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viernes, 11 de enero de 2013

El martín pescador en el río Duero a su paso por Zamora.

Cuando se habla de martines pescadores te los imaginas en un río de aguas claras y limpias, en un río de montaña con un paisaje idílico y bucólico. Siempre se ha dicho y escrito que un martín pescador necesita aguas como el cristal para poder capturar a sus presas. Esto es lo que se considera normal. Lo que los libros, reportajes y estudiosos nos dicen que sucede. Este es el comportamiento establecido y aceptado por todo el mundo para muchos animales como el martín pescador, la nutria; pero…¿realmente sucede así? ¿Estos animales están siempre en esos lugares y se comportan como creemos que lo hacen? La respuesta es que muchos si, pero hay otros, cada vez más, que se adaptan y no siguen los patrones establecidos o mejor dicho los patrones que nosotros creemos que deben de seguir porque los hemos establecido así.
Los animales tienen un enorme poder de adaptación al medio y siempre buscarán los lugares que les sean más favorables para sus intereses aunque nosotros creamos que es imposible que allí se encuentren o que sea lo que se considera establecido y aceptado por todos; nada más lejos de la realidad. Esto sucede con los martines pescadores que nos podemos encontrar en el río Duero a su paso por Zamora.
Todas las fotografías de esta entrada están realizadas la misma mañana.
Mañana fría, heladora y de una cerrada niebla.
En una mañana paseando por sus orillas puedes encontrarte con varios. Pasarán como una pequeña bala azul metálica a ras de agua y si tienes suerte y conoces la zona podrás verlos en sus perchas habituales, en sus posaderos ya sea para pescar o para descansar.
El otro día me encontré con un señor. Me vio que estaba preparado con cámara en mano. Esperando. Se acercó y me dijo: "Antes había allí cerca un martín pescador. ¡Más bonito!". A lo cual le contesté que era lo que estaba esperando, que viniera porque sabía que se posaría en una zona determinada y le quería hacer unas fotografías. El señor, muy amable, se quedó conmigo hasta que el martín pescador apareció. Justo donde debía de posarse. Justo donde se posa habitualmente. Después de hacerle unas fotografías y enseñárselas me preguntó: "¿por qué está aquí si debería de estar en un río de aguas claras y cristalinas?".
Lo esencial que busca un animal es alimento. Si hay alimento estará presente. Si le añades agua, cobijo y que lo dejen tranquilo todavía mejor. Si alguno de estos condicionantes es un poco complicado por estar muy cerca de la ciudad o en la ciudad misma, serán capaces de adaptarse y sobrevivir. Eso es lo que les pasa a los martines pescadores que se encuentran en pleno tramo urbano del río Duero a su paso por Zamora. Tienen alimento. Agua. Cobijo y tranquilidad. ¿Qué más necesitan? Todas sus necesidades están cubiertas así es que ¿por qué no vivir aquí?
Los he visto en Cabañales, Los Pelambres, Pinilla, Los Tres Árboles, Olivares y entre puentes, es decir, en todo el tramo urbano del río. Su azul metálico y naranja intenso destacan como una llama encendida en la noche. Su enorme pico a modo de lanza destaca sobremanera en su silueta y si tienes la suerte de verlos zambullirse observarás la enorme pericia que tienen. Fallan muy pocas veces.
Recuerdo desde niño las imágenes que aparecían en El Hombre y la Tierra. Serie que marcó varias generaciones y que nos hizo aprender a conocer, amar y respetar la naturaleza y verla de una manera que nadie podía imaginar. Pues bien, en uno de los capítulos se veía como los martines pescadores se zambullían en el agua como pequeños proyectiles y dentro del agua era fantástico verlos para los ojos de un niño pequeño que admiraba como se movían dentro del agua, parecía que nadasen volando; o como criaban a sus pequeños en un agujero hecho en un talud del río, o como un hermoso y espectacular gato montés cazaba a uno de ellos. Eran imágenes fascinantes para un niño que miraba con los ojos abiertos como platos y que se escapaba desde la cama, con mucho sigilo, para que su hermano pequeño no se despertara y esperaba ansioso, toda la semana, la llegada del viernes que era cuando emitían un nuevo capítulo de esa serie que mostraba la naturaleza de una manera fascinante y atrayente.
Desde esas imágenes he visto muchos martines pescadores en ríos de montaña de aguas claras y cristalinas como el Tera o el Truchas pero también en ríos de ciudad, de aguas más sucias como el que pude ver, no hace mucho, en el río Bernesga a su paso por León y, por supuesto, los del tramo urbano del río Duero a su paso por Zamora. 
Siempre me alegra verlo y, si es aquí, más todavía porque los paseos por el río, sin cruzarte con él o verlo posado no serían lo mismo. Sin su presencia, el río habría perdido a un habitante muy bello y especial. El martín pescador.  

4 comentarios:

  1. Me alegra saber que están presentes en el río Duero, pensando en lo que dices al principio de la entrada, que suelen vivir en ríos de aguas cristalinas, pero compruebo que saben adaptarse al medio. Buenas imágenes.
    Un saludo.

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  2. 'Ojolince y sra.' hemos tenido la oportunidad de corroborar lo que explicas en esta entrada pues, durante unas semanas, ha estado en un tramo del canal del Duero que frecuentamos, un martín pescador que, al parecer, no le preocupaba la casi inexitencia de posaderos junto al agua (hacía lances desde los árboles o las piedras del canal), ni tampoco el trasiego de paseantes, ni la turbidez del agua... o eso pudiera parecernos a nosotros. Por si se decidía quedarse, le colocamos unos palos a modo de posaderos en las orillas que frecuentaba pero, cual fue nuestra sorpresa que, al día siguiente de hacer tal cosa, no volvimos a verle hasta la fecha, sin explicación aparente.
    En fin, las aves son así de impredecibles.
    Un saludo amigo José y, como siempre, gracias por tu magistral clase sobre 'el martín'.

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    1. Volverá. Si tenía comida en la zona que dices, seguro que volverá a aparecer a menos que haya sufrido algún percance. Un saludo y muchas gracias.

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