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lunes, 2 de diciembre de 2019

Vuelvepiedras en una Villafáfila cambiada.

Villafáfila va cogiendo agua. Ahora se ven lagunas con una fina capa de agua que les van dando un aspecto mucho más lógico en esta época, aunque quedan muy lejos de un año normal.
Las lluvias caídas hasta hace pocos días han ido rellenando el acuífero, la seca tierra las tragaba todas y ahora, lo que está cayendo, ya está quedando en la superficie, con lo que las lagunas van cogiendo una capa de agua que atrae a miles de aves como el queso al ratón o como la atracción de un imán. Ha sido aparecer el agua y generarse un mayor movimiento en las lagunas. Todo lo que caiga a partir de ahora será muy bien recibido y quedará sobre la superficie, con lo que las lagunas se irán llenando, así es que esperemos que caiga más agua.
Han pasado cinco días entre mi penúltima y mi última visita a las lagunas y el cambio ha sido muy pero que muy notorio. El agua es vida y como tal las aves se van acercando hasta este magnífico enclave.
Poco mas de dos semanas han pasado entre estas dos fotografías...
...dos imágenes tomadas en el mismo lugar.
El pasado día 30 pasé todo el lluvioso día (para las lagunas perfecto; para la observación muy complicado pero bienvenida sea la lluvia) en las lagunas viendo un total de 55 especies. Había un poco de todo pero en números más bajos de lo normal para estas fechas; aun así fue un gran día en el que, la observación estrella, fueron dos preciosos vuelvepiedras que nunca me hubiera imaginado ver aquí en estas fechas.
El vuelvepiedras es un pequeño limícola, rechoncho, de pico corto y puntiagudo que llega a nuestro país en los pasos migratorios o a pasar el invierno, sobre todo en las costas del mar cantábrico y el océano atlántico. Es frecuente verlo en playas y zonas rocosas de nuestra costa pero verlo aquí no es nada normal y menos aun verlo casi en diciembre.
Me encontraba observando a los ánsares cuando dos pequeñas figuras pasaron volando muy cerca. ¿Qué eran? Los seguí con el telescopio hasta que bajaron varios cientos de metros mas lejos. Monté en el coche y me dirigí, con la mosca tras la oreja, a ver si los encontraba y confirmaba mis sospechas.
Llegué hasta donde habían bajado. Un grupo de las numerosas avefrías que se pueden ver en la reserva comía en una tierra mientras un gran aguacero les caía encima. Sin poder salir del coche por la fuerte lluvia los busqué hasta que aparecieron: eran dos preciosos vuelvepiedras.
Vuelvepiedras.
Increíble verlos en las lagunas en esta época. Se movían tranquilos comiendo entre las avefrías; por la tarde los volví a ver en la Salina Grande.
Uno de los vuelvepiedras en la Salina Grande.
La Salina Grandes está animada: cientos de chorlitos dorados descansan mientras los tarros blancos se mueven sin descanso en busca de alimento junto con azulones, cucharas, cercetas comunes, frisos, silbones o avocetas que deambulan por la laguna ante la atenta mirada de ánsares comunes, combatientes, correlimos comunes y cuatro solitarios chorlitos grises, un correlimos menudo y cuatro zarapitos reales que junto con 3 agujas colinegras deambulan por una de las islas de la laguna.
En los campos cercanos a las lagunas buenos grupos de avutardas salpican el verde recién nacido mientras milanos reales, aguiluchos pálidos y laguneros, cernícalos vulgares o un solitario busardo ratonero patrullan los campos en buscan de alguno de los miles de pajarillos que se mueven por los campos: estorninos negros y pintos, pardillos, jilgueros, trigueros o gorriones comunes vuelan en buenos bandos ante la atenta mirada del esmerejón que no perderá la ocasión que se le pueda presentar.
Aguilucho lagunero.
Archibebes oscuros, garcetas comunes, andarríos grandes o una solitaria garza real también buscan su hueco en las lagunas siempre observados por una de las rapaces nocturnas más bonitas, el búho campestre, la más diurna de las rapaces nocturnas que no pierde detalle al igual que los pequeños mochuelos que asoman entre las piedras, derruidos palomares o sobre las gastadas piedras del puente romano.
Búho campestre.
Grullas entrando a dormir a la Salina Grande al anochecer.
El día va acabando y van llegando aves a dormir a la laguna: unas seiscientas grullas llegan en pequeños grupos después de un día en el que han estado desaparecidas comiendo en la lejanía; entre ellas una vieja conocida la: BuBuY-WGW. Anillada en Alemania el 9 de julio de 2012 y que he podido ver desde 2013 en numerosas ocasiones.
Los escasos ánsares van al contrario, cuando las grullas llegan, ellos van saliendo a comer a los campos cercanos; entre ellos sigue el ánsar con collar azul ZU2, anillado en Noruega por Arne Follestad el 5 de julio de 2018 y otro collar azul que me tiene intrigado.
Estos pocos ánsares (habrá unos 700, junto con un grupo de unos 300 volando muy alto que llegaron por la mañana seguramente del norte) salen de la laguna mientras un grupo de gaviotas reidoras y tres sombrías entran a dormir a la seguridad de la laguna. Por la mañana seguía la gaviota cana de segundo año que lleva por la zona desde hace varias semanas.
El día toca a su fin. Un día lluvioso. Una día de esperanza. Un día en el que el movimiento de aves ha resurgido en las lagunas, solamente falta que siga lloviendo para que la situación vaya mejorando.

2 comentarios:

  1. Día lluvioso que culminas con un gran número de observaciones en unas lagunas que, poco a poco, van volviendo a ser las grandes anfitrionas de la invernada. Confiemos que siga lloviendo y puedan albergar más vida para beneficio de todos y disfrute de muchos.
    'Ojolince y Sra.' pronto esperamos pasar a comprobarlo.
    Muchas gracias por tu interesante resumen, José.
    Un saludo.

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    1. Este año hay un poco de todo pero en números muy bajos. Se han juntado varios factores que están incidiendo en ello, uno la poca agua que hay. Un saludo y gracia spor vuestro comentario.

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