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lunes, 14 de noviembre de 2011

Los pájaros moscones de Los Tres Árboles

Los Tres Árboles es una zona de bosque que discurre junto al río Duero, en la que antiguamente había unos bañaderos y ahora es zona de paseo, ocio y deporte entre chopos, álamos, fresnos y algún solitario pino en los que viven innumerables pajarillos y aves acuáticas, sin olvidarnos de ratones, comadrejas e incluso nutrias.
Es, en esta zona, donde paseo muchos días o salgo a hacer un poco de deporte. En uno de esos paseos, me fijé en un nido abandonado de pájaro moscón que zarandeaba el viento con una fuerza que parecía fuese a salir volando de un momento a otro, pero allí seguía, aferrado al árbol en el que había sido construido, y decidí hacer esta entrada sobre este curioso pajarillo que me encanta observar a partir de marzo, que es cuando comienza la construcción de su obra maestra, el nido.
Macho de pájaro moscón trabajando en el nido
A lo largo del río, la pasada temporada de cría, observé 5 nidos de este pequeño pajarillo que es un arquitecto, albañil e ingeniero de primera ya que construye un nido trenzando fibras vegetales con una maestría, habilidad y gusto increíbles.
Allá por el mes de marzo los machos del pájaro moscón comienzan la ardua tarea de construirse su nidito de amor. Eligen una rama delgada de un chopo, álamo o fresno y comienzan a trenzar y trenzar fibras vegetales para ir construyendo un nido a modo de cesta.
Mientras el macho está tan ajetreado, la hembra se sitúa cerca del nido y observa, no a un sólo macho, sino que busca al macho que construya el que ella considera como el mejor nido; va de uno a otro sin perder detalle de las evoluciones en el nido que va surgiendo con los esfuerzos de los pequeños moscones. Cuando la hembra llega a un nido se acomoda en una rama cercana sin perder detalle; de vez en cuando se posa en el futuro nido y comprueba su elaboración de cerca.
Hembra observando la evolución del nido. Se sabe que es una hembra
por tener el antifaz más estrecho que los machos.
Mientras la hembra observa, los machos se esmeran en construir el mejor nido posible ya que si es del gusto de la hembra, habrán encontrado pareja si no, no criarán ese año y abandonarán el nido.
Macho construyendo el túnel de entrada al nido.
La temporada pasada comprobé cómo un macho estaba construyendo dos nidos a la vez, así tenía el doble de posibilidades de encontrar pareja y el doble de esfuerzo, ya que iba de uno a otro, en un ir y venir frenético entre los nidos y los carrizos de la orilla del río. Al final, tanto trabajo le valió la pena ya que en uno de los nidos, consiguió compañera, el otro lo abandonó.
Macho de moscón cogiendo material para construir el nido.
Cuando una hembra decide el nido que más le gusta, ayuda al macho a terminarlo, dándole los toques que ella considere necesarios y así acondicionarlo para empezar la cría de los futuros pájaros moscones. Lo dejará a su gusto y así comenzar la incubación que realizará ella sola. El macho no entrará, se limitará a llevarle comida hasta que nazcan los pequeños moscones.
Macho llevando comida a la hembra que incuba dentro.
Más o menos quince días de frenética ida y venida del moscón con amentos de chopos o inflorescencias de carrizos para que el nido quede perfecto y, os aseguro, que queda perfecto.
(No suelo grabar vídeos. Este es una excepción. Aquí os lo dejo. Está grabado en Los Tres Árboles la primavera pasada. Espero que os guste, aunque no sé por qué se ve así, se debería de ver mejor).

2 comentarios:

  1. Muy interesante, esta especie dicen que va en expansion.....yo intentare fijarme en sus nido para vee si doy con alguno....
    Saludos camperos!

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