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lunes, 29 de enero de 2018

El zorzal real.

Hacía varios días que Cristian Osorio había descubierto un grupo de zorzales reales al final del bosque de Valorio, ese bosque tan querido por los zamoranos (si queréis saber algo más de él pinchar aquí). Cuando tuve la oportunidad me dirigí hasta el lugar en compañía de mi amigo, gran fotógrafo y amante de la naturaleza, Fernando García. Llegamos y nos pusimos manos a la obra, había que buscarlos.
El zorzal real llega hasta la península ibérica en el invierno, procedente del norte de Europa (Península Escandinava y Rusia) donde la crudeza del invierno le hace bajar hasta nuestras latitudes.
Agradezco enormemente a Manuel Segura cederme algunas de sus
magníficas fotografías de zorzal real para ilustrar esta entrada.
La mañana estaba agradable, no hacía viento y el frío no se dejaba notar. Comenzamos a escrudiñar el prado en el que debían de encontrarse. En él: urracas, grajillas, cornejas, algún cuervo y estorninos negros y pintos se alimentaban sin descanso mientras un alcaudón real observaba desde su atalaya esperando una oportunidad; una perdiz cantaba al viento, un pito real emitía su característico sonido y varias parejas de tarabillas se perseguían de arbusto en arbusto mientras algunos milanos reales no perdían detalle de todo lo que sucedía en el prado.
No aparecían. Buscamos hasta que, pasados unos minutos, un precioso zorzal real apareció tras una depresión del terreno. Allí estaban.
Es muy raro ver un zorzal real tan próximo a la ciudad, es más, J. Alfredo Hernández (quizás el mejor conocedor del bosque de Valorio) confirmó que era la especie número 151 para el bosque.
Comenzaron a aparecer. Estaban ocultos en varias pequeñas vaguadas. 1,2 3…hasta 37 pudimos contar pero había más. Un tiro en la ladera cercana fue como un resorte que los levantó y pudimos ver que había alrededor de 50 ejemplares, poco tiempo después J. Alfredo y Maribel contaron 56.
El zorzal real es un ave preciosa, elegante y espectacular que, normalmente, no tenemos la oportunidad de poder ver y disfrutar. Algo que Fernando y yo hicimos durante los siguientes minutos viendo sus evoluciones cuando se volvieron a posar, lástima que un poco más lejos.
Se posaron en diferentes arbustos, ocultos. Son aves tímidas y huidizas que siempre están alerta, en ello les va la vida ya que son aves que se cazan tanto en España como en Europa.
Las rutas de entrada en la península ibérica son dos: a través del País Vasco y Navarra o por la costa del mediterráneo. Seguramente los que llegan hasta aquí vengan por la ruta vasco-navarra.
Cuando se tranquilizaron bajaron nuevamente al suelo y comenzaron a comer. Cogían lombrices de una forma que me recordaba a los gatos monteses o a los lobos cazando topillos en cualquier pradera de montaña. Se quedaban quietos. Se tensaban y se lanzaban en picado en busca de la lombriz o gusanillo que sacaban colgando en el pico para comérselo inmediatamente.
Dentro del grupo se diferenciaban perfectamente dos tipos. Había ejemplares con el pecho blanquecino y otros, en cambio, tenían el pecho rojizo y espectacular. Los primeros eran jóvenes y los segundos adultos, a más rojizo más edad.
Entre los zorzales reales había otros zorzales infiltrados. Varios zorzales charlos y comunes comían junto a ellos.
El zorzal charlo es el más grande de nuestros zorzales, seguido del zorzal real, el zorzal común y, por último el alirrojo. Los cuatro se han visto en el bosque de Valorio.
Zorzal charlo.
Zorzal común.
Zorzal alirrojo.
Estuvimos varios minutos y continuaron guardando las distancias; se alimentaban y se erguían, estaban en alerta. Un nuevo tiro resonó en la ladera pero esta vez no volaron sino que se agacharon. Se pegaron al suelo como si intuyeran que el tiro no era para ellos sino que venía de la lejanía y sólo debían de ocultarse.
Vimos tres especies de zorzales juntos. Sería increíble poder verlos a los cuatro a la vez, en el mismo lugar y más, en un lugar tan emblemático y querido para todos los zamoranos.

lunes, 22 de enero de 2018

Las cigüeñas de Zamora I

La cigüeña blanca es una de las aves más conocidas y admiradas desde tiempos inmemoriales. Está asociada al hombre y forma parte de la cultura popular en refranes y costumbres. Todos hemos oído el famoso refrán: "Por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres, año de nieves"; refrán que mi abuela llevaba a rajatabla y si se acercaba esa fecha y las cigüeñas de la cercana iglesia de Santa Lucía no aparecían, comenzaba a preocuparse, pensaba que si no venían, sería signo de mala suerte; cuando aparecían y se aposentaban en la torre de la iglesia se quedaba más tranquila.
Hasta hace pocos años las cigüeñas acudían desde África a nuestros campanarios, torres o chimeneas  para quedarse los siguientes ocho o nueve meses pero esto ha cambiado. Si hoy en día, en invierno, paseas por el casco antiguo de Zamora a partir del atardecer podrás ver los tejados de algunas iglesias, la catedral o palacios repletos de estos visitantes excepcionales que se agrupan para dormir en lo alto de tan insignes edificios.
De las 7.500 cigüeñas que pasaban el invierno en España en 1994 se pasó a las 31.000 que lo hicieron en 2004 y, actualmente, esa cifra, con toda probabilidad, ha aumentado bastante. Ahora, muchas de estas cigüeñas blancas, no se van. Permanecen en nuestra tierra y se mueven en recorridos cortos ya que disponen de comida fácil, cómoda y abundante en los vertederos; como es el caso de las cigüeñas de la ciudad de Zamora que todas las mañanas se van levantando y yendo en pequeños grupos hasta las instalaciones del Centro de Residuos Urbanos de Zamora, donde pasarán comiendo gran parte del día hasta el anochecer, hora en la que volverán a la ciudad como si fuesen oleadas de aviones para distribuirse por todas las torres o tejados de antiguos palacios donde tienen sus dormideros o incluso en algunos nidos que ya ocupan.
Esta facilidad de acceso a la comida y el considerable aumento de las temperaturas hace que muchas de estas “antiguas” aves migratorias se encuentren en la situación de no tener que migrar, no tener que moverse del mismo lugar en todo el año.
Todo está cambiando. Las aves del norte no bajan hasta nuestra tierra; cada vez se ven más aves del sur; las aves cada vez migran menos; cada año la invernada es más floja…si alguien todavía dice que el hombre no ha influido en la naturaleza o que el cambio climático no afecta a las aves es que es un ignorante, está ciego o no quiere reconocerlo. En los últimos cien años el hombre ha influido más en el medio ambiente que en miles de años anteriores, lo que antes sucedía en miles de años ahora está sucediendo en menos de cien, con consecuencias que son perfectamente visibles, graves y preocupantes.
El vertedero al que acuden las cigüeñas es un verdadero hervidero; cientos de cigüeñas pasan gran parte del día rebuscando entre la basura en un trajín constante entre los desperdicios. Todas buscan comida. Para todas hay. Todas consiguen comida de una manera fácil. No les hace falta buscar demasiado. La comida está allí o llega constantemente en grandes camiones que descargan enormes cantidades de basura.
Es ahí, en el vertedero o en una laguna cercana, donde se pueden ver unas cigüeñas muy especiales, las cigüeñas que portan anillas. Estas cigüeñas nos van a contar su historia y nos van a permitir tener una serie de datos ilustrativos de cómo se mueven, edades, lugares de anillamiento, permanencia en el invierno…
En esta entrada quiero contar los datos conseguidos durante el año 2017 (meses de: enero, marzo, septiembre, octubre, noviembre y diciembre) en la lectura de anillas de las cigüeñas que están o pasan por Zamora. Datos de 37 ejemplares en 70 observaciones realizadas tanto en la ciudad de Zamora (Catedral, iglesias y río Duero) como en el vertedero.
Voy a dividirlo en varios puntos:
Lugar de anillamiento: el principal lugar de anillamiento de las cigüeñas observadas es la provincia de Zamora, pero no solamente ella sino que hay diferentes puntos a lo largo de la geografía española y europea como se puede ver en el siguiente cuadro:  
Lugares de anillamiento de las cigüeñas vistas en 2017
(meses de enero-marzo-septiembre-octubre-noviembre y diciembre)
Zamora
Palencia
León
Vertedero 6
Becerril de Campos 2
Palazuelo de Boñar
San Pelayo 2

Mozóndiga
Tapioles 2
Sevilla
Santa Mª del Páramo
Camarzana de Tera
Dehesa de Abajo
La Mata del Páramo
Bermillo de Sayago 6

Santibañez de Bernesga
Zamora (ciudad)




Alemania
Francia
Minden-StemmerDetmold
Steinbourg
Berne Glüsing Landkreis Wesermarsch
Hiers Brouage
Lugo
Un ejemplar sin datos

Casas Novas

Vizcaya


Mungía
Salamanca


Villamayor





Más 4 anillas españolas sin datos
Cigüeña con anilla alemana.
Cigüeña con anilla negra y dígitos blancos 20 procedente de Mungía (Vizcaya).
Cigüeña con anilla C27S, una de las que no he conseguido ningún dato.
Como se puede apreciar el principal núcleo del cual proceden las cigüeñas vistas es la propia provincia de Zamora, seguido de León, Alemania, Palencia, Francia, y por último Lugo, Sevilla, Vizcaya y Salamanca.
Edad: el hecho de marcar un ave nos permitirá saber la edad de la misma. Las edades de las cigüeñas observadas son las siguientes.
Año de anillamiento –Nº de ejemplares
1990
1

2008-11
7
1999
2
2012-15
5
2000-03
6


2004-07
13


La cigüeña más vieja de las observadas es una anillada en Becerril de Campos (Palencia) por Fernando Jubete que porta la anilla 0|CP y tiene 27 años. Las siguientes son dos cigüeñas anilladas por Pablo Santos (anillador de todas las cigüeñas de Zamora) en el vertedero. Son la X|8X y la 1C07 ambas con algo más de 20 años ya que fueron anilladas de adultas.
La 1C07 ya se encuentra en su nido (desde principios de diciembre) de la ciudad de Zamora donde crió la temporada pasada y, muy presumiblemente, lo haga también este año.
Dos datos: lugar de anillamiento y edad que nos empiezan a dar una idea de las cigüeñas que vemos en nuestra bella ciudad.

jueves, 18 de enero de 2018

Hace un año de la publicación del libro: “Observaciones de campo del lobo ibérico”.

En el pasado mes de diciembre de 2017 se cumplió un año de la publicación del libro: “Observaciones de campo del lobo ibérico”Era el comienzo de un finalUn año del nacimiento de un sueño que se hizo realidad después de mucho trabajo, paciencia y dedicación. Un año en el que ha ido creciendo lentamente.
Lo primero es agradecer enormemente a todos aquellos que me apoyasteis, me disteis ánimos y consejos en su gestación. A Pepe Calvo (director del Museo Etnográfico). A Luís González (Semuret). Y en especial a mis compañeros de viaje, de horas y horas en el campo con frío, viento, calor, lluvia y mucha, mucha paciencia, gracias a Ernesto Hernández, Fernando García y, en especial, a José Luís Santiago
Gracias a todos aquellos que lo habéis leído u os habéis interesado por él. Vuestras muestras de apoyo y opiniones satisfactorias es lo mejor que puede suceder cuando te embarcas en una aventura como esta. El proceso es largo y lleno de complicaciones. Un libro es una arriesgada aventura y más cuando no tienes nombre, ni caché, ni distribución a gran escala, ni un apoyo mediático…el libro va saliendo por su propio peso, es como si tuviera vida; uno lo lee y lo recomienda a otro, va a la librería y le hablan de él, va cobrando vida propia.
La mayor satisfacción es hablar con alguien que lo ha leído y que te cuente sus opiniones. Opiniones que han sido muy buenas en general. Opiniones de gente de todo tipo, desde gente muy mayor hasta jóvenes e incluso niños que lo han leído y te cuentan cosas que les sorprenden, que les admiran o que les gustan especialmente. Siempre hay frases que te dejan una gran sonrisa de satisfacción y orgullo al haber transmitido tus vivencias sobre un animal tan emblemático, tan mítico de nuestra fauna.
Me ha sorprendido la variedad de gente que se interesa por él y la dispersión enorme que tiene por la geografía española; una de las finalidades del libro era hacer un libro fácil de leer, que todo el mundo, independientemente de sus conocimientos técnicos o biológicos, pudiera leer y disfrutar; un libro estructurado de una manera poco habitual pero que atrajera y animara a su lectura, incluso a los niños o jóvenes y, esto, creo que lo está consiguiendo.
Me gustaría recordar algo fundamental del libro: no es un libro de fotografías; es un libro de historias, de situaciones cotidianas en la vida del lobo ibérico, de observaciones directas de comportamientos y maneras de actuar en determinados momentos de su vida diaria para comprenderlo, entenderlo, valorarlo y respetarlo. 
Los siguientes pasajes del libro son una buena muestra.
"Siempre se ha dicho que “la mirada de un lobo te hiela la sangre” y, en cierto modo, es verdad. Esos ojos almendrados de mirada penetrante, profunda, que te observan y parece que leen en tu interior. Cuando un lobo te mira directamente, quedas hipnotizado, no puedes dejar de mirarlo hasta que él decida cambiar la mirada”.
“El tiempo se detuvo durante esos minutos. Ninguno nos giramos a ver que hacía el otro, cada uno saboreábamos el momento a nuestra manera, era como cuando te dejan muy poco tiempo para ver un cuadro de un pintor famoso y quieres aprovechar cada segundo, cada instante. Allí estaba. Mirándonos. Era un lobo adulto. Su porte, expresión y comportamiento así lo delataban, un lobo joven nunca hubiera tenido ese aplomo, esa seguridad a la hora de comportarse, hubiera sido más fugaz, se hubiera movido más rápido pero este lobo no, todos sus movimientos fueron seguros, firmes y decididos pero lentos y suaves. Estaba tranquilo, seguro de sí mismo, confiaba en él. Seguramente nos hubiera oído y decidiera observar quiénes éramos y si suponíamos una amenaza o quizás pasaba por la zona. Nunca lo sabremos. Pero lo que nunca se nos olvidará es su mirada, el hecho de que un lobo adulto y en total libertad estuviera a escasos diez metros observándonos, estudiándonos, no perdiendo detalle de nuestros movimientos y nuestro comportamiento”.
Gracias a todos.

viernes, 12 de enero de 2018

Santoña II: eider, zarapito trinador americano,…y mucho más.

Si hay dos estrellas actualmente en Santoña son el eider común y el zarapito trinador americano pero no todo son las estrellas, las aves comunes, las  habituales, las más normalitas son igual de importantes o más; con estas quiero empezar ya que en muchos casos no se les da la importancia que merecen y tienen. Como comentaba en la anterior entrada de Santoña mi sorpresa es mayúscula cuando me dicen, algunos de los más habituales del lugar, que no hay nada por las marismas, que la invernada es muy floja…sigo recordando que hay miles de aves, que en el interior hemos estado muy secos (hasta hace muy poco), sin casi nada (es la invernada más floja de los últimos años) y aquí, en Santoña, hay miles de aves y agua, algo que nosotros, por desgracia, tenemos muy poco.
Colimbo grande.
En Santoña hay dos mundos, dos mundos complementarios en los que sus habitantes se ven y se comportan de dos formas completamente diferentes. Me refiero a la marea alta y a la marea baja. Dependiendo de si está alta o baja la marea los habitantes y sus comportamientos varían por completo.
Con la marea alta aparecen todos los buceadores, están más activos y, en muchos casos más cerca: silbones, azulones, frisos, cucharas, cercetas comunes, cormoranes grandes y moñudos, patos cuchara, rabudos, tarros blancos además de negrones comunes y especulados, colimbos grandes y chicos, zampullines cuellirrojos, cuellinegros y chicos, somormujos, alcas, fochas comunes o porrones se mueven por las marismas en busca de alimento; tranquilidad que se ve alterada cuando alguna águila pescadora, aguilucho lagunero, milano real o busardo ratonero planean por encima de ellos.
Esta enorme variedad de especies conforman los habitantes de la marea alta; entre ellos está la estrella del momento, el precioso e imponente eider común.
El eider es un pato especial, diferente, con un pico muy ancho en la base que le da un aspecto curioso, conformando un perfil característico a su cabeza. Es un pato del norte. Un pato del que actualmente en España hay dos ejemplares, los dos son dos machos, el de Santoña descubierto por Alejandro García en diciembre de 2016 que formaba parte de un grupo de cinco ejemplares (dos machos y tres hembras) que se fueron yendo en diferentes momentos hasta quedar solamente el ejemplar que está actualmente y el de Cariño (La Coruña), descubierto por Ricardo Hevia el 2 de diciembre de 2017.
El eider está precioso, espectacular, con su increíble plumaje nupcial. En las siguientes fotografías se puede ver la evolución de su plumaje en dos meses.
El eider se mueve tranquilo. Bucea. Sale con un mejillón y se lo come entero, directamente, sin abrir ni nada, en su estómago se producirá la digestión. Verlo sacar un mejillón y comérselo me impresionó. Nunca me hubiese imaginado que podía hacerlo, además lo hace sin aparente esfuerzo.
Es un animal extraño pero de extraño que es, es muy hermoso. Aparte del pico destaca, en este macho con plumaje nupcial, su intenso y precioso color, por cierto, el plumón de eider se ha utilizado y se sigue utilizando para rellenar los mejores edredones, sacos de dormir o ropa de abrigo ya que es aislante, suave, mantiene la temperatura y es ligero. Plumón que el eider utiliza para recubrir su nido y mantener aislados y calientes los huevos ante las inclemencias del frío del norte. Plumón que en algunos lugares como Islandia, es recogido a mano y comercializado, siendo un recurso económico muy importante.
Zarapito trinador.
Con la marea baja aparecen todos los limícolas y los que se alimentan en zonas con poca agua como orillas o charcos que van quedando. Ahí aparecen chorlitos grises, chorlitejos grandes y chicos, correlimos comunes, zarapitín, gordo y menudo, ostreros, vuelvepiedras, zarapitos reales y trinadores, espátulas, archibebes comunes, claros y oscuros, combatientes, avocetas, garcetas grandes y comunes, garzas reales, aguja colinegra y colipinta; un sinfín de aves que se van moviendo según la marea va subiendo o bajando.
Aguja colinegra y agujas colipintas.
Ostreros.
Entre todos ellos la estrella del momento es el zarapito trinador americano que descubrieron Haritz Sarasa y David Arranz el 29 de enero de 2017 que lleva casi un año en las marismas.
Me costó varios intentos poder verlo. Este zarapito de Hudson es una rareza total ya que es la segunda cita para España (primera para Cantabria). Es prácticamente igual que nuestro zarapito trinador y hasta que no vuela no puedes saber (por lo menos yo) si es uno u otro. La manera de identificarlo es en vuelo cuando nos enseña el obispillo que no es blanco como en nuestro zarapito trinador. A lo que se le puede añadir la ceja mas marcada y un poco más claro pero, hasta que no lo ves en vuelo, no se está seguro. La siguiente es una fotografía muy testimonial suya.
A estos dos mundos se les puede añadir el de las gaviotas. Santoña es un enclave fantástico para poder verlas. Son muchas las especies que puedes encontrarte y disfrutar ya sea en el puerto, en las conserveras o en las marismas. Pude ver gaviota patiamarilla, sombría, reidora, argéntea, cabecinegra, tridáctila y gavión atlántico. Todo un lujo para alguien de interior que solamente está acostumbrado a ver muy pocas. A estas gaviotas se les puede unir una gaviota groenlandesa descubierta el 7 de enero de 2018 por Ernesto Villodas, César Palacio y Álvaro Bustamante y una gaviota cáspica descubierta al día siguiente en Laredo por Ernesto Villodas.
Posible gaviota argéntea.
Gavión atlántico.
Entre tanta ave siempre hay algunas con anillas. Anillas que cuentan su historia. Cuentan viajes, desplazamientos, edad o lugares de origen. Pude ver anillas de gaviota cabecinegra, patiamarilla y sombría, cormorán grande, zarapito real y espátula.
Cinco fueron las anillas de gaviota patiamarilla: la AP4T anillada el 17-9-2014 en Gijón. La 5Y3:G anillada el 25-6-2017 en Ulía (Guipuzcoa). L1BM.K anillada en la isla de Lekeitia (Vizcaya) y dos anilladas en Tarragona de las que no he obtenido ninguna respuesta después de varios mensajes: las PHZH y la PHXY
Una gaviota cabecinegra francesa anillada el 25-6-2015 con anilla RC5C y dos sombrías: la R:K6E anillada el 5-6-2012 también francesa y la BJ.OU anillada en Bélgica el 4-7-2017.
Dos espátulas holandesas. La PNfG/aPN anillada el 8-6-2017 siendo su primera observación y la aLL/YfG anillada el 27-6-2011 que es una asidua de las marismas de Santoña. 
También pude leer un zarapito real anillado el 16-1-2015 en Cicero y un cormorán grande francés; el M>5/Métal- Bleu > Vert anillado el 23-4-2005 que inverna regularmente en Santoña.
El anillado es el de la derecha.
Doce aves anilladas que cuentan su historia. Doce aves anilladas que viven en un entorno privilegiado como son las Marismas de Santoña. Un auténtico lujo para los sentidos.

domingo, 7 de enero de 2018

91 ánsares caretos en Villafáfila

Seguimos con el ánsar careto. Sé que para algunos les resultará pesado o monótono pero este año es excepcional y como tal debo de continuar escribiendo sobre este precioso ánsar que está dejando números espectaculares en las Lagunas de Villafáfila.
El pasado 29 de diciembre pude ver, en compañía de J. Alfredo Hernández, la espectacular cifra de ¡¡91 ánsares caretos!! Cifra record para las Lagunas de Villafáfila superando los 79 ejemplares que pude ver el 22 de diciembre de 2017 (con Juanjo González), los 78 del día 7 de enero de 2018 (en compañía de Alfonso Rodrigo) y los 55 vistos por Persson H. en 1994 (un año después de dejarse de considerar rareza en España).
Estos impresionantes datos son siempre un mínimo porque en ningún momento se han podido ver todos los que pudiera haber ya que siempre se ha visto parte del gran grupo de ánsares comunes entre los que están infiltrados; con lo cual, seguramente, estemos hablando de más un centenar de ejemplares de este precioso ganso. De momento, la cifra que va a quedar son esos espectaculares 91 ejemplares.
Para darse cuenta de las magnitudes e importancia de estas cifras debemos de poner en relevancia algunos datos de consideración.
Primero. Este año es la invernada de menos ánsares comunes desde que se tienen registros. El último censo del 15 de diciembre arrojaba una cifra de 2.500 ánsares comunes; cifra que se ha visto superada después y, actualmente, según mi previsión, habrá entre 4.500 – 5.000 ejemplares, la menor cifra histórica. Tengamos en cuenta que en 1999 había cerca de 40.000 ejemplares en las lagunas o en 2012 algo más de 15.000. Por lo tanto, el declive de la llegada de ánsares comunes es más que evidente y tremendamente preocupante con muy malas perspectivas.
Quizás pueda llegar a pasar con el ánsar común lo mismo que sucedió con el ánsar campestre, su desaparición. En los años cincuenta del siglo XX los grandes bandos de ánsar campestre se desplazan desde las Lagunas de Villafáfila hasta el embalse de Ricobayo (J.I. Regueras, 1982). En el libro: “El ánsar campestre y el ánsar común en Castilla y León” de Mariano Rodríguez y Jesús Palacios se menciona que entre 1968 y 1981 este enclave es el principal y prácticamente único punto de invernada del ánsar campestre en España: “…un máximo de 6.000 ejemplares en 1968-69 hasta los 3.800 ejemplares de 1981, desapareciendo todos los posibles puntos de invernada distintos del E. de Ricobayo. A partir de 1981 encontramos un descenso uniforme, desde los 3.000 ánsares de 1982 hasta los 134 de la temporada 1989-90 y los 157 de la temporada 1990-91”. Y el resto ya lo sabemos…desapareció y, actualmente, ver alguno en la temporada es algo extraordinario.
La desaparición del ánsar campestre coincidió con la parada del ánsar común que hasta mediados de los años 70 del s.XX simplemente pasaba por aquí, quedándose en un número muy reducido.
La probabilidad de que ánsares caretos vengan es mayor cuanto mayor sea el número de ánsares comunes que lleguen pero…esto es la teoría, la hipótesis, porque este año, esta probabilidad de: a más ánsares comunes más posibilidades de ánsares caretos, se ha roto.
Segundo: las cifras de caretos son muy reducidas durante los últimos años. Los que yo he podido ver, en las últimas invernadas, hablo de cifras máximas vistas por mi (pueden variar algo pero no mucho con las oficiales) son las siguientes: invernada 2012-13: 25 ejemplares (21-1-2013) – 2013-14: 6 ej. (19-1-2014) – 2014-15: 13 ej. (6-12-2014) – 2015-2016: 3 ej. (29-11-2015) – 2016-17: 2 ej. (12-11-2016) – 2017-18: 91 ej. (de momento el 29-12-2017).
Desde 2012 a la actualidad serían: 25-6-13-3-2 y 91 ejemplares. Es decir, en esta invernada he visto casi el doble de caretos de los que había visto en los últimos 5 años.
El ánsar careto proviene de la tundra siberiana, migrando hasta centro Europa (Bélgica, Holanda, Alemania) donde se mezcla con los ánsares comunes y, una mínima parte, viaja hasta nuestro país. 
En la siguiente imagen se puede ver el increíble viaje de diferentes ánsares caretos marcados con GPS en Holanda (datos procedentes de la página www.blessgans.de).
Viaje que, algunos de ellos, un tanto por ciento muy bajo, prolongan hasta nuestro país mezclados con los ánsares comunes que provienen de Noruega y paran en Holanda, Bélgica o Alemania para terminar invernando entre nosotros.
La siguiente imagen es otro ejemplo del viaje de algunos ánsares caretos marcados en Hungría que utilizan otra ruta para llegar desde sus cuarteles de invierno a sus cuarteles de cría, en la fría e inhóspita tundra siberiana.
Los ejemplares que utilizan esta ruta es muy difícil, prácticamente imposible que lleguen hasta nuestras tierras.
Este es el ánsar careto, un espectacular viajero que, este año, nos está dando grandes alegrías en las Lagunas de Villafáfila.