Páginas

Información

domingo, 13 de agosto de 2023

La mirada de las ciervas.

Las ciervas siempre atentas, siempre pendientes de todo lo que sucede a su alrededor, siempre velando por la seguridad de su familia. Observan. Miran profundo. Analizan la situación y ante cualquier indicio de alarma huyen por la mejor salida posible.
Las hembras se mueven en grupos familiares con una hembra líder, que suele ser la mayor y, por lo tanto, la más experta. Junto a ella irán sus crías de los últimos dos o tres años. Incluidos los machos jóvenes de menos de dos años. Esa hembra es la que decidirá por donde hay que moverse, comer e incluso hacia donde hay que huir ante la presencia de un depredador.
Asoman la cabeza. Vigilan. Salen. Caminan despacio comiendo y vigilando por turnos. Unas comen y otras vigilan. Avanzan hacia las zonas bajas a comer la fresca hierba y a saciar su sed. Un ruido las alerta. Rápidamente levantan la cabeza ante el sonido de alarma de la vigía.
Siempre que hablamos de ciervos sucede lo mismo. Solamente se habla de los machos. Que si es muy grande o muy pequeño. Que si vaya cornamenta tiene. Que si tiene tantas puntas. Siempre se habla de los machos y no nos damos cuenta que las ciervas tienen una grandísima importancia. Un buen amigo siempre dice que la base de la población de ciervos de la sierra son las hembras y si algo le pasa a ellas se resiente todo el ecosistema. Y no le falta razón.
Pero alguien dirá que si faltan machos también afecta. Estará en lo cierto pero la falta de machos se notaría menos. Hay que tener en cuenta que con pocos machos se quedan preñadas muchas ciervas pero si hubiera muchos machos y pocas ciervas, habría un problema de nacimientos. Solamente nacerían tantos cervatillos como el número de hembras que hubiera, eso si se llegara a buen término en todos. Por lo tanto es mucho más preocupante la bajada de la población de ciervas.
En esta época muchas ciervas todavía están solas ya que la que ha tenido a su cervatillo permanecerá un tiempo separada del grupo, cuidándolo, atendiéndolo, velando por su seguridad. Cuando la cría tenga fuerzas suficientes se unirá al grupo familiar que no andará muy lejos ya que esperarán a la hembra y al nuevo miembro de la familia en las cercanías.
Vigilan. Comen. Cuidan. Observan. La mirada de las ciervas siempre atenta. Siempre vigilante en la inmensidad de la sierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario