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lunes, 19 de febrero de 2024

¡¡Avetoro en Zamora ciudad!!

Hay días en los que la naturaleza te regala observaciones mágicas, diferentes y muy especiales como la que he podido disfrutar esta misma tarde en la ribera del río Duero a su paso por Zamora ciudad en Olivares, ese lugar increíble que nos regala un sinfín de magníficas observaciones.
La tarde estaba muy agradable y el río bullía vida por los cuatro costados. Las ruidosas garzas reales entraban y salían de su colonia mientras los mosquiteros se movían sin descanso en busca de comida, los herrerillos adoptaban posturas de consumado equilibrista para alimentarse, los carboneros cantaban sin parar y los cormoranes emergían con alguna captura que tragaban con enorme rapidez y pericia.
Caminaba mientras el suave sol de la tarde iba cayendo lentamente en el horizonte cuando un señor me dijo: “Has visto los galápagos. Estaban ahí”. Nos asomamos y habían desaparecido. “Pues estaban ahí”. Decía mientras se alejaba. Un pájaro moscón se movía entre los carrizos como si de un experto minero se tratara entre galerías intrincadas cuando una cabeza vista durante un segundo hizo que mi cara reflejara sorpresa e incredulidad a partes iguales: “¿!Un avetoro!?”.
No podía ser. Me había parecido ver un avetoro. Había sido un segundo en el que un pico y parte de la cabeza se asomaron en el intrincado y espeso carrizal. ¿¿Un avetoro?? Resonaba en mi cabeza. Esa había sido mi impresión pero había sido tan fugaz y efímera que tenía que estar seguro de lo que allí había ya que es una zona en la que los avetorillos se mueven con asiduidad. Podía ser un avetorillo…o no…
Comencé a escrutar el carrizal en busca del fantasma que no conseguía ver. Al cabo de un rato comencé a escuchar como “algo” se movía entre los laberínticos carrizos. Se movía pero no veía nada de nada. Oía el movimiento que avanzaba en la espesura del carrizal. Seguía escuchando. Lo oía pero no lo veía. Me adelanté hasta una zona en la que el carrizo estaba tumbado. Me escondí detrás de un árbol. Esperé a ver si salía... y salió.
Un precioso y espectacular avetoro. Ave que se incluye en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro crítico” y “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Ave mítica. Un fantasma en el carrizal que ha sido considerada ave del año 2024 por SEO/BirdLife: “…es un buen representante del estado de los humedales donde habita. Su escaso número y su mimético plumaje pardo que la camufla perfectamente en los carrizales donde nidifica, la convierten en una de las aves más difíciles de observar de la fauna ibérica. ….Es una especie que refleja la mala situación en la que se encuentran las zonas húmedas. Concretamente el hábitat de los carrizales inundados, cada vez más escasos, motivo por el que el avetoro común presenta unas poblaciones alarmantes y nidifica en pocas localidades, aunque su área de distribución potencial es mucho mayor”.
“En nuestro 70 aniversario no podemos tener una especie más representativa de la mala gestión de los humedales en España. Esta especie de garza… tan poco conocida y criptica, evidencia muy bien que no estamos cumpliendo con el marco normativo para garantizar la conservación de estos ecosistemas esenciales para el avetoro y para nosotros”
(Asunción Ruiz, directiva ejecutiva de SEO/BirdLife. Más información pinchando aquí).
Allí estaba quieto. Inmóvil. Hierático. Perfectamente camuflado e integrado en su entorno. Mi cara era una mezcla de alegría, sorpresa, asombro y satisfacción. Pasados unos minutos se movió despacio, lentamente, con un cuidado infinito hasta unos carrizos altos y espesos para desaparecer como lo que es, un verdadero fantasma.

domingo, 18 de febrero de 2024

Históricos Temminck, flamencos y barnacla carinegra en Villafáfila.

Las Lagunas de Villafáfila están preciosas. El agua es vida y al agua acuden miles de aves como si fueran atraídas por un poderoso imán. Entre esas miles de aves que se mueven por las lagunas hay algunas muy especiales que llevan toda la invernada entre nosotros.
Por primera vez en la historia de Villafáfila cuatro correlimos de Temminck están completando toda la invernada (descubiertos por José Miguel San Román, Alfonso Rodrigo y José Javier Orduña el pasado mes de septiembre). Villafáfila es el principal punto de observación de estos pequeños correlimos en toda Castilla y León de forma regular año tras año, en paso, pero nunca se habían quedado a invernar.
Estos cuatro pequeños correlimos han encontrado un lugar idóneo para ellos en el que disponen de comida abundante y refugio. Se mueven constantemente en una zona encharcada en la que abundan los insectos e invertebrados que suponen su alimentación principal.
Este pequeño y elegante correlimos se reproduce cerca del Ártico e inverna en África Tropical; en la Península Ibérica suelen invernar en muy pocos números en zonas de Cádiz, Extremadura, Levante y delta del Ebro y, hasta este año, nunca lo habían hecho en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila.
Junto con estos pequeños correlimos de Temminck otras dos especies singulares están completando la invernada en las lagunas: dos flamencos y una barnacla carinegra.
Ver un flamenco no es nada habitual en las Lagunas de Villafáfila. Ver dos jóvenes flamencos descubiertos por Gary Losada el pasado mes de septiembre que llevan todo el invierno en las lagunas es todavía mucho más raro y excepcional. Hecho al igual que con los correlimos de Temminck es la primera vez que sucede.
Flamencos que se mueven constantemente en busca de alimento en la Salina Grande como gigantescos Gullivers en un mundo de Liliputienses correlimos, silbones, ánades rabudos o azulones. Flamencos a los que se le va vislumbrando un tono rosáceo por debajo de las alas según van pasando los meses.
El tercer invernante excepcional es una barnacla carinegra descubierta por José Javier Orduña que llegó entre los escasos ánsares comunes que se desplazaron hasta nuestra tierra y al igual que los temminck y los flamencos lleva todo el inverno en las lagunas.
Este pequeño y oscuro ganso proviene del ártico. De dos zonas concretas: del norte de Rusia la subespecie nominal bernicla y la hrota proveniente de Groenlandia y norte de Canadá.
Joven barnacla a la que según pasa el tiempo le ha ido apareciendo la mancha blanca en el cuello característica de su especie. Normalmente las barnaclas carinegras invernan en zonas de costa como en el cantábrico donde Santoña es el principal punto de su invernada y costa gallega. Con lo cual el hecho que esta joven barnacla permanezca todo el invierno en Villafáfila es bastante excepcional.
Tres especies que están completando toda la invernada en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila suponiendo un hecho histórico y sorprendente.

domingo, 4 de febrero de 2024

Perdices sorprendentes y mochuelos sorprendidos.

Curioso y sorprendente es el momento en el que en medio de una clase de 1º de la ESO un alumno me dice: ”¡Mira el tejado!”. Mi sorpresa se acompañó de un: “¡¿Pero qué hacen ahí?!”.
Allí estaban dos perdices en el tejado del colegio en mitad de la población de Toro. Sorprendente e inaudito a partes iguales y más si en el mismo tejado la pareja de mochuelos residentes las observaban tan atónitos y sorprendidos como lo hacíamos nosotros...
Las sorpresas no acabaron ahí ya que tras un paseo por el tejado una de las perdices se encaramó a lo más alto, se encampanó y se puso a cantar…. 
La naturaleza nuca deja de sorprendernos.