En el Parque Natural de las Marismas de Santoña están pasando el invierno tres especies de colimbos: el colimbo grande, colimbo ártico y colimbo chico.
Voy a comenzar por el colimbo ártico del que solamente hay un ejemplar en las marismas. Es un invernante escaso pero regular que se reproduce en Escocia, mar Báltico, norte de Rusia y Siberia llegando hasta nuestras costas en muy escaso número para pasar el invierno.
Colimbo ártico. |
Colimbo ártico. |
Zarapito trinador capturando un cangrejo. |
Zampullín cuellinegro. |
Colimbo grande. |
Es en la propia Santoña, cuando alargan su estancia invernal, donde podemos disfrutar de la maravilla de verlo con sus espectaculares, llamativas y preciosas galas de plumaje nupcial como así ha sido en alguna de mis vistas a este maravillosos enclave cántabro; como este colimbo grande que está mudando y, ahora mismo, es incapaz de volar, colimbo al cual se le nota perfectamente que tiene las alas como recortadas, como a trozos, ave que se irá poniendo espectacular.
Colimbo grande mudando. |
Colimbo grande en plumaje nupcial en abril de 2018. |
Este año hay alrededor de catorce ejemplares de colimbo grande. Ejemplares que no paran un sólo instante, entran, salen, entra, salen del agua y, en algunas ocasiones, emergen con su preciada comida que tragan inmediatamente.
Tan pronto están a tu lado como que salen del agua a varias decenas de metros de distancia. Es un magnífico buceador que pasará todo el invierno en las marismas junto con el tercer colimbo, el colimbo chico.
Colimbo chico. |
Pasará el invierno aquí, en Santoña y luego volverá a sus zonas de cría en el norte de Rusia, Groenlandia, Islandia y norte de Canadá.
Otro de los atractivos de Santoña son las barnaclas carinegras que esta invernada han llegado a su record: 1007 ejemplares están en las marismas. Su número ha ido aumentando exponencialmente en los últimos años, sobre todo por la proliferación de su comida preferida, un alga, la zostera marina de la cual se alimentan y quizás porque en la zona francesa de invernada ya han llegado a su tope de ejemplares y, cada vez más, se van desplazando hasta Santoña.
Este pequeño y oscuro ganso proviene del ártico. De dos zonas concretas: del norte de Rusia la subespecie nominal bernicla y la hrota proveniente de Groenlandia y norte de Canadá. Aquí, en Santoña, la que se encuentra normalmente es la subespecie bernicla, pero este año he tenido la suerte de poder ver una de la subespecie hrota.
Barnacla carinegra de la subespecie hrota proveniente de Groenlandia. |
Subespecie muy rara de ver en España con dos grandes zonas de reproducción una en Europa (archipiélgago de Svalbard (Noruega), Groenlandia y zonas de Rusia) y otra en Canadá. La población europea pasa el invierno en el noreste de Inglaterra y Dinamarca de donde provendrá, seguramente, el ejemplar que está en Santoña.
Ver a las barnaclas carinegras es un espectáculo increíble. Verlas comer y moverse en las zonas que deja el mar en su bajada en mitad del estuario es algo que te emboba y, la mejor manera de verlas, es desde el Cofre, pequeño barco de Aves cantábricas desde el que Alejandro García con su tranquilidad y serenidad, además de enorme sapiencia y ojo entrenado te muestra todos los habitantes de la bahía (montar en el Cofre es indispensable en toda visita a las marismas de Santoña).
Si verlas impresiona oírlas no es menos. El sonido que emitían mientras comían parecía una verdadera conversación animada en la que todas intentan hablar en mitad de un enorme banquete de zostera..
Zampullines cuellirrojos, negrones especulados y serretas medianas serán parte de la siguiente historia. Otra historia. Otra muestra de la enorme cantidad de vida que se aglutina en las marismas. Otra historia de un lugar increíble que rebosa vida por los cuatro costados.
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