viernes, 18 de enero de 2019

Últimos coletazos de la invernada de ánsar común en Villafáfila.

Lo que era una tendencia acusada, el enorme declive de la invernada de ánsares comunes, se ha confirmado definitivamente: la invernada de ánsares es prácticamente historia. Es una verdadera pena que esté dando sus últimos coletazos, si no los ha dado ya.
Se está terminando como comenzó, lenta pero inexorablemente. La invernada regular de los ánsares comunes en las Lagunas de Villafáfila es relativamente reciente, en el libro: "El ánsar campestre y el ánsar común en Castilla y León” de M .Rodríguez y J. Palacios se dice: 
“1º.-Entre 1963 y 1973 las Lagunas de Villafáfila son un punto de parada en las migraciones invernales tal y como reflejaba F. Bernis en su estudio sobre el ánsar en 1965.
2º.- Entre 1975 y 1981 los censos dan un número de ejemplares inferior a 1.000.
3º.- De 1982 a 1985 invernan más de 2.000 ánsares.
4º.- A partir de 1985 invernan más de 4.000 ánsares.
5º.- En 1988 se supera por primera vez la cifra de 8.000 gansos.
6º.- En 1991 la cifra de Ánsares Comunes en Villafáfila supera los 23.000 ejemplares.”
Es decir, hasta mediados de los años setenta del s.XX, los ánsares comunes pasaban por las Lagunas de Villafáfila, era un lugar de paso, de descanso o alimentación en el que permanecían relativamente poco tiempo. Es, a partir de esos años setenta, cuando comienzan a quedarse a pasar el invierno; comenzando así la invernada del ánsar común que fue aumentando paulativamente su número hasta llegar a su tope máximo en 1999 con 39.296 ejemplares que pasaban el invierno en las lagunas.
En el siguiente cuadro se puede apreciar su evolución: 
Año
Ánsar común
Año
Ánsar común
1979
88
1999
39.296
1980
350
2000
32.690
1981
846
2001
29.779
1982
3.386
2002
23.287
1983
2.400
2003
27.345
1984
3.943
2004
25.897
1985
4.450
2005
22.833
1986
5.100
2006
24.023
1987
11.770
2007
18.588
1988
12.872
2008
15.537
1989
10.219
2009
14.000
1990
17.375
2010
14.181 (media)
1991
23.560
2011

1992
13.088
2012
15.121
1993
18.668
2013
9.000
1994
22.978
2014
12.000
1995
20.264
2015
5.300
1996
24.728
2016
7.476 (14-12-2016)
1997
24.202
2017
5.200
1998
34.755
2018
1.600 (15-12-2018)
2.488 (15-1-2019)
 (Datos extraídos de los censos realizados en las Lagunas de Villafáfila (mes de enero) y de la “Guía de la fauna de la Reserva Natural Las lagunas de Villafáfila” y “Veinte años de seguimiento de fauna en la Reserva de Villafáfila y su implicación en la conservación” ambos de M. Rodríguez y J. Palacios)
Desde el tope de ejemplares en 1999 el descenso ha sido progresivo. Descenso provocado por diferentes circunstancias  pero que hay que dividirlas en dos grandes bloques.
Podemos distinguir una primera fase que podría llegar hasta 2012, en la que las lagunas de La Nava, Pedraza y Boada se comienzan a recuperar mediante su llenado artificial, lo cual supone que los ánsares que llegaban hasta Villafáfila se reparten entre las diferentes espacios, con lo cual, su número se vio reducido ante la competencia de las otras lagunas que tenían más agua en el momento crucial de la llegada de ánsares desde el norte de Europa.
Una segunda fase desde 2012 hasta la actualidad en la que la bajada ha sido espectacular y dramática. Las causas de este enorme declive son varias pero todas se resumen en una: el cambio climático.
El núcleo principal de ánsares que llegan hasta las Lagunas de Villafáfila proceden de los países nórdicos (Noruega, Suecia, Dinamarca,...) que, antes de llegar hasta nuestra tierra, paran en zonas como Holanda y Alemania donde, cada año que pasa, se quedan más sin bajar hasta España.
Todos estos ánsares que no están viniendo hasta nuestro país lo hacen por dos razones fundamentales; tienen comida en la zona de Alemania y Holanda ya que, grandes extensiones de tierra ganada al mar, se utilizaban para el cultivo de flores y se han abandonado, con lo cual, en esas tierras, crecen los pastos que son alimento para todos estos ánsares que encuentran comida y, además, el invierno, tanto en Alemania como Holanda es, cada año, menos duro, con lo cual, se unen estas dos circunstancias para que miles de ánsares no se muevan de esas zonas y los que bajan desde los países nórdicos se queden, en gran número, también allí.
En el artículo: “Ánsar común – Anser anser (Linnaeus, 1758)” de la “Enciclopedia virtual de los vertebrados españoles” realizado por M. Rodríguez y J. Palacios se dice: “La población del Noroeste de Europa, que es la que inverna en España, es una de las mejor conocidas; su tamaño ha pasado de 30.000 ánsares en la década de 1960, a 120.000-130.000 en la década de 1980 (Madsen, 1991), a 200.000 en la década de 1990, a 600.000 a comienzos del siglo XXI (Fox et al., 2010) y a 900.000-1.200.000 en 2015 (Nagy et al., 2015).
Al mismo tiempo que la población ha crecido, se han establecido nuevas áreas de invernada
que se han expandido hasta el sur de Suecia. Mientras que en la década de 1980 prácticamente toda la población invernante se encontraba en España, en la actualidad más de
la mitad de la población lo hace en Holanda y tan sólo un 20 % en España (Ramo et al., 2015)”.
En el año 2012 se contabilizó la llegada a España de 58.168 ánsares mientras que el año anterior fueron poco más de 100.000. Esos 58.168 ánsares se distribuyeron de la siguiente forma: 21.610 en las marismas de Guadalquivir, 21.437 en las Lagunas de La Nava y Campos y 15.121 acudieron a las lagunas de Villafáfila.
En este año se puede apreciar como confluyen las dos tendencias: la llegada de menos ejemplares desde el norte de Europa y la distribución entre varios lugares de invernada.
Si cada vez vienen hasta nuestras tierras menos ánsares también baja enormemente la probabilidad de que entre ellos aparezca algún otro tipo de ánsar infiltrado que no sea el común como los ánsares campestres, barnaclas cariblancas, ánsares indios, ánsares piquicortos o ánsar chico, incluso algún tarro canelo, barnacla cuellirroja o ánsar nival; los únicos que se siguen viendo con relativa regularidad en números muy variables son los ánsares caretos.
Varios ánsares caretos junto a comunes (diciembre de 2018).
Al igual que las probabilidades de ver alguno de estos infiltrados han bajado exponencialmente lo mismo ha sucedido con los ánsares marcados con un collar. En función de los collares que he visto en los últimos años su evolución ha sido la siguiente:
Año
Collares leídos
Nov. 2012-Feb. 2013
20
Nov. 2013-Feb. 2014
 19
Nov. 2014-Feb. 2015
15
Nov. 2015-Feb. 2016
9
Nov. 2016-Feb. 2017
10
Nov. 2017-Feb. 2018
 12
Nov. 2018 – Ene. 2019
3
 La invernada del ánsar común se muere. Agoniza. Vienen muchos menos y además llegan más tarde y están menos tiempo.
Una forma de saberlo y constatarlo es mediante el estudio de los ánsares marcados con collares. Uno de los objetivos de estos ánsares es estudiar sus movimientos, es decir, saber dónde están, cuanto tiempo pasan en una zona o si viajan hasta España; con unos ejemplos se entenderá perfectamente.
El ánsar con collar BPR que fue marcado en Noruega en el año 2001 ha bajado regularmente hasta la zona de Holanda y después hasta España; un 28 de diciembre se vio en Villafáfila (J.J. Orduña) pero el 8 de enero ya estaba de vuelta en Holanda donde pasará un tiempo para subir nuevamente hasta Noruega.
La historia del ánsar con collar BJ6 es muy ilustrativa de lo que está sucediendo. El 11 de noviembre de 2012 se vio en Holanda y un mes después lo pude observar en Villafáfila pero tres días más tarde, el 25 de diciembre de 2012, estaba de vuelta en Holanda. Había bajado hasta nuestra tierra para estar poco más de un mes y regresar antes de fin de año.
Un tercer ejemplo es el ánsar con collar LUF, anillado en Noruega en 2010, que lo pude observar el 1 de diciembre de 2012 y fue visto por última vez en las Lagunas de Villafáfila el 12 de enero de 2013 (J. Orduña, J.A. Casado, J.M. San Román) para estar de vuelta en Holanda y no se le ha vuelto a ver en España, con lo cual, es muy probable que no haya viajado hasta aquí.
O el GF6 que estuvo un mes en las lagunas de Villafáfila; entre el 27-12-2017 y el 28-1-2018.
A fin de cuentas se ha acortado la distancia de la migración (cada vez es más al norte), más cerca de las áreas de cría y la llegada más temprana a sus zonas de cría (cada vez están menos tiempo en las zonas de invernada).
En las siguientes imágenes extraídas de la página: blessgans.de se puede ver perfectamente como los ánsares marcados en Alemania y Suecia no bajan más al sur de Holanda realizando movimientos migratorios muy cortos e incluso algunos permaneciendo todo el año en un entorno de un radio muy pequeño alrededor de sus zonas de cría.
Movimientos de los ánsares radiomarcados en Alemania entre 2016 y 2019.
Movimientos de los ánsares marcados con radiotransmisor
en Suecia entre 2017 y 2019.
Estamos asistiendo a los últimos coletazos de la invernada del ánsar común en nuestra tierra y es una verdadera lástima. Llegará un momento en el que verlos será considerado algo excepcional como es, ahora mismo, ver un ánsar nival, un ánsar chico o un ánsar piquicorto, sin olvidarnos del ánsar campestre que vivió una decadencia muy parecida, preludio de lo que está sucediendo con los ánsares comunes.

7 comentarios:

  1. Muy interesante información... Aunque bastante triste. La naturaleza está en constante evolución y adaptación a las nuevas condiciones que estamos creando. Saludos

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    1. Hola Ernesto. Que razón tienes...la naturaleza se adapta a lo que nosotros provocamos y sufrimos. Un saludo.

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  2. Aunque se venia venir, es una noticia muy triste, yo como aficionado a las aves lo lamento mucho. Me pregunto si está pasando algo parecido con otras especies, estoy seguro que sí, los Zorzales por ejemplo.

    El cambio climático es un hecho y no sé como la naturaleza (incluyo al ser humano), se adaptará a este cambio tan brusco, me temo que muy mal.

    Un saludo desde León

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    1. Estoy de acuerdo...pasa con más aves y, como bien dices, los zorzales son un ejemplo...pero también se ven cada vez menos pajarillos que las pasan canutas. Un saludo.

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  3. Pues yo soy optimista y espero que vuelva a repuntar esta especie en Villafáfila. Por cierto, yo participé en el censo en el 88, toda una experiencia. Buen artículo Jose, un abrazo desde Cantabria.

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    1. Ojalá tu optimismo se refleje en la realidad. Sería una maravillosa noticia. Un saludo.

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  4. No me cuadra, por ejemplo el año 1979 estuve acampado en la laguna grande con otros 2 ornitológos y el tercer día, que coincidía con la semana santa, los ánsares emigraron en enormes bandadas en V hacia el norte. Contamos 18.000 ánsares. Y es dato de 1.979. Ahí pone que había 88...no entiendo de dónde sacan ese número, pero está erróneo fijo.

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