Este pasado verano en la Sierra de la Culebra y parte de Los Valles se han producido dos de los incendios más grandes en la historia fatídica, triste y desoladora de los incendios forestales en España. Algo más de 60.000 hectáreas abrasadas por un monstruo enorme llamado fuego que tuvo las condiciones perfectas para correr y correr. Fuego que si hubiera sido controlado (sobre todo el primero) al principio estando el total del operativo de incendios activo y no lo consiguen controlar, nada habría que decir ni objetar, pero no fue así. ¿Ha habido alguien que haya asumido responsabilidades por los errores cometidos? No. Según nuestros dirigentes todo se hizo de forma perfecta y eficiente pero la realidad es tozuda y ahí está.
Tristemente, la mayor y fatídica pérdida, fueron las tres personas fallecidas. Pérdidas incalculables a nivel económico, social y medioambiental. Es un drama de proporciones épicas.
Quiero centrarme a nivel medioambiental. Ámbito en el que es una pérdida imposible de calcular. Desde insectos, invertebrados o micromamíferos hasta mamíferos, aves o reptiles todo está afectado. El soporte de flora ha desaparecido. Plantas, arbustos, árboles,…todo muerto y con ello toda la vida que conlleva a su alrededor.
Los incendios fueron en pleno periodo de cría. Todas las camadas de lobos y zorros muertas. Polladas de aves muertas. Crías de ciervos y corzos muertas. Nutrias, garduñas, martas, tejones, jabalís, conejos, liebres, tritones, lagartos…todos afectados.
Los adultos que consiguieron sobrevivir (recordemos que muchos murieron asfixiados o por las llamas o por la heridas causadas) se han desplazado a zonas limítrofes pero, los animales van volviendo a sus zonas, poco a poco se acercan a las zonas quemadas, donde está empezando a brotar la hierba fresca, para alimentarse pero en las que no se pueden quedar porque no hay cobertura vegetal para esconderse de depredadores o protegerse de las inclemencias meteorológicas o simplemente descansar.
Ciervos y corzos deambulan por zonas quemadas y limítrofes en las que están expuestos. En estas condiciones mi pregunta es: ¿Por qué se les está cazando en zonas limítrofes al quemado en la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra? ¿No se debería de haber dejado un tiempo sin cazar?
No entiendo que se pueda disparar a un gran ciervo en una zona a la que ha llegado desorientado, en la que no tiene donde esconderse. El artículo 92 de la Ley 3/2009, de 6 de abril, de montes de Castilla y León dice: “Los aprovechamientos ganaderos y cinegéticos en los montes que hayan sido objeto de un incendio quedarán suspendidos de manera automática y sin derecho a compensación durante un período de cinco años en los terrenos afectados. No obstante, la consejería competente en materia de montes podrá autorizar el levantamiento de dicha suspensión cuando se acredite la compatibilidad de los aprovechamientos con la regeneración del monte incendiado y con la restauración del hábitat y supervivencia de las especies de flora y fauna silvestre”.
¿De verdad se ha acreditado la compatibilidad de la caza del ciervo o corzo en la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra con la regeneración del monte incendiado y con la restauración del hábitat y supervivencia de dichos animales? Pero si el incendio ha sido hace menos de dos meses…
Your comment about the fire and the hunting laws being ignored - is a sad comment on what man does as he pleases.
ResponderEliminarEs una verdadera pena. A greeting.
EliminarEs todo tan irracional e injusto que no se que pensar, el mundo está del revés. Un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarCompletamente irracional, sin sentido...Un saludo.
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