Mantener un blog es una tarea ardua y laboriosa que requiere trabajo y constancia pero también, por lo menos en mi caso, me está permitiendo aprender. Aprender muchas cosas que desconocía o que nunca me hubiera planteado interesarme por ellas. Una de esas cosas ha surgido hace unos días; todo comenzó con el mensaje de un amigo que me decía: “me han dicho que hay una urraca albina en….¿Vienes a ver si la encontramos?”. A lo cual le contesté que no podía que tenía trabajo pero, al día siguiente, mi curiosidad llamaba constantemente a mi cabeza y decidí probar suerte a ver si la encontraba.
Llegué muy pronto. Hacía frío y un ligero viento soplaba mientras los rayos del sol intentaban calentar el ambiente. Me coloqué en una zona con amplia visibilidad y esperé. Varias urracas se movían inquietas mientras una perdiz se calentaba en un camino y algunos conejos correteaban delante de unos arbustos cuando la vi.
Llegué muy pronto. Hacía frío y un ligero viento soplaba mientras los rayos del sol intentaban calentar el ambiente. Me coloqué en una zona con amplia visibilidad y esperé. Varias urracas se movían inquietas mientras una perdiz se calentaba en un camino y algunos conejos correteaban delante de unos arbustos cuando la vi.
Un punto blanco se subió en un arbusto. Tenía que ser la
urraca. Estaba bastante lejos así es que esperé a que se acercara algo más. Se
acercó y pude comprobar su rareza y belleza a partes iguales.
Era tremendamente
desconfiada, en ningún momento conseguí acercarme a una distancia prudencial.
Se movía constantemente.
Albina no era. Estaba convencido que era leucística así
que lo comenté. Alfonso Rodrigo me recomendó preguntar a Toño Salazar
para que me aconsejara y diera su opinión; así lo hice. Su contestación fue el
origen de mi interés. Sus palabras fueron el detonante para que me pusiera a
buscar y leer sobre el tema, dándome cuenta de lo poco que sabía a la vez de lo
apasionante e interesante que pueden llegar a ser las alteraciones del color.
Antes de continuar quiero agradecer enormemente a tres personas su participación directa o indirecta en esta entrada. A Lorenzo Redoli por darme la pista de la urraca. A Alfonso Rodrigo por ponerme en contacto con Toño Salazar y, a este último, que fue quién me abrió los ojos sobre lo que le pasaba a la urraca con sus magníficas explicaciones. Gracias a los tres.
Toño Salazar me contestó que la urraca blanca no era
leucística sino que era tipo brown “una melanina imperfecta con poco color que,
además, se afecta aún más con el sol. Conservaba algo de color ultra diluido,
marrones de cabeza y remiges”.
Su contestación inmediatamente despertó mi curiosidad.
Conocía el albinismo, el leucismo, el melanismo pero no sabía nada del tipo
brown. Así que comencé a leer y a buscar sobre el tema.
En un artículo titulado: “Aberraciones cromáticas en aves
de la colección ornitológica del Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia"” (podéis leerlo entero aquí) de Matías Ricardo Urcola se comenta:
“Los principales pigmentos que confieren la variedad de
colores existentes al plumaje de las aves son las melaninas y los carotenoides.
Los carotenoides varían desde el amarillo pálido, pasando por la gama del
naranja, al rojo escarlata (Mc Graw & Nogare, 2004). Son adquiridos con la
dieta y transformados en pigmentos mediante la acción de enzimas
(Mahler et al., 2003)”.
Estos carotenoides adquiridos por la dieta son, por
ejemplo, los que nos podemos encontrar en los flamencos que van adquiriendo su
color rosa por la alimentación de pequeños crustáceos que acumulan gran
cantidad de carotenos.
El citado artículo continua diciendo: “En cuanto a las
melaninas existen dos tipos: la eumelanina (responsable de los colores negro,
gris y castaño oscuro) y la feomelanina (responsable de plumas color castaño
rojizo) (Mc Graw et al., 2005)”.
Esos dos tipos de melaninas pueden producir, cuando se
ven alterados por cuestiones genéticas, distintos tipos de aberraciones del
color. Las aberraciones más conocidas son por el aumento de las melaninas y por
su disminución o ausencia; entre estos últimos los más conocidos son el albinismo
(ausencia total de ambas melaninas) y el leucismo (error genético en la
deposición de ambas melaninas).
Focha común leucística. |
Mirlo común con leucismo (llegó a ponerse casi blanco del todo). |
En el mismo artículo se define este tipo como: “Brown
(Pardo): reducción cualitativa de eumelanina. El resto de los pigmentos se
mantiene inmutable. Lo que ocurre es una oxidación incompleta de dicho
pigmento, la cual produce plumas pardo oscuras en lugar de negras. El plumaje
se blanquea con el tiempo debido a que es sensible a la luz del sol. Lo cual se
detecta ya que las plumas más internas conservan la coloración oscura. Este
tipo de mutación es heredada de manera recesiva y ligada al sexo en todas las
especies de aves. Es extremadamente raro encontrar un ejemplar Brown macho en
la naturaleza”.
Como sabiamente me comentó Toño Salazar eso era lo que le
pasaba a la urraca blanca. Las plumas color ceniza, ultra diluidas por el sol,
que tenía en cabeza y remiges demostraban que tenía una melanina imperfecta,
disminución cualitativa de la eumelanina (responsable de los colores negro,
gris y castaño oscuro) que, además, se veía afectada todavía más por la acción
directa del sol. Verdaderamente apasionante.
Estas aves blancas que son bonitas y espectaculares, en
la naturaleza, tienen realmente un problema, son muy visibles y cuando quieres
pasar desapercibido y, por el contrario, destacas en exceso, atraes todas las
miradas de un posible depredador con el aumento de probabilidades de que al que
coman sea a esa ave blanca. Esta urraca es casi un milagro que siga viva.
Toño
Salazar, con su claridad de ideas, también me habló de otro tipo de aberración del color, la tipo ino, pero eso será el tema de otra historia.
Enhorabuena por el avistamiento de esta curiosa ave. Una entrada muy ilustrativa como siempre.
ResponderEliminarUn saludo desde León
Muchas gracias José Alberto. La verdad es que es un ave muy, muy curiosa. Un saludo.
EliminarEs curioso, hoy vi una de ellas y efectivamente me llamo mucho la atención, hasta el punto de buscar información y aquí la encontré.
ResponderEliminarImagino q no está de paso y residirá por la zona. Trataré de volver a verla y fotografiarla.
Me siento afortunada de haber visto un animal tan bonito.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo Tengo una urraca con leucismo. Es completamente blanca, vive conmigo en casa.
ResponderEliminarAyer vi una urraca totalmente blanca, estaba en medio de otras de color normal, en Fonte do Campo , Fene ( A Coruña). Espectacular
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