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domingo, 14 de mayo de 2023

Tres garcillas cangrejeras.

Hace unos días me encontraba en un punto del embalse de Ricobayo que este año, si no cometen el delito de volver a vaciarlo de forma cruel con el único fin de ganar dinero sin importar los enormes perjuicios ocasionados al medioambiente y a los pueblos de su entorno, volverá a disponer de agua y a darnos grandes alegrías a nivel ornitológico.
Unos chorlitejos chicos se movían nerviosos por la orilla mientras una oropéndola entonaba su característico canto cuando un punto color crema llamó mi atención: una preciosa garcilla cangrejera venía por la orilla alimentándose sin parar. 
Rápidamente me centré en ella y me di cuenta que venía acompañada de otro ejemplar muy cerca de ella y un tercero un poco más adelante. Los tres venían andando directamente hacia la posición en la que me encontraba.
El río Esla nace en la cordillera Cantábrica, en León, en el valle de Valdeburón. Es el río más largo de la península ibérica que no desemboca en el mar, después de 287 km se une al río Duero, siendo su afluente más importante.
Río Esla que los romanos llamaron Astura, de donde recibieron su nombre los astures, que eran los que vivían en sus orillas. En época romana los astures ocupaban Asturias, gran parte de las provincias de León y Zamora, parte del noroeste de Portugal y oeste de Orense y Lugo.
El río Esla entra en la provincia de Zamora por el noreste, zona de Castrogonzalo, atravesándola de norte a sur hasta su desembocadura en el río Duero entre los términos de Villaseco del Pan, Moral de Sayago y Villalcampo en una zona de una enorme belleza. En su discurrir por la provincia zamorana baña fértiles tierras en los valles y forma los arribanzos (forman parte del parque Natural de los Arribes del Duero). En su curso bajo se comenzó a construir la presa de Ricobayo el 15 de mayo de 1929 finalizándose en enero de 1935.
Embalse en el que me encontraba observando detenidamente las evoluciones de las garcillas cangrejeras que no paraban ni un sólo instante de alimentarse. Su dieta era muy variada, tan pronto echaban a correr para capturar un saltamontes como que se llevaban al pico un largo gusano sacado de entre la maleza o capturaban una de las numerosas libélulas que se movían por la orilla, incluso alguna mariposa les sirvió de alimento. No desdeñaban nada. Estaban hambrientas.
En una ocasión una de las garcillas cangrejeras se quedó quieta en el agua, hierática, inmóvil, se agachó hasta quedarse con el cuerpo paralelo a la superficie del agua como si de una lanza se tratara.
Ni un movimiento. Quieta. Observaba. Mirada fija en la superficie del agua. Posición como si de una leona se tratara en pos de cualquier cebra, ñú o gacela. Pegada al agua. Horizontal. Tensa. De repente, como si hubieran activado un resorte imaginario, se lanzó como una certera lanza arrojada por un experto pescador para introducir la cabeza terminada en el largo y puntiagudo pico dentro del agua y salir con un pequeño pez a modo de trofeo que rápidamente sacó hacia la orilla y se lo tragó.
En la primavera-verano de 2016 se constató la cría, por primera vez en la provincia de Zamora, (y en Castilla y León) de esta especie. Zona de cría más al norte de la península ibérica. En ese momento criaron dos parejas consiguiendo sacar siete pollos adelante, un hecho histórico.
Las tres garcillas cangrejeras se continuaban acercando sin importarles que yo estuviera ahí sin perder detalle de sus evoluciones, estaban ansiosas por alimentarse sin demora y lo demostraban constantemente.
La garcilla cangrejera es más pequeña que la garceta común y garcilla bueyera; su área de reproducción es: “Europa mediterránea, el norte y este de África. Existe la presencia en el Cáucaso, Mar Negro, Mar Caspio y Mar de Aral. Durante el invierno, se dirigen a África subsahariana.
En España se puede ver por el delta del Ebro, las marismas del Guadalquivir, la albufera de Valencia y el embalse de El Hondo y salinas de Santa Pola, en Alicante”. (Página especies protegidas).
Me fui y las dejé alimentándose sin parar. Había disfrutado enormemente de un ave poco habitual para nuestra tierra, un ave verdaderamente hermosa, curiosa y rara de ver a tan corta distancia, todo un deleite para los sentidos.

1 comentario:

  1. Sin lugar a dudas un encuentro memorable con posiblemente la mas hermosa de nuestras garzas. Enhorabuena por las fotos y por haber podido disfrutar de ellas. Un saludo José

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