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lunes, 28 de junio de 2021

Charranes y charrancitos en el río Duero en Zamora ciudad.

El día 25 de junio según iba a casa en el coche, junto al río, vi un ave blanca volando, tenía toda la pinta de un charrán. Paré y fui a ver que era. Efectivamente era un charrán que estaba pescando en la zona de Olivares en el río Duero a su paso por Zamora. Lo seguí. Se posó en una rama varada en la zuda en la que había un segundo charrán. Según les hacía fotos mi hija me toca y me dice: “Papi ahí hay un nido y una cría”. Miro y para mi sorpresa era un juvenil de avetorillo. Mi alegría fue inmensa pero la de mi hija mas ya que le dije que nunca había visto un jovencito de esta especie. Al llegar a casa lo contó encantada. Cogió el móvil de su madre y buscó en google: “juvenil de avetorillo”.
Varios días después la pareja de charranes continua en el río. Vuelan elegantes, como si bailaran en el aire, cayendo, de vez en cuando, sobre la lámina de agua para capturar algún pequeño pez. Charranes que se han detenido en este tramo del río Duero zamorano para descansar y alimentarse; charranes que reanudarán su largo viaje desde el Golfo de Guinea, las costas de Angola o incluso desde las costa de El Cabo donde pasan el invierno hasta las costas europeas desde España hasta Noruega o Suecia.
Pareja de charranes en la que el macho hace vuelos de exhibición, reclama, hace movimientos alrededor de la hembra en los que agacha la cabeza y levanta la cola y le trae regalos en forma de pequeños peces  que acepta encantada. No criarán aquí pero es un privilegio seguir sus evoluciones y una oportunidad única.
Dos días después a la pareja de charranes comunes se les han unido una preciosa pareja de gráciles y elegantes charrancitos.
Charrancitos de vuelo ágil, eléctrico que está acompañado de constantes zambullidas en el río para capturar pequeños peces. Charrancitos que alternan sus espectaculares vuelos con el descanso en la zuda. Descanso merecido de unos incansables viajeros que viajan desde sus cuarteles de invierno africanos (pueden llegar hasta Sudáfrica) hasta sus zonas de cría en Europa.
Es sorprendente la cantidad de magníficas observaciones que siguen apareciendo en este punto concreto del río. Esta zona tan específica acumula un buen número de observaciones de gaviotas, charranes, fumareles e incluso gavión atlántico.
Entre las gaviotas se han visto: gaviota reidora, sombría, patiamarilla, cana, cabecinegra, de Aundouin y gavión atlántico; entre los charranes: común y charrancito; entre los fumareles: común, cariblanco y aliblanco (en otra entrada iré desgranando mas profundamente todas estas observaciones). Increíble y sorprendente tal cantidad de observaciones en este punto del río Duero a su paso por Zamora ciudad.
Aves marinas que pasan el invierno en este entorno, cruzan en los pasos prenupcial o postnupcial o, simplemente, paran a descansar y alimentarse durante unas horas o unos días.
¿Qué tiene este tramo del río para que se produzcan estas observaciones? ¿Por qué se paran en este lugar?
Sinceramente creo que es por dos motivos; primero porque tienen lugares para descansar en la zuda o en los grandes bloques de piedra del viejo puente derruido que les infunden confianza y tranquilidad. Segundo porque en esta zona del río hay comida en abundancia.
Es sorprendente, una maravilla, una verdadera gozada y un enorme privilegio que en esa zona del río podamos disfrutar, cada cierto tiempo, de estas magníficas aves y, además, al lado de casa. Todo un privilegio tener un río como este.

lunes, 21 de junio de 2021

Flamenco en el embalse de Ricobayo (Zamora).

Ayer por la mañana saltó la sorpresa. Miguel Ángel G. Matellanes y Juan José González descubrían un flamenco común de segundo año de calendario en el embalse de Ricobayo. En principio intentaría acercarme por la tarde pero una frase lo cambió todo: “Papi quiero ir a verlo”. Mi pequeña quería ir y eso era una oportunidad que no podía dejar pasar así que, al poco, nos presentamos en el embalse donde el tiempo nos indicaba que estábamos en octubre y no en una mañana de junio: frío, viento y lluvia hacían que el día estuviera muy complicado.
Nada mas llegar lo vimos. Bajé el telescopio y pertrechados entre las dos puertas del coche y sin estirar las patas del telescopio pudimos verlo a placer. Ahí estaba, en el embalse, en un lugar que era la primera cita de esta especie ya que todas las demás citas siempre habían sido en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Era la séptima cita para la provincia de Zamora (según los datos del gran ornitólogo zamorano Alfonso Rodrigo).
La lluvia arreció cada vez mas y tuve que meter el telescopio dentro del coche desde donde mi pequeña seguía viendo al curioso flamenco en tan extraño lugar.
Los principales pigmentos que dan color a las aves son las melaninas y los carotenoides. Los carotenoides se adquieren mediante la dieta y son transformados en pigmentos mediante la acción de encimas; eso es lo que sucede con los flamencos que van adquiriendo su color rosa por la alimentación de pequeños crustáceos que acumulan gran cantidad de carotenos.
Esta era un ave de segundo año de calendario a la que se le empezaba a vislumbrar el color rosa por los flancos.
El flamenco había llegado la pasada noche ya que, daba la casualidad, que el día anterior por la tarde estuve en ese mismo punto observando el grupo de espátulas con las que el flamenco compartía zona y él no estaba. Grupo de espátulas entre las cuales hay dos anilladas: AXJJ y NAX3 anilladas en Francia y Holanda, de las que todavía no tengo datos.
Al poco de estar allí llegó Alfonso Rodrigo con el que compartimos tan curiosa e inesperada visita. El flamenco se movían intentando comer entre el barro y la zona de menos agua: ¿Qué comerá? ¿De qué se alimentará el tiempo que esté aquí? La verdad es que algo deberá de comer pero en este lugar es muy complicado encontrar algo que le sirva de alimento. ¿De dónde vendrá? ¿Será francés, español...? Quién sabe. Ojalá hubiera estado anillado para poder saber su procedencia, algo que pensé nada más verlo. Los flamencos son grandes viajeros que se mueven por el Mediterráneo (algunos con unos historiales muy interesantes) y muy longevos como lo demuestran algunos ejemplares que he visto con 33 años (aquí podéis recordar sus historias).
En un momento determinado algo les asustó y tanto el grupo de diez espátulas como el flamenco levantaron el vuelo y tras una pequeña vuelta volvieron al lugar del que se habían levantado. Tenía fuerzas, ese vuelo lo demostraba.
Las espátulas se alimentaban constantemente y el flamenco lo intentaba. Era increíble verlo allí, supongo que cuando el tiempo mejore continuará su viaje y desaparecerá pero nos habrá dejado una inusual estampa de un flamenco en un embalse zamorano, algo verdaderamente sorprendente.

lunes, 7 de junio de 2021

Estorninos rosados en Salamanca.

El pasado día 2 de junio Javier López Alonso y Juan José Ramos Encalado descubrieron en un parque de Salamanca ciudad un grupo de ocho estorninos rosados. Tres días después me he podido acercar a disfrutarlos.
Según me llegaba a las moreras varias personas miraban atentamente hacia arriba. Ahí estaban. Tres preciosos ejemplares de estornino rosado se movían entre el follaje de la frondosa morera. Eran mis primeros estorninos rosados.
Dos de ellos comían las deliciosas moreras mientras el tercero descansaba tumbado sobre la horquilla de una rama. Es increíble poder verlos aquí. Un ave procedente de Asia y que suele invernar en la India la estaba viendo a miles de kilómetros de su zona habitual. ¿Por qué están aquí? ¿Qué les hace desplazarse miles de kilómetros desde sus zonas asiáticas?
El pasado 26 de mayo empezaron a verse en Francia y el día 28 se vio el primero en España (Lleida), a partir de ahí se han ido extendiendo hacia el noroeste. A 4 de junio se han visto 263 ejemplares en España; en este mapa elaborado por Ricard Gutiérrez (rare birds en España) se puede ver perfectamente su distribución actual y expansión. (Si pincháis aquí podréis ver la información completa y detallada).
Mapa elaborado por Ricard Rodríguez (Rare birds en España).
Decidí bajar por la fila de moreras para ver si encontrábamos alguno mas. Un poco mas abajo localizamos otros dos ejemplares y, mas abajo todavía, otros cuatro mas; en total pude ver 10 preciosos estorninos rosados que durante las tres horas que allí permanecí estuvieron siempre en su morera, sin moverse, los tres grupos se mantuvieron estables.
Cada cierto tiempo se produce una irrupción, un influx, de esta especie que se desplaza hacia el oeste desde Asia central. “Dentro de estas irrupciones, que tienen sus máximos en mayo, en términos generales la de 2002 fue la que abarcó mayor rango geográfico, aunque la de 2018 ha sido la de mayor afluencia en las últimas décadas, superando a la de 2002 en el número de aves observadas en países como Reino Unido (>200 ind.) y España (>70 ind.), no siendo así en el caso de Francia, donde 2020 ha sido hasta la fecha la mayor irrupción (>1.500 ind.). Habría que remontarse al año 1875 para encontrar una irrupción similar a la de 2018, cuando se estimaron entre 6.000 y 7.000 parejas criando en el norte de Italia, un hecho insólito que quien sabe si volverá a repetirse, o si alcanzará alguna temporada la península ibérica” (Texto extraído del blog: amantesdelaornitología).
Si la entrada en 2018 se pudieron ver en España 70 ejemplares, en esta de 2021 ya han aparecido 263 en las provincias de: Girona, Barcelona, Lleida, Tarragona, Zaragoza, Huesca, Navarra, Soria, Burgos, Vizcaya, Guipuzcoa, Cantabria, Asturias, León, Valladolid, Salamanca y Lugo. Quedando entre medias Palencia, Álava, La Rioja y Zamora. Los pajareros zamoranos los hemos buscado pero, de momento, no han aparecido aunque estoy seguro que alguno hay en la provincia, además Miguel Rodríguez (magnífico biólogo y ornitólogo salmantino) pudo ver 2 ejemplares en Tarazona de la Guareña a un kilómetro escaso del límite provincial con Zamora.
Si se han visto 263 ejemplares: ¿cuántos habrán entrado en la península? ¿Cientos, miles?
Como he dicho muchas veces: ¿Cuánto nos perderemos? ¿Cuántas aves podemos ver? ¿El 20 % de las aves que pasan por nuestra tierra? ¿El 10 %? Es muy difícil de saber. Es muy complicado de cuantificar pero desde luego es un tanto por ciento muy alto lo que no vemos. Aun así, el aumento de observadores, hace que cada vez veamos mas cosas, tengamos mas información y las redes sociales, ebird y blogs hacen que corra como la pólvora y aprendamos unos de otros. Seguramente el número de aves que han entrado en España nos sorprendería si pudiésemos saberlo con seguridad.
Los estorninos rosados seguían en sus moreras, alimentándose, cantando, acicalándose, exhibiendo los machos sus preciosos plumajes bicolores en negro y rosa pálido, con las crestas encrespadas emitiendo cánticos llamativos e incluso con alguna pelea por defender su rama. Varios ejemplares inmaduros tenían el blanco sucio diferenciándose perfectamente de los llamativos machos con su elegante traje nupcial.
¿Cual es la razón por la que cada cierto número de años se produzca este desplazamiento hacia el oeste? La teoría más aceptada como el motivo de su desplazamiento es porque van siguiendo grandes grupos de saltamontes. Cuando llegan a España se suelen quedar en zonas con árboles frutales, fundamentalmente cerezos, higueras y moreras donde, además, tengan campo abierto para bajar al suelo y alimentarse de insectos o lombrices.
Varias personas procedentes de Zamora, Salamanca y Palencia llegaron mas tarde para poder disfrutar de este precioso pájaro asiático que se alimentaba incansablemente de las deliciosas moras. Es verdaderamente curiosa la historia de estos estorninos rosados que cada ciertos años realizan un viaje de miles de kilómetros totalmente fuera de sus rutas migratorias habituales. Una historia fascinante.

martes, 1 de junio de 2021

Anochece en la sierra.

Anochece en la Sierra. El sol va cayendo en el horizonte mientras una pequeña rapaz de endiablada velocidad, gran agilidad y quiebros imposibles surca el aire en busca de insectos; insectos a los que caza en pleno vuelo, en un alarde de agilidad y destreza ante, oponentes tan experimentados en el vuelo, como las libélulas, es el alcotán.
Este pequeño halcón de largas y puntiagudas alas, listas negras en el vientre y zona inferior rojiza es un verdadero maestro en la captura de insectos al vuelo. Insectos que captura y come en el aire. Insectos que en muy pocas ocasiones escapan a su maestría.
Esta ave discreta ha llegado hace unas semanas procedente de África para criar en nuestro territorio o continuar viaje hasta el centro de Europa. En España está catalogado como Casi Amenazado.
Zarcero políglota.
Vuela. Planea. Aletea. Se posa en lo alto de un roble. Descansa. Observa. No pierde detalle mientras un zarcero canta al viento y una collalba gris se exhibe ante su pareja. La sierra se va oscureciendo. El sol cae lentamente y las sombras se van adueñando de brezos, carqueisas y robles. Es el momento de las ciervas. Es el momento de salir de sus encames diurnos, encames que les han proporcionado seguridad; es el momento de alimentarse.
Van saliendo poco a poco. Avanzan lentamente por la pradera. Se agachan y comen mientras otra de las ciervas levanta la cabeza y estira las orejas atenta a cualquier sonido, a cualquier movimiento, su enemigo está en la zona, no pueden descuidarse, el lobo no perdona los errores.
Las ciervas se mueven en grupos familiares con una hembra líder, que suele ser la mayor y, por lo tanto, la más experta, la que conoce el terreno como la palma de su mano, la que decide por donde hay que moverse, la que decide por donde hay que huir en caso de un ataque, incluso la que decide donde hay que comer. Junto a ella irán sus crías de los últimos dos o tres años. Incluidos los machos jóvenes de menos de dos años. Avanzan lentamente, comiendo, vigilando, observando. Toda precaución es poca.
El alcotán levanta el vuelo. La luz es cada vez más tenue, las sombras se van apoderando de la sierra. Sigue cazando. Sigue demostrando su agilidad. Planea por encima de una pareja de liebres ibéricas que comen al anochecer.
La liebre ibérica es junto a la liebre de piornal y la liebre europea las tres especies de liebres que habitan la península ibérica, siendo las dos primeras endemismos ibéricos. Están nerviosas, intranquilas, son desconfiadas, a cualquier movimiento o ruido se yerguen, levantan las orejas, se ponen de manos.
Un suave movimiento entre el brezo las hace estar en alerta máxima, el siguiente movimiento actúa como un resorte que les hace correr a la seguridad del brezal mas cercano. El brezo se abre como una cortina, tras él tres negros jabalís asoman al claro, uno detrás de otro van cruzando. El primero se para. Nos mira. La noche se ha apoderado de la sierra. Hay que estar alerta. Cruzan el camino y desaparecen en el brezo.
Las ciervas siguen tranquilas, comiendo. Un joven macho de incipientes cuernas las sigue, seguramente el próximo año ya no estará en el grupo, irá junto otros jóvenes machos formando un pequeño grupo de "solteros".
Comienza la noche. La sierra despierta a una nueva vida nocturna llena de peligros. Nos vamos y mi hija se va muy contenta y sus padres mas todavía. Ha saboreado la maravilla que es disfrutar de la naturaleza.