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jueves, 14 de noviembre de 2019

Un año mas...Villafáfila seca.

Seca. Villafáfila está seca. Por desgracia, en los últimos años, es la misma historia, es la tónica. No hay agua. No ha llovido y en una época tan importante para las aves migratorias como es esta nos encontramos que vienen a pasar el invierno y no encuentran agua, con lo cual, no se quedan, se quedan muy poco tiempo o se quedan en números irrisorios.
Laguna Grande desde Otero de Sariegos.
Otra imagen de la Laguna Grande completamente seca.
Aún con esta situación se ve una gran variedad de aves pero en números muy bajos. El ejemplo más característico y sangrante son los ánsares. Actualmente habrá entre 300-400 ejemplares que conforman un pequeño grupo que se mueve entre los charcos de agua y las zonas de alimentación.
Este número contrasta con los 1.200 que había el año pasado (2018) por estas fechas y los 4.000 que había en el censo realizado por la reserva el 15 de noviembre de hace sólo tres años (2016). De 4.000 a 300-400 en tres años, en la misma fecha. Sin palabras.
Aparte de la bajada espectacular de la llegada de ánsares a España en general y Villafáfila en particular (ver Últimos coletazos de la invernada de ánsar común en Villafáfila), este año se añade que no hay agua y, sin agua, si vienen pocos desde Europa, aquí se quedarán menos todavía. Los pocos que llegan se irán a donde hay agua y la zona más cercana es La Nava y Campos (Palencia) que con su llenado artificial supone una zona de agua asegurada a la que, actualmente, han llegado unos 3.300 ánsares (en el censo del 8 de noviembre había 3.090 ejemplares).
Ánsar con collar ZU2.
En este pequeño grupo tenemos dos ánsares comunes con collar azul. Ambos anillados en Noruega por Arne Follestad. El ZU2 anillado el 5 de julio de 2018 al norte de Noruega y que ha sido visto por primera vez, desde su anillamiento, aquí en Villafáfila. (Del otro collar hablaré cuando tenga datos).
Todo el grupo de ánsares se encontraba en la zona de La Rasa junto con azulones, silbones, cercetas comunes, patos cuchara, un solitario ánade rabudo, avefrías, combatientes y tres preciosos archibebes oscuros además de un buen grupo de otro de los atractivos de Villafáfila en esta época: las grullas.
Este año han llegado mucho más tarde que otros. Hasta que no ha cambiado el clima en el centro de Europa no se han desplazado hasta aquí. También hay menos: entre 400-500 actualmente.
Grullas elegantes, chillonas y de movimientos gráciles. Grullas que viajan en familias. Familias en las que los padres enseñan a los pollos del año el recorrido de ida y vuelta desde su lugar de cría hasta el de invernada, así como los lugares de descanso y de alimentación. Pollos que deben de memorizarlo y recordarlo porque al año siguiente no tendrán la guía de sus padres.
El último ejemplar de esta imagen es un pollo del año.
Se ve claramente la diferencia con los adultos.
Perdices, estorninos, avefrías y pequeños bandos de avutardas se ven salpicando el seco amarillo de las hierbas mientras, un aguilucho pálido planea delante de ellas o un lagunero patrulla el terreno en busca de alimento a la vez que unos conejos se refugian en sus madrigueras asustados por el vuelo de un cernícalo vulgar, milano real o un busardo ratonero.
Aguilucho pálido sobrevolando a un grupo de avutardas.
Las grandes grullas descansan junto al charco entremezcladas con los ánsares que entran y salen del agua. Se pueden distinguir perfectamente las familias, los adultos y el pollo o los pollos que van con ellos, así como las que no tienen ningún pollo a su cargo.
150.000 grullas invernan en España, de las cuales más de la mitad se concentra en las dehesas extremeñas donde encuentran una fuente de alimento fácil y nutritiva, la bellota. El resto lo hace entre Andalucía, Castilla la Mancha y Aragón pero, un porcentaje muy bajo, se queda en las lagunas de Villafáfila. La mayoría de estas grullas provienen de Alemania, Suecia o Noruega y, en un porcentaje muy bajo, de Polonia, Finlandia, oeste de Rusia o países bálticos.
Gaviota cana de primer invierno en el centro, detrás de una gaviota reidora.
En la zona de la balsa una gaviota cana aterrizó en el lodazal. Gaviota cana descubierta por Cristian Osorio, Gary Losada, Juanjo González y Miguel Ángel Matellanes el pasado día 9 de noviembre.
Laguna Grande desde la balsa.
Gaviota cana de primer invierno en compañía de varias gaviotas reidoras que se movían en una finísima capa de agua que más bien era barro junto con tarros blancos, ánades reales y silbones, combatientes, cercetas comunes, avefrías, correlimos comunes, un solitario correlimos menudo, tres avocetas, 26 chorlitos dorados, chorlitejos grandes además de un lejano y solitario zarapito real que contemplaba todo el movimiento tranquilo y reclamando.
Seca. Villafáfila está seca. El agua es vida y como no llegue pronto la invernada será un verdadero desastre.

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