más noroccidental de
esta especie en la península ibérica. Preciosas gaviotas que constituyen todo
un lujo para disfrutar.
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Gaviota cabecinegra. |
Hace años los tarros blancos eran muy complicados de ver
en las Lagunas de Villafáfila pero vinieron para quedarse y, después, criar (la primera cita
de reproducción en las lagunas fue en el año 2004). Huecos, agujeros, bodegas son
sitios ideales para que estos preciosos patos con pinta de ganso, saquen
adelante a sus pollos que los siguen fielmente por la laguna.
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Ánsar común. |
También una pequeña población de ánsar común cría en las lagunas.
Estos ánsares es probable que sean descendientes de los que fueron introducidos en la Casa del Parque en la década de 1990. Varias parejas, con los pollos muy crecidos, se
mueven por la fina capa de agua en grupos familiares.
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Cigüeñuelas en plena disputa. |
Las cigüeñuelas también crían en este humedal. Estas
preciosas y elegantes aves se encuentran en el proceso de incubación de sus
pequeños defendiendo sus territorios con valentía.
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Focha común alimentando a sus pequeño. |
La vida recorre las lagunas. Nuevas generaciones de
ánades azulones, frisos, avefrías, fochas comunes, porrones europeos e incluso
la posibilidad de que alguna pareja de aguja colinegra esté criando en la
salina (tendría que confirmarse. La primera cita confirmada de cría en la Reserva fue en 1997) se agolpan por emerger a la vida. Ante tanta
abundancia de crías también están los depredadores que tienen que sacar
adelante a sus proles. Cernícalos vulgares y primilla, mochuelos, aguiluchos
laguneros, milanos negros, búhos campestres, aguiluchos cenizos, águilas
calzadas y busardos ratoneros buscan una oportunidad para poder capturar alguna
presa. Sin olvidarnos de los oportunistas como grajillas, cuervos, cornejas o
urracas que saben sacar provecho de cualquier situación.
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Aguilucho cenizo. |
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Joven cernícalo vulgar. |
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Busardo ratonero. |
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Mochuelo. |
En el año 2014 se empezaron a poner cajas nido en la
reserva por parte de La Junta de Castilla y León (130 en 2014 y 100 en 2015) y Grefa (Grupo de
Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat que había puesto 20 anteriormente) hasta un total de 250 cajas
nido. Cajas nido que se implantaron con la idea fundamental de fomentar la cría
de determinadas aves que supusieran un beneficio para el control biológico de
los topillos. Estas cajas nido han sido un verdadero éxito para la cría de
especies como las grajillas, mochuelos, lechuzas y cernícalos.
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Jóvenes cernícalos vulgares a punto de volar. |
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Pareja de mochuelos. |
Pero Villafáfila es mucho más: terreras, codornices,
perdices, cigüeñas blancas, abejarucos, alondras, tarabillas, estorninos,
cogujadas, escribanos trigueros, abubillas, lavanderas blancas y boyeras, gorriones
comunes, chillones y molineros también tienen su lugar en este majestuoso
enclave. Así como patos cuchara, cercetas comunes, agujas colinegras, fumareles
comunes y algún cariblanco, espátulas o garcillas bueyeras sin olvidarnos de vencejos, golondrinas aviones y de las reinas de la estepa:
las avutardas y los cada vez mas escasos sisones y gangas ortegas.
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Abubilla cazando un saltamontes. |
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Zampullín chico. |
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Garcillas bueyeras. |
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Cualquier sitio es bueno para encontrar alimento. |
Vida. Vida es lo que destilan las lagunas. El agua atrae
a la vida y con agua en las lagunas la concentración de vida está asegurada. La
Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila es un enclave especial,
majestuoso y muy importante para miles de aves que viven o pasan por él a lo
largo del año. Cuidemoslo. Protejamoslo. Respetemoslo.
(Quiero agradecer enormemente a J.M. San Román su colaboración para poder realizar esta entrada. Gracias).