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sábado, 29 de octubre de 2011

“Viejo”.

Hace unos años vi un documental sobre el lobo ibérico titulado Las Montañas del lobo. Desde los capítulos de El Hombre y la Tierra no me había gustado tanto un documental sobre los lobos; lo busqué y lo conseguí. De vez en cuando lo veo y disfruto con sus magníficas imágenes, fotografía y su excelente montaje. Su director Joaquín Rodríguez Acha es uno de los directores de cine sobre naturaleza más prestigiosos del mundo.
Este fin de semana nos hemos acercado hasta Cañada Real, un modesto centro situado cerca del Escorial que, como ellos dicen, su idea básica es: “La presencia de especies salvajes protegidas o en peligro, en un parque zoológico o Centro de Naturaleza como es Cañada Real, permite, y es obligatorio por ley, el que “sirvan”, o cumplan un papel dentro del marco de la conservación de especies salvajes que viven en libertad, ayudando o sirviendo de cauce y vía para mejorar la situación de los ejemplares que podemos contemplar en libertad, aportando mejoras o soluciones para que las poblaciones de estas especies sean viables y sigamos disfrutando de ellas”.
Lobo macho adulto.
Sin entrar en disquisiciones de si los animales podrían estar mejor o peor en otro tipo de recintos, los lobos me impresionaron. No estaban en la naturaleza pero me impresionaron, sobre todo uno, un viejo lobo de 12 años que vimos apartado, tumbado, herido y humillado por la manada. Era Viejo, el lobo que guía al joven Lobo en el documental Las Montañas del Lobo.
Verlo herido y apartado me hizo pensar en lo duro que debe de ser para un lobo verse relegado al último escalafón de la manada. Siempre se habla de manadas y lobos alfa; pero nunca se habla de los lobos perdedores, los que se ven apartados de la manada ya sea por ser jóvenes, por viejos o por depuestos como líderes; y el documental lo hace.
Joven hembra alfa dominando a un macho mayor que ella.
Hace muchos años, muy cerca del pueblo de Villardeciervos, rondaba un lobo viejo, muy viejo decían los de la zona, que se acercaba demasiado al pueblo, a las basuras, no podía cazar bien y estaba en el final de su vida. Una noche lo vi. Lo hice desde la ventana del centro medioambiental al que había acudido con mis alumnos. Se acercó por la parte de atrás cruzando lentamente por el camino que se dirigía al pueblo. Nunca bajaría si no estuviera hambriento, muy hambriento. Meses después se dijo que lo habían matado de un tiro. A nadie le extrañó.
Los lobos de Cañada Real han participado en anuncios, películas y documentales.
Nunca había vuelto a ver un lobo tan viejo, hasta el sábado que vi a Viejo. En libertad un lobo raramente pasa de los 8 años, en cautividad pueden vivir alrededor de 14. La mirada de viejo era triste, cansada. Su cuidadora lo llamaba por su verdadero nombre para darle de comer mientras en la otra parte del recinto otro cuidador alimentaba al resto de la manada en la que primaba la jerarquía. No podía comer con ellos, no le dejarían. Viejo comió rápidamente y volvió a la cama que tenía apartada contra la valla en un extremo del recinto. Al cabo de un rato el macho alfa, que es su hermano, se tumbó muy cerca de él, quizás como señal de respeto o un resquicio de cariño hacia alguien que había compartido tantos años junto a él, aunque no lo creo, seguía marcando su dominio. 
Hembra que era uno de los cachorros que aparecían en la película "Entre Lobos".
Os recomiendo que veáis el documental, si lo podéis conseguir, hacedlo, si no, pinchad AQUÍ y lo podréis ver. No os defraudará.
(Todas las fotografías están tomadas en el centro Cañada Real. No subo ninguna fotografía de Viejo porque me parece de mal gusto hacerlo dado su aspecto herido) 

1 comentario:

  1. Esta muy bien el blog y el video. Como dices, tiene que ser duro verse solo, fuera de la manada,humillado y herido... y tambíén es duro saber que hay personas que se sienten asi ¿somos mejores que los animales? Creo que en muchas cosas no....

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