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sábado, 21 de diciembre de 2019

Fidelidad en la naturaleza.

La naturaleza es sorprendente, curiosa, apasionante y, en casos como los que voy a contar en esta entrada, fascinante. Ver un ave anillada es descubrir una historia: conocer donde fue anillada, su edad, sus movimientos y, en algunos casos, una apasionante historia de fidelidad. Hace unos días pude ver en las Lagunas de Villafáfila en un grupo ánsares comunes, tres collares. Tres collares que se movían juntos. Tres collares que comían, se desplazaban y cambiaban de zona volando juntos hasta otro lugar de alimentación.
Días después Cristian Osorio y Daniel Sanz (gracias) los volvieron a ver y completaron los dígitos que me faltaban, los tres seguían juntos. A partir de ahí comenzó el descubrimiento de su apasionante historia.
Sus collares eran UD5-UD6 y UE2. Los tres fueron anillados el 18 de julio de 2019 en el mismo lugar de Noruega por Arne Follestad. Después, volvieron a ser vistos, el 14 de agosto en otro punto de Noruega; desde ahí pasaron a Holanda donde fueron vistos el 21 de septiembre en un punto y el 15 de octubre en otra zona diferente. De ahí hasta las Lagunas de Villafáfila donde los pude ver el 15 de diciembre y Cristian Osorio y Daniel Sanz dos días después. Pensemos que estos tres ánsares han viajado unos 3.100 km, en un movimiento migratorio de unos cinco meses y han sido vistos seis veces en tres países diferentes y siempre van juntos, siempre están juntos.
Fotografía de los tres juntos.
Fueron anillados como adultos no reproductores con lo cual es muy difícil saber si son o no son miembros de una misma pollada pero, presumiblemente puede que lo sean y, seguramente, alguno de los otros ánsares con los que van también pueda ser hermano de ellos. ¿Qué les hacer ir siempre juntos? ¿Qué vínculo les une tan fuertemente que no se separan en un viaje tan largo?
Gaviota reidora JAY5.
Si este caso de los tres ánsares es curioso no menos es el de dos gaviotas reidoras que pude ver en el río Duero a su paso por Zamora entre diciembre de 2016 y febrero de 2017. Las dos fueron anilladas en Noruega, el mismo día (11-6-2016), por los mismos anilladores (Morten Helberg y Carsten Lome) y en el mismo lugar; desde entonces se mueven juntas y han venido juntas desde la lejana Noruega, algo realmente curioso. Estas dos gaviotas, ambas de primer invierno, eran JAY5 y JCJ8.
Otro precioso caso es el de una constatación. La constatación de la enseñanza. En el 2014 pude ver a dos grullas anilladas; una adulta la BuYBu-BuYR fue anillada el 10 de junio de 2010 en Alemania; había sido vista (hasta el momento en que las vi), la friolera de 107 veces; de las cuales casi todas eran en Alemania, más 2 en Francia, 1 en Holanda y 6 en España.
La segunda grulla anillada era un joven del año. Su código era: BuWBu-YBuW. Había sido anillada el 16 de julio de 2014 en Alemania; se había visto 4 veces muy cerca de donde se anilló, 1 vez en Holanda y mi observación en Villafáfila a 1602 km de distancia de donde se anilló.
Recuerdo que al terminar de leer el historial del pollo me asaltó una duda: "¿Y si la observación de Holanda fuera la misma en las dos grullas?" Volví a entrar en los historiales y mi sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que todas las observaciones del joven coincidían exactamente con las de la grulla adulta. El lugar, las coordenadas, el día, la hora, el observador...¡todo!
Las dos grullas habían estado juntas. El joven estaba donde se encontraba la adulta con lo cual había una enorme probabilidad de que fuese hija suya. 
Imagen de las dos grullas tomada por M. Kirchhoff en Alemania
el 8 de octubre de 2014.
Seguí buscando y encontré varias fotografías realizadas en Alemania donde salían las dos grullas juntas. La grulla adulta estaba enseñando a su pollo a sobrevivir. Le había enseñado por donde debía de moverse en Alemania, donde nació y lo anillaron, para después mostrarle el camino; el 25 de octubre fueron vistas por última vez en Alemania, su siguiente observación fue en Holanda donde se localizaron el 8 de noviembre y de ahí hasta Villafáfila donde las pude observar el día 25 de noviembre de 2014.
La grulla adulta estaba enseñando a la joven la ruta migratoria que deberá de aprender; por dónde ir, a dónde parar y, cuándo llegan al lugar de destino, donde moverse para comer o para descansar; sin olvidarnos de la ruta de vuelta hasta sus zonas de cría en Alemania. La grulla joven deberá de recordar todo lo que le enseñe la adulta ya que al año siguiente ya no tendrá esa guía tan especial y personalizada, deberá de realizar el viaje sin seguir las indicaciones de la adulta que tendrá otro pollo al que enseñarle el recorrido.
A partir del siguiente periodo de cría no han vuelto a verse juntas en ningún momento. Han seguido caminos diferentes. Ambas volvieron a España en algún momento: la adulta a Extremadura y Aragón y el pollo a otro punto de Aragón (Gallocanta).
Un último caso es todavía más sorprendente porque son aves de especies diferentes. Es la historia de una barnacla canadiense y un ánsar indio que he visto en varias ocasiones en Gijón. Historia que protagonizó una entrada que si queréis recordar podéis pinchar aquí.
Historias curiosas, sorprendentes, fascinantes. Historias de fidelidad, de acompañamiento por algún motivo ya sea por alimentación, seguridad o, simplemente, que quieren estar juntos pero, al fin y al cabo, historias que merecen ser contadas.

6 comentarios:

  1. Interesantes y emotivas historias. Gracias por darnolas a conocer. Enhorabuena Jose. Saludos.

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  2. Un reportaje extraordinario!!! Jose te deseo una Feliz Navidad y un inmejorable Año Nuevo lleno de grandes momentos en la Naturaleza. Un fuerte abrazo desde Cantabria.

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    1. Muchas gracias Germán. Felices fiestas para ti también. Un saludo.

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  3. hola José.
    gracias por compartir con nosotros tus observaciones y conocimientos, un año más de agradecimiento.
    felices fiestas
    un abrazo amigo

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    1. Hola Bernardo. Muchas gracias. Felices fiestas y a seguir disfrutando de la naturaleza. Un saludo.

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