He pasado unos días en Gijón, en la playa, en el mar. Para
alguien de tierra adentro ir al mar siempre es algo muy especial, diferente. Es
un conjunto de sensaciones, de olores, de sabores, de sentimientos; es una
mezcla en la cual puedes compaginar paseos al amanecer por la playa con una
playa más familiar a lo largo del día y, en uno de esos paseos, descubrí mis
primeros gaviones atlánticos de los que soy consciente, me explico, hasta hace
relativamente poco tiempo le hacía el mínimo caso a las gaviotas, eran
simplemente esas aves que te encuentras en el mar cuando vas pero, desde hace
un par de años, me estoy fijando en ellas y poco a poco voy descubriendo un
mundo realmente complicado, más para alguien de interior que solamente ve
ciertas especies de gaviotas en el vertedero, en el río Duero o en las Lagunas
de Villafáfila.
En la época veraniega en la que nos encontramos las
gaviotas que he podido ver han sido las residentes en la zona, con pocas más
que ya han comenzado a venir en su movimiento postnupcial. Así, las más
abundantes, por abrumadora mayoría han sido las patiamarillas.
Las he podido ver de todas la posibles edades con sus
diferentes plumajes que conformaban una excelente guía de cómo va cambiando
esta gaviota en sus primeros cuatro años de vida hasta llegar a ser un elegante
adulto.
Algo que me llamó poderosamente la atención cuando empecé
a preocuparme un poco más por las gaviotas fue el conocer que tenían diferentes
estados por los que pasar hasta llegar a ser un ejemplar adulto, dependiendo de
la especie de gaviota que sea: dos, tres o cuatro años con plumajes diferentes…una
auténtica y hermosa locura (más para un novato como yo).
Entre los grupos de gaviotas pude encontrar varias
anilladas. 5 patiamarillas y 1 sombría.
Todas las patiamarillas fueron anilladas en Asturias por el Grupo Ornitológico
Mavea (gracias a Isolino Pérez por la
rapidez y amabilidad en las contestaciones). Eran de diferentes edades, siendo
la mayor un ejemplar de cuarto año anillada en el Puerto del Musel (Gijón) el
23 de junio de 2014, con anilla negra y dígitos blancos: AK7D.
La sombría solamente tenía anilla metálica; anilla que me
costó leer pero, al final, lo conseguí. Provenía de Bélgica y estoy esperando
su historial.
Gaviota reidora juvenil. |
Después de las patiamarillas las siguientes en número
fueron las reidoras, luego las preciosas cabecinegras y, por último, las
sombrías. Sin olvidarme de algunos charranes patinegros y, por supuesto, los
gaviones atlánticos.
Gaviota cabecinegra juvenil. |
Gaviota cabecinegra. |
Gaviota reidora, joven y adulto de charrán patinegro. |
Joven de charrán patinegro. |
La mañana estaba revuelta, y quizás por eso pude
encontrarme con ellos. El día estaba nublado y llovía intermitentemente, con lo
cual la playa estaba casi desierta. Solamente un par de osados bañistas que
todos los días, haga como haga, se meten en el mar y algún esforzado corredor
eran mis compañeros de playa, con lo cual, la zona en la que se ponían las
gaviotas, estaba muy pero que muy tranquila, sin que nadie hiciera la gracia de
ir corriendo a asustarlas para que levantasen el vuelo (mira que no lo
entiendo…te ven haciendo una foto o mirando el grupo de gaviotas con los
prismáticos y tienen que pasar por delante de tus narices…anda que no hay
playa).
Según me acercaba, unas gaviotas enormes llamaron
poderosamente mi atención. Eran como gigantes que destacaban entre el resto; es
como cuando hay un grupo de personas y, entre ellas, aparece un equipo de
baloncesto.
Gavión atlántico de segundo año en primer término y adulto al final. Entre ellos dos patiamarillas. |
Es una gaviota de gran envergadura (hasta 1,7 m), fuerte
y robusta (unos 1,8 kg) propia del norte del océano Atlántico que destacaba por
encima de las patiamarillas y no digamos de las reidoras. Me acerqué con mucho
cuidado, no quería que se marcharan, había que aprovechar el momento.
Gavión atlántico adulto. |
Había cuatro ejemplares, 3 adultos y un segundo año
(gracias Miguel Rodríguez por tu inestimable ayuda en todas las preguntas,
dudas o cuestiones con las que te puedo bombardear y tan amablemente me
contestas). Eran imponentes. Grandes. Fuertes. De cuellos poderosos y fuertes
patas rosadas que miraban altivos lo que sucedía en la playa.
Gavión atlántico de segundo año. |
Me acerqué un poco más. Los contemplé detenidamente. Eran
imponentes. Nunca había visto uno pero desde este momento no se me olvidaría
esta enorme y hermosa gaviota que cada vez se va viendo más en las costas
españolas, sobre todo en la cornisa cantábrica y Galicia aunque ya se ha visto
en el interior como en Madrid (primera cita en 2008) o en Salamanca (descubierta
el 7 de enero de 2015 por Miguel Rodríguez Esteban).
Al poco tiempo levantaron el vuelo y se fueron mar
adentro. Acababa de ver mis primeros gaviones atlánticos.
Buena entrada, Pepe. Para ser pleno verano se ve mucha variedad ahí.
ResponderEliminarEstamos en buen momento para aprender de las gaviotas y sus mudas. ¡¡Hay que aprovechar!!
Un saludo,
Miguel.
Gracias Miguel. La verdad es que son complicadas y hermosas a partes iguales y de las diferentes mudas ni hablemos...un saludo.
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