Muchas veces la naturaleza te regala observaciones que uno no espera encontrar, que son fortuitas y, quizás por ello, las disfrutas todavía más. Así nos sucedió en una fría mañana en la que caminábamos por el campo cuando un movimiento extraño llamó nuestra atención, un lobo cruzó
un claro, caminaba despacio, entre las hierbas. Se paró y, en ese momento, nos
dimos cuenta de lo que pasaba.
Que importante es la educación
ambiental en relación al lobo. Que importante es quitarle ese sambenito de
animal malvado, cruel y feroz que desde pequeños nos hacen creer. Hay que
explicar a los niños lo que es un lobo, la realidad de un animal que nos teme,
que nos huye, simple y llanamente lo que es un lobo, sin aditivos.
Junto al lobo había un pequeño
cachorro de alrededor de dos meses que pedía comida al recién llegado. Le
estaba chupando el morro y esperaba mirándole con unos ojos suplicantes que
deseaban respuesta. Volvió a lamerle el morro y esperó. El adulto comenzó a
arquearse, agachó la cabeza y regurgitó una pasta digerida que el pequeño
comenzó a comer sin demora.
La escena era tierna, maravillosa y
llena de sentimiento. La loba había llegado después de la ronda nocturna en la
que seguramente hubieran cazado. Venía con una gran barriga que rápidamente
bajó al regurgitar a su pequeño. Una escena que es complicado de ver. Una
escena que me llena de alegría poder haber presenciado junto con mi buen amigo
J. Luis gran conocedor y amante del lobo pero, la mañana nos traería más
emociones.
Hace unos meses elaboré junto con mi
amigo Ernesto Hernández un proyecto sobre el lobo para desarrollarlo en el
Centro de Educación Ambiental de Villardeciervos (Zamora). Hasta allí fuimos
con nuestros alumnos y estuvimos una semana hablando del lobo pero hablando
“del lobo”; me explico, les contamos como es un lobo, como se comporta, como
vive, como caza, el problema con el hombre, la cultura lobera, el turismo
lobero, su mala prensa, sus presas, recorrimos su territorio buscando
rastros…Hablamos de todo acerca de este maravilloso animal; no nos centramos en
“lo malo que es”, “el daño que hace”, “lo bueno que es” o "que nunca tiene
culpa de nada"; quisimos que tuvieran una idea general de su vida y sus
problemas.
El pequeño cachorro terminó de comer
y comenzó a jugar. Corría por el claro persiguiendo saltamontes con su trote
divertido y a veces torpón de un cachorro. Aparecía y desaparecía entre las
escobas persiguiendo a la loba que jugaba con él como si de un cachorrito se
tratara. Se perseguían contentos por la pradera, disfrutando del sol de la
mañana.
La ternura de la loba era
maravillosa; jugaba con él, le daba suavemente con la mano, se dejaba morder
las patas. Era su cachorro y el aprendizaje de un lobo comienza con el juego.
El lobezno se movía contento entre
las hierbas. Tranquilo. Confiado. Alegre. Desde muy pequeños los lobos mueven a
sus cachorros, poco a poco les van enseñando su territorio, van reconociendo
sus dominios, primero junto a los adultos y después en solitario. El lobezno
seguía jugando y corriendo por la pradera en la que varios lobos se movieron a
su alrededor; según avanzaba la mañana iban llegando más lobos de sus correrías
nocturnas aunque, junto a los cachorros, había permanecido un lobo subadulto
que ejercía sus funciones de niñera, de guardián; lobo que vigilará a los
pequeños mientras los demás estén fuera, los controlará y los tendrá escondidos
hasta que, por la mañana, lleguen los demás miembros de la manada. Será su
cuidador. Función que ejercerán, normalmente, los lobos subadultos que se irán
turnando en el cuidado de los pequeños para que siempre estén a salvo.
Todos los lobos del grupo traerán comida.
Todos cuidarán a los pequeños y todos harán lo posible para que salgan
adelante; si, por cualquier motivo, la loba muriese antes de destetarlos otra
ocuparía su lugar encargándose de cuidar y alimentar a los lobeznos hasta que
pudieran comer carne, entonces, el resto del grupo comenzará a alimentarlos
como hizo la loba que pudimos observar en la soleada mañana.
Después de una semana con nuestros
alumnos contándoles lo que es el lobo pudimos ver un cambio en su apreciación
acerca de él. Pasaron de verlo como el malo de los cuentos, como un animal
terrorífico a verlo como un animal, con sus cosas buenas y con sus problemas,
se llevaron una idea general de su vida, de sus movimientos, de su manera de
actuar.
Necesitamos desmitificar a un animal estigmatizado a lo largo de los siglos, un animal que hay que verlo como un animal magnífico, como un animal único de nuestra fauna, como una oportunidad no como un problema, como una maravilla no como una desgracia pero para conseguirlo debemos de cambiar nuestra mentalidad y son los niños, los que deben de empezar a tener esa nueva mentalidad pero, para conseguirlo debemos de enseñarles una nueva visión más realista de este fantástico y magnífico animal, el lobo, una riqueza de nuestra fauna. El camino es largo pero apasionante.
Necesitamos desmitificar a un animal estigmatizado a lo largo de los siglos, un animal que hay que verlo como un animal magnífico, como un animal único de nuestra fauna, como una oportunidad no como un problema, como una maravilla no como una desgracia pero para conseguirlo debemos de cambiar nuestra mentalidad y son los niños, los que deben de empezar a tener esa nueva mentalidad pero, para conseguirlo debemos de enseñarles una nueva visión más realista de este fantástico y magnífico animal, el lobo, una riqueza de nuestra fauna. El camino es largo pero apasionante.
Una auténtica gozada poder contemplar esos momentos íntimos de la vida del lobo, y poder percibir en directo la ternura que trasmite la loba cuidando de sus cachorros.
ResponderEliminarUn saludo
Alfredo
Hola Alfredo. Una gozada te lo aseguro. Las lobas son tremendamente tiernas con sus pequeños, a mucha gente le sorprendería su comportamiento. Un saludo y gracias.
EliminarFantasticas fotos y maravilloso encuentro...como bien dices la educación es la base de todo.
ResponderEliminarHola Xurde. Un encuentro muy difícil de olvidar y ojalá consigamos que la educación ambiental se vaya recuperando. Un saludo.
EliminarVaya gozada de avistamiento. El último párrafo es para enmarcarlo sin desmerecer ni un ápice el texto anterior. Saludos
ResponderEliminarGracias Carlos. Cada encuentro con el lobo es diferente pero hay algunos que, además, son únicos. Un saludo.
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