Las riberas de Sayago están espectaculares en estos días. El
inicio de la primavera y la gran cantidad de agua han provocado una explosión
de color y vida en las riberas sayaguesas y es, en una de esas riberas, donde
comienza nuestro recorrido.
El sonido de las ranas era la música de fondo que tuvimos en
todo nuestro paseo. Un croar constante que no cejó en ningún momento acompañándonos a mi amigo Ernesto y a mi que teníamos un objetivo principal, ver los
galápagos que había en el entorno del pequeño riachuelo.
El galápago europeo comienza su actividad en primavera,
siendo abril y mayo una época muy buena para verlos y allí estábamos, recorriendo la preciosa ribera que nos recibió con el encuentro casual con una
garduña que huía escurridiza entre las encinas nada más percibirnos.
Pronto vimos el primer galápago y luego otro y otro,
así hasta la muy buena cifra de cuarenta y uno. Galápagos esquivos y
escurridizos que nos obligaban a descubrirlos de lejos y acercarnos con enorme
sigilo y escondiéndonos para poder fotografiarlos ya que al menor ruido se
lanzaban rápidamente al agua, a la protección del río.
El galápago europeo es de crecimiento muy lento, alcanzando
la madurez sexual muy tarde, así, los machos son fértiles a los doce o trece
años mientras las hembras todavía más tarde, casi a los veinte años lo cual
provoca que las hembras sean, normalmente, más grandes.
Tuvimos la inmensa suerte de presenciar una cópula que
comenzó con un movimiento extraño en el agua, seguido de un galápago que
intentaba subir a una roca pero llevaba otro agarrado, como una lapa, a su
caparazón. Se aferraba con las uñas a los bordes del caparazón de la hembra que
se sumergía y salía del agua como si se estuviese ahogando, se giraban,
asomaban, la hembra se agarraba a la roca y el macho no la soltaba ni un
segundo; así estuvieron unos minutos hasta que se sumergieron y no volvieron a
aparecer.
Tiempo después la hembra saldrá del agua, hará un agujero y
pondrá alrededor de dieciocho huevos que eclosionarán en dos meses. Este
proceso de puesta y el nacimiento de los pequeños galápagos es un periodo
crítico en la vida de las hembras y de las crías que pueden llegar a ser
predadas en más de un noventa por ciento, cifras enormes que suponen una gran perdida de
ejemplares.
El galápago europeo está catalogado como
"vulnerable" siendo "...el sur-oeste de Zamora y alguna zona del
norte, oeste de Salamanca y el sur de Ávila donde se presentan las mejores
poblaciones...El mayor número de ejemplares observados se presentan en el cuadrante
suroeste de Zamora y en el cuadrante noroeste de Salamanca. Cabe destacar
también un núcleo importante en al norte de Zamora y toda la franja oeste y sur
de Salamanca" (Extraído del magnífico trabajo: "Distribución y estado
de conservación de los galápagos autóctonos, Emys orbicularis y Mauremys
leprosa en Castilla y León". De Gonzalo Alarcos, Fabio Flechoso, Miguel
Lizana, Jaime Madrigal y Francisco Álvarez).
Los galápagos estaban sobre las rocas, termorregulándose al
agradable sol de la mañana y en cuanto nos detectaban se lanzaban al agua para
esconderse; así sucedió con uno de ellos que se lanzó y comenzó a bucear.
Se movía elegantemente, ágilmente se desplazaba bajo el agua
en busca de un cobijo, de un lugar en el que ocultarse. Sus patas se movían con
fuerza como remos submarinos que le llevaban hacia la protección de las plantas
que flotaban en la superficie.
Las poblaciones de galápagos van disminuyendo poco a poco.
Los científicos exponen diversas razones de esta decadencia. Entre ellas destacan
la destrucción de su hábitat, la introducción de especies exóticas y la
fragmentación de sus poblaciones.
Con respecto a la introducción de especies exóticas hay que
tener sentido común y saber que está prohibido soltar tortugas alóctonas, es
decir, de fuera de la península Ibérica, como son las tortugas de Florida,
tanto de orejas amarillas como de orejas rojas, que se han convertido en un
verdadero problema en determinadas zonas de nuestro país por las sueltas de
estos animales por parte de personas que se han cansado de ellas y las han
llevado a un río, charca o lago.
Estas tortugas de Florida son especies invasoras y muy
dañinas ya que se adaptan rápidamente y desplazan a los galápagos autóctonos,
el europeo y el leproso, al compartir alimento, territorio y zonas de
cría.
Cuando estás a gusto y disfrutas, el tiempo pasa volando, la
mañana se terminaba; teníamos que volver, había sido una gran mañana en un
entorno precioso en el que habíamos estado en el territorio de los galápagos
europeos, en una de las pocas zonas que van quedando con una excelente
población de estos hermosos animales.
Me ha sorpendido la existencia del galápago den Sayago.
ResponderEliminarEs una de sus mejores zonas de la provincia. Un saludo.
EliminarQue guapas fotos y que suerte disfrutar de estos galápagos.Aquí sin embargo ríos como el Nalón están colonizados por tortugas de orejas rojas y últimamente he podido ver hasta dos ejemplares de tortugas de vientre rojo en una zona de cría de zampullín común...una pena.
ResponderEliminarA esta zona voy con frecuencia y es una gozada, por suerte todavía y espero que nunca ocurra, las tortugas alóctonas no han llegado aquí. Gracias por el comentario y un saludo.
Eliminar¿podríais decirme si en El Bierzo (embalse de Bárcena) hay galápagos? Muchas gracias, un saludo
ResponderEliminarTambién me han dicho que en el embalse de San Vicente en la Cepeda (León), hay galápagos
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