A finales del pasado mes de Junio se celebró en Portugal una competición de palomas mensajeras cuya salida era el Algarve (al sur) y su meta Oporto (al norte). 10.000 palomas mensajeras fueron soltadas en dicha carrera de velocidad para llegar hasta sus palomares en la zona de Oporto pero, una tormenta, hizo que unas 3.000 se perdieran y no llegaran a su destino.
Estas palomas mensajeras perdidas fueron apareciendo en diferentes puntos de Galicia, Asturias, Segovia y hasta tres en Teruel. Lugares en los que muchas de ellas fueron recogidas y posteriormente recuperadas por sus dueños portugueses. Hasta se emitieron comunicados de la policía informando de que si alguien recogía una de estas palomas lo comunicara para su recogida.
Una de estas palomas portuguesas apareció en Puebla de Sanabria el día 4 de julio. Nada mas verla sus anillas me llamaron la atención. Le hice una serie de fotografías para ver si podía leer el código completo. Se encontraba en perfectas condiciones, se alimentaba a la orilla del río y parecía en buen estado físico. Portaba una anilla negra y otra blanca en la pata derecha donde ponía que fue anillada en 2020 y anilla azul en la izquierda (en la que porta chips de identificación).
En ese momento no conocía la existencia de la carrera, de la que me enteré hace unos días cuando descubrí otra paloma mensajera, también en Puebla de Sanabria, pero esta de origen español con anilla amarilla procedente de la Federación Andaluza y anillada en 2019.
Las palomas mensajeras son verdaderos atletas de élite. Son entrenadas varias horas al día y llevan una alimentación y cuidados especiales que les hacen estar en perfecta forma física. Desde tiempos inmemoriales se conoce su importancia; son protagonistas de innumerables hechos históricos a lo largo de todos los tiempos.
El faraón Userkaf (2479-2471 a.c.) ya entrenaba a estas palomas. En Grecia se utilizaban con motivos militares pero también para anunciar el nombre del campeón olímpico a su ciudad de origen. Los romanos establecieron una enorme red de palomares móviles en sus ejércitos para comunicarse información acerca de avances, conquistas y batallas. Las civilizaciones china, fenicia o árabe las utilizaban también como importantísimos medios de comunicación rápida y efectiva entre sus ciudades y ejércitos, incluso en la Primera y Segunda Guerra Mundial se utilizaron miles de palomas mensajeras siendo algunas de ellas condecoradas con las más altas distinciones.
También se han utilizado como medio de comunicación entre ciudades a lo largo de la historia, incluso son el origen de la agencia de noticias Reuters (una de las más importantes en la actualidad) ya que Paul Julius Reuter en 1850 comenzó a mandar noticias entre Bruselas y Aquisgran mediante palomas mensajeras.
Actualmente las palomas mensajeras se utilizan para competiciones que van desde los 200 hasta los 1.300 km. Carreras deportivas que en Portugal son consideradas el segundo deporte nacional (después del fútbol). Carreras en las que las palomas mensajeras pueden alcanzar velocidades de 90 km/h y recorrer 1.000 km en un día; pero ¿Cómo se orientan? ¿Cómo son capaces de llegar a su destino?
Partamos de que las palomas mensajeras regresan a su palomar, es decir, no pueden ir de un punto a otro que no conozcan; se las suelta en un punto que no conocen pero su destino si, es el palomar en el que han sido criadas y alrededor del cual han sido entrenadas. Deben de buscar el camino de vuelta a casa.
Los científicos no son capaces de determinar con exactitud cómo se orientan estas palomas. Hay diferentes teorías que explican como lo hacen: “Ahora sabemos que cuando se trata de recorrer largas distancias, utilizan al Sol y al campo magnético de la Tierra como brújulas. Debido a la interacción fotoquímica que se da en la retina del ave con moléculas de los campos magnéticos, literalmente podrían ver el norte.
Cuando se trata de distancias cortas reconocen elementos del paisaje como edificios, carreteras o colores. Por si fuera poco, pueden utilizar a la atmósfera como un mapa de navegación.
Esto fue descubierto en 2013 por Hans Wallraff, del Instituto Max Planck para la Ornitología en Seewiesen, Alemania. Para ello sólo requieren captar los olores llevados por el aire, los cuales la paloma asocia con determinadas direcciones del viento; si un olor conocido es más intenso, sabe que va por buen camino. En cambio, si su sentido del olfato de ve dañado las palomas pierden el rastro y se extravían”. (Texto extraído de
muy interesante)
Por lo tanto existe una mezcla de elementos que las palomas mensajeras utilizan para poder orientarse en función de sus necesidades según la situación en la que se encuentren (distancia al palomar, día nublado o soleado,…): el olfato, reconocimiento de lugares cercanos, campo magnético de la Tierra y el sol. Estos son los mas aceptados pero el estudio de la capacidad de orientación de estas atletas ha evolucionado enormemente en los últimos años y seguramente lo seguirá haciendo en los próximos.
Dos palomas mensajeras que he podido ver en Puebla de Sanabria. Una portuguesa y otra española, de ambas comuniqué su avistamiento a sus respectivas federaciones nacionales, de la portuguesa no he tenido ninguna contestación y a la española solamente le interesaba si la había recogido. Dos preciosas palomas mensajeras que vuelan por tierras sanabresas.