No para ni un segundo. De una flor a otra, de esta a aquella, movimiento constante, elegante, rápido, preciso, tremendamente parecido al de un colibrí. Así es la esfinge colibrí una mariposa nocturna que vive de día.
Es un prodigio en el arte del vuelo; es capaz de mover sus alas 85 veces por segundo y volar a 60 kilómetros por hora. Y todo eso con una envergadura de alas de entre 3,5 cm y 5 cm. En vuelo saca su larga trompa llamada espiritrompa para alimentarse del néctar de las flores (al igual que los colibrís).
Todo un prodigio alado que migra desde las zonas frías del continente europeo hasta zonas más cálidas de África. Gran parte de la población mediterránea no migra sino que en invierno entran en una especie de semi hibernación escondidas en cualquier grieta o agujero para salir si las condiciones meteorológicas mejoran y alimentarse hasta el final del invierno.
Un prodigio sin duda y observar su vuelo es hipnótico. Bonito e interesante artículo, enhorabuena José. Un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarUn verdadero prodigio. Un saludo y gracias por el comentario.
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