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lunes, 13 de mayo de 2013

El charco de los correlimos de temminck.

La tarde estaba siendo un poco triste, las lagunas estaban como apagadas, parecía que las aves estuvieran escondidas pero, todo cambió, en un charco.
Un encharcamiento aislado, muy cerca de un camino secundario, llamó mi atención. Paré. Miré desde lejos y pensé: "Vaya. Ahí hay un buen grupo". Aparqué el coche. Monté el telescopio y pude comprobar que el grupo de limícolas era muy variado así es qué para allí que me fui andando con cautela. 
La cigüeñuela era como Gulliver en el país de Liliput.
Según me acercaba volví a montar el telescopio y ante mis ojos aparecieron correlimos comunes, tridáctilos y menudos, archibebe común y claro, combatiente, chorlitejo grande, andarríos chico, cigüeñuela y...un correlimos de temminck se posó muy cerca de uno de los grupos de correlimos comunes pero se levantó y se fue más allá.
Correlimos de temminck junto a algunos comunes.
Correlimos tridáctilos.
Lo seguí con la mirada y pude comprobar donde bajaba. Al acercarme me encontré con Miguel Ángel García Matellanes, gran conocedor de la fauna zamorana, que estaba viendo otra zona del mismo encharcamiento. Después de comentarle que había visto a un temminck ir hacia allí, nos pusimos a buscarlo y... uno, dos, tres cuatro y hasta cinco pequeños temminck fueron apareciendo detrás de las hierbas o de los terrones que salían del agua como verdaderas islas en un pequeño mar, de muy poca profundidad, en el que debían de abundar insectos, larvas o renacuajos dada la cantidad de habitantes que había en el encharcamiento moviéndose sin parar.
Pareja de correlimos de temminck.
Se movían inquietos de un lado para otro. Sin descanso. Picoteaban. Buscaban y pasaban entre sus compañeros de encharcamiento. Si pincháis aquí podréis ver a una pareja de estos pequeños correlimos de temminck en uno de los vídeos que realizó Miguel Ángel García Matellanes mientras los observábamos.
4 temminck.
La cigüeñuela "gigante" detrás de estos dos temminck.
El grupo de los 5 correlimos de temminck.
Este pequeño correlimos es un visitante ocasional en nuestro país durante las migraciones que realiza desde el norte de Euroasia hasta sus zonas de cría en África tropical (también cría en el sur de Asia, en la península Escandinava y a veces, en Escocia).
Pequeños temminck buscando comida.
Nuestra satisfacción era evidente. Nunca había visto ese número de pequeños temminck. Se movían inquietos pero tranquilos. No paraban un sólo instante y se fueron mezclando con los chorlitejos grandes y los correlimos comunes mientras alguna cigüeñuela pasaba cerca de ellos como un auténtico gigante o algún correlimos menudo pasaba rápidamente de un lugar a otro como si alguien lo persiguiese.
El encharcamiento ocasional y aislado nos había regalado una observación tremendamente gratificante de un buen número y variedad de limícolas. Los pequeños temminck, después de algo más de una hora y cuarto, se levantaron y se fueron definitivamente.
La naturaleza es así. Un pequeño charco o encharcamiento puede estar lleno de vida. La naturaleza nos sorprende y, quizás, por eso, nos engancha y nos atrae. 

2 comentarios:

  1. ¡Vaya con el charco!

    hay que ver que variedad. Nosotros también hemos detectado varios Temminckii

    Saludos

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  2. Muchas de tus crónicas tienen la suerte de cerrar con el lema: la naturaleza no deja de sorprendernos... Hoy nos muestras un ejemplo más de ello.
    Un saludo de 'ojolince y sra.'

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