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sábado, 26 de diciembre de 2015

Por San Blas la cigüeña…ya estará aquí.

La cigüeña blanca es una de las aves más conocidas y admiradas desde tiempos inmemoriales. Está asociada al hombre y forma parte de la cultura popular en refranes y costumbres. Todos hemos oído el famoso refrán: "Por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres, año de nieves"; refrán que mi abuela llevaba a rajatabla y si se acercaba esa fecha y las cigüeñas de la cercana iglesia de Santa Lucía no aparecían, comenzaba a preocuparse, pensaba que si no venían, sería signo de mala suerte; cuando aparecían y se aposentaban en la torre de la iglesia se quedaba más tranquila.
Hasta hace pocos años las cigüeñas acudían desde África a nuestros campanarios, torres o chimeneas en esa época para quedarse los siguientes ocho o nueve meses pero esto ha cambiado. Si hoy en día paseas por el casco antiguo de Zamora a partir del atardecer podrás ver los tejados de algunas iglesias o palacios repletos de estos visitantes excepcionales que se agrupan para dormir en lo alto de tan insignes edificios.
Al atardecer, entre la niebla zamorana, las cigüeñas
se posan en sus ilustres dormideros.
Estamos en Navidad. Las cigüeñas blancas no deberían
de estar aquí pero ahí están.
De las 7.500 cigüeñas que pasaban el invierno en España en 1994 se pasó a las 31.000 que lo hicieron en 2004 y, actualmente, esa cifra, con toda probabilidad, ha aumentado. Ahora, muchas de estas cigüeñas blancas, no se van. Permanecen en nuestra tierra y se mueven en recorridos cortos dentro de la península ibérica ya que disponen de comida fácil, cómoda y abundante en los vertederos como es el caso de las cigüeñas de la ciudad de Zamora que todas las mañanas alrededor de las once se van levantando y yendo en pequeños grupos hasta las instalaciones del Centro de Residuos Urbanos de Zamora, donde pasarán comiendo gran parte del día hasta las cinco aproximadamente, hora en la que volverán a la ciudad como si fuesen oleadas de aviones para distribuirse por todas las torres o tejados de antiguos palacios donde tienen sus dormideros o incluso en algunos nidos que ya ocupan.
Cigüeñas blancas llegando al vertedero...
...en el que se moverán en busca de comida.
Esta facilidad de acceso a la comida y el considerable aumento de las temperaturas (este año 2015 es el cuarto más caluroso de la historia desde que se tienen registros) hace que estas “antiguas” aves migratorias se encuentren en la situación de no tener que migrar, no tener que moverse del mismo lugar en todo el año.
La provincia de Zamora, según el último censo oficial (2004) cuenta con 1.581 parejas de las 33.217 que hay en España, siendo las seis provincias españolas con mayor número de parejas: Cáceres (7.035), Badajoz (4.155), León (2.799), Salamanca (2.627), Segovia (1.582) y Zamora (1.581).
La cigüeña blanca ha estado ligada a los bebés y a la fertilidad desde tiempos inmemoriales pero fue Hans Cristian Andersen el que en su famoso cuento, "la cigüeña", nos cuenta que las cigüeñas son las que traen a los bebés pero, en la ciudad de Dresde (Alemania), hay una fuente en la que aparece una cigüeña desde 1461 y, se dice, desde entonces, que si las mujeres beben agua de allí serán más fértiles.
Cigüeñas blancas descansando en una laguna al lado del vertedero.
Todo está cambiando. Las aves del norte no bajan hasta nuestra tierra; cada vez se ven más aves del sur; las aves cada vez migran menos; cada año la invernada es más floja…si alguien todavía dice que el hombre no ha influido en la naturaleza o que el cambio climático no afecta a las aves es que es un ignorante, está ciego o no quiere reconocerlo. En los últimos cien años el hombre ha influido más en el medio ambiente que en miles de años anteriores, lo que antes sucedía en miles de años ahora está sucediendo en menos de cien, con consecuencias que son perfectamente visibles, graves y preocupantes.
Esta imagen está tomada a principios de septiembre pero,
actualmente, sucede lo mismo cualquier tarde entre
la niebla zamorana.
Aparte de las cigüeñas blancas que duermen en Zamora,
muchas otras tienen su dormidero junto al vertedero,
en las encinas de una dehesa cercana.
El vertedero al que acuden las cigüeñas es un verdadero hervidero; cientos de cigüeñas pasan gran parte del día rebuscando entre la basura en un trajín constante entre los desperdicios. Las cigüeñas no están solas, gaviotas sombrías y reidoras e incluso alguna patiamarilla las acompañan en la búsqueda; garzas reales, grajillas, garcillas bueyeras, lavanderas blancas, estorninos negros y pintos, gorriones o milanos negros y reales patrullan las montañas de desperdicios en busca de algo que llevarse al pico. Todos buscan comida. Para todos hay. Todos consiguen comida de una manera fácil. No les hace falta buscar demasiado. La comida está allí o llega constantemente en grandes camiones que descargan enormes cantidades de basura.
Un gran número de cigüeñas blancas están aquí, no se van, no migran, cualquier día que paseéis por el casco antiguo de Zamora las podéis ver, aun siendo veintiséis de diciembre, algo verdaderamente impensable hace menos de veinte años…

6 comentarios:

  1. Muy buena entrada, Pepe.
    Da gusto leerte, y a la vez, tristeza, de ver cómo desparecen nuestras invernantes.
    Una pena...

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    1. Hola Miguel. Muchas gracias. El cambio climático afecta de especial forma a las aves, cada vez hay más y más ejemplos. Un saludo.

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  2. El fenómeno de las cigüeñas, que tan bien describes, es un efecto más del problema de fondo: como está cambiando y porqué, el medio ambiente y en lo concreto, el clima, a nivel global. El motivo, ya lo condensas en tu frase:... En los últimos cien años el hombre ha influido más en el medio ambiente que en miles de años anteriores.
    Veremos si el propio hombre es capaz de revertir esta tendencia.
    !! Que tengas unas felices fiestas !!.

    Alfredo

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    1. Hola Alfredo. Que difícil es poner de acuerdo a todo el mundo acerca de la importancia que tiene luchar contra el cambio climático; difícil pero absolutamente imprescindible o lo lamentaremos. Un saludo y pasarlo bien.

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  3. Y que me dices de las que anidan en la costa de Cantabria, hace pocos años fueron noticia porque empezaron a criar aquí, pero ahora la noticia es que muchas se quedan todo el año aquí, me lo cuentan hace veinte años y no me lo creó.
    Buen reportaje,como de costumbre, un fuerte abrazo.

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    1. Hola Germán. Lo que hace veinte años era una anomalía se está convirtiendo en normal y lo que nos queda...Un saludo.

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