sábado, 17 de diciembre de 2016

Libro: “Observaciones de campo del lobo ibérico”.

El pasado jueves fue un día muy especial. El comienzo de un final, me explico, presenté en el Museo Etnográfico de Castilla y León (Zamora) el libro: “Observaciones de campo del lobo ibérico”Un sueño que  vio la luz.
Quería hacer un libro fácil de leer, que todo el mundo, independientemente de sus conocimientos técnicos o biológicos, pudiera leer y disfrutar; un libro estructurado de una manera poco habitual pero que atrajera y animara a su lectura, incluso a los niños o jóvenes.
Fernando García, José Luis Santiago, José Barrueso y Ernesto Hernández.
En la presentación me acompañaron tres amigos y amantes de la naturaleza que han colaborado en la gestación de este libro; amigos y compañeros de tantas horas de campo, de tantas horas de frío, viento, lluvia y calor en la búsqueda del lobo. Fernando García (gracias por tus fotos y consejos), Ernesto Hernández (gracias por tus consejos y ayuda en ciertos temas biológicos) y José Luis Santiago (gracias por tu compañía, consejos y mostrarme al lobo como es).
La presentación estuvo muy concurrida y llenó el salón de actos del museo en un acto ameno y distendido que dio el telón de salida a un libro diferente sobre lobos. Gracias a todos los que estuvisteis allí, gracias a todos los que me habéis apoyado y animado, gracias a Pepe Calvo (director del museo) por su amabilidad y predisposición, gracias a Luis González (librería Semuret) por sus inestimables consejos y amabilidad. A todos, mil gracias.
El libro está dividido en cinco grandes bloques: “Sentir al lobo”, “El grupo familiar”, “Alimentación”, “Encuentros fortuitos” y “Comportamientos poco habituales”. Cada bloque es independiente y todos se desarrollan mediante el relato de una observación directa de campo en la que narro una situación o un hecho cotidiano en la vida de un lobo ibérico, de tal manera que al terminar el libro se tenga una idea clara de cómo es su día a día.
El lobo ibérico es el protagonista de este libro, el protagonista de cuarenta y cinco observaciones de campo en las que se nos muestra su vida cotidiana. Una vida llena de emociones y peligros.
Tres páginas del libro.
No es un libro de fotografías, es un libro de historias, de situaciones cotidianas en la vida del lobo ibérico, de observaciones. Todas las observaciones y fotografías de este libro han sido realizadas a lobos en total libertad, sin causarles ningún daño, molestia o perjuicio, sin interferir para nada en su vida, en sus movimientos o en sus quehaceres.
106 fotografías y 4 esquemas de caza ilustran el libro.
Una de las finalidades de este libro es describir cómo vive un lobo mediante observaciones reales de su comportamiento para conocer mejor su vida, para comprenderlo, entenderlo, valorarlo y respetarlo. 
Espero y deseo que guste a todo aquel que se anime a tenerlo entre sus manos, a leerlo, a disfrutarlo, a saborearlo...
(Más información en jbarru99@yahoo.es)

domingo, 11 de diciembre de 2016

Historias de gaviotas por Gijón I.

Para alguien de interior cuando vas al mar es algo especial y diferente; hemos pasado unos días en familia en la bella ciudad asturiana en la que en nuestros paseos por la playa y el parque de Isabel la Católica pudimos disfrutar de un buen número de gaviotas y, entre ellas, algunas anilladas. Gaviotas que nos cuentan una historia diferente, una historia singular, su historia.
En esta primera entrada hablaré de las historias de las gaviotas cabecinegras que pudimos ver. La gaviota cabecinegra es una gaviota de las consideradas medianas que adquieren el plumaje de adulto a los tres años de edad; en la provincia de Zamora se puede ver fundamentalmente en las lagunas de Villafáfila ya que allí ha criado en los últimos años. Es una especie originaria del noroeste del Mar Negro (Ucrania) desde donde a mediados del s.XX comenzó su expansión hacia el oeste de Europa para llegar hasta la península ibérica donde inverna en un buen número y crían algunas parejas (entre ellas las de las Lagunas de Villafáfila).
Esta especie es una de las especies de gaviotas que distingo ya que para alguien que no está acostumbrado a verlas es verdaderamente difícil entrar en un mundo tan apasionante y complicado como este y, todavía más, poder distinguir las diferentes especies con sus diferentes plumajes en función de la edad y de la época del año.
En Gijón hay un buen número de gaviotas cabecinegras invernando que se mueven entre la playa de San Lorenzo, El Rinconín y el parque de Isabel la Católica. Entre todas ellas conseguí leer siete anillas, de las cuales, seis eran anillas de color y una solamente con anilla metálica.
Empezaré por la más longeva ya que tiene 18 años y, además, una curiosa historia. Es la E844 que ha sido anillada, ni más ni menos, que en tres ocasiones diferentes.
La primera vez fue anillada el 17-6-1998 como pollo, en Holanda, y solamente con anilla metálica. Desde ese momento hasta su siguiente anillamiento nadie la pudo leer. El 25-5-2001 se volvió a anillar en Bélgica, esta vez con anilla de color blanco y dígitos negros 4HV siendo vista 85 veces hasta su nuevo anillamiento en Bélgica por Alain Le Dreff el 19-5-2012 con una nueva anilla blanca y dígitos negros, la E844; desde ese momento se ha vuelto a ver en 56 ocasiones y, siempre que se ha visto en España, ha sido en Gijón.
La segunda es la que más distancia ha recorrido desde su lugar de anillamiento en Hungría. Fue anillada como pollo por Domján András el 15-6-2016 con el código H6V3. Esta preciosa gaviota ha recorrido 2.054 km desde donde fue anillada hasta su primera y única observación (hasta la fecha) en Gijón.
La tercera es la que tiene el código 32A9 y fue anillada, como pollo, en Holanda por Frank Majoor el 24-6-2010. Ha sido vista una vez en Francia y 15 en España, de las cuales 13 veces en Gijón y 2 en Ceuta.
La siguiente tiene dos años y fue anillada con el código RAR7 en Francia por Franck Salmon el 29-6-2014 y ha sido vista 11 veces en Francia, 1 en Málaga y esta observación en Gijón.
La RJ6R ha sido anillada también en Francia por Franck Salmon el 2-7-2016 y ha sido vista 4 veces en Francia y 16 en Gijón. Algo muy curioso de esta gaviota es que tiene un problema en la garganta ya que la tiene abultada de una forma muy extraña y preocupante. En el magnífico blog de Antonio Gutiérrez, al cual quiero agradecer su magnífica predisposición cada vez que le pido ayuda en temas de anillas, la podéis ver en una fotografía tomada al día siguiente de verla yo.
La última es la RA5K y es la primera vez que se ve desde su anillamiento como pollo por Cap Ornis el 25-6-2016 también en Francia.
A todas estas hay que añadirle una séptima que solamente tenía anilla metálica procedente de Polonia y que será muy complicado de saber algo más de ella ya que la lectura de su código fue incompleta.
Seis gaviotas cabecinegras anilladas. Seis historias diferentes; unas más largas, otras más cortas pero todas nos cuentan su historia, su vida, donde están, que hacen, a donde van, que les pasa…historias apasionantes que podemos saber por la colaboración de todas aquellas personas que leen las anillas y lo comunican, y por la amabilidad de sus anilladores que comparten sus datos con todos nosotros.

martes, 29 de noviembre de 2016

Villafáfila: una esperanzadora invernada.

El pasado 2 de noviembre escribía en una anterior entrada: “Actualmente habrá entorno a 500-600 gansos en toda la Reserva; cifra irrisoria que como no haga más frío en el centro y norte de Europa y aquí llueva, no van a venir, ¿para que desplazarse miles de kilómetros si tienen comida suficiente en el centro de Europa?”
La primera circunstancia ya ha sucedido. En el norte de Europa han caído las primeras nevadas y el tiempo ha cambiado, algo que no hacía por esta época en los últimos años, circunstancia que ha empujado a miles de ánsares a desplazarse hacia el sur, con lo cual, en el último censo efectuado en la reserva el pasado día 15, se contabilizaron algo más de 4.000 ejemplares pero, ahora y después de mi última visita el pasado día 25, esa cifra, estoy seguro que ha aumentado más.
Esto es un motivo de alegría ya que hacía varios años que no había esa cifra en las lagunas de Villafáfila en la época en la que nos encontramos pero, la segunda circunstancia debe de suceder; hay muy poca agua en la reserva, es imprescindible que llueva, que las lagunas se vayan llenando sino, todos esos miles de ánsares que están viniendo y llegando a la reserva se irán, buscarán otro lugar con agua para poder pasar el invierno. En el último fin de semana ha llovido, espero que sea un comienzo en la acumulación de agua para las maltrechas lagunas de la reserva.
Un hecho que indica que vienen nuevos ánsares es el poder leer y estudiar el movimiento de los que están marcados con un collar; así, por ejemplo, el primer collar que he leído este año (que ya he visto en tres ocasiones) es de un ejemplar que nunca había invernado en España (si hubiera venido, seguramente, en algún momento, se le habría podido ver). Este ganso común es el TJE y fue anillado en Noruega el 29 de junio de 2010, siempre había invernado en Holanda y Alemania, nunca había bajado más al sur de esos países porque, seguramente, no le había hecho falta desplazarse más pero, en esta ocasión, ha bajado hasta aquí; el frío y la nieve que ha tapado sus zonas de alimentación le ha empujado hasta nuestras latitudes.
Otro ganso nuevo es el del collar “raro”, me explico, el pasado día 11 Alfonso Rodrigo y yo más tarde pudimos ver un ganso con collar azul LZ5 que descansaba en la laguna de San Pedro; lo curioso de este collar es que tiene la letra L puesta al revés. Este ganso fue anillado el 16 de junio de este año en Noruega y es su primer avistamiento y su primera migración en la que ha llegado hasta las lagunas de Villafáfila.
Esperemos que estos dos días haya caído la suficiente agua para que, al menos, no se vayan los ánsares que ya han llegado. Con ellos, casi siempre, viene algún infiltrado, como la barnacla cariblanca que nos acompaña desde el pasado 1 de noviembre.
Las grullas están en los números más altos de este año, hay alguna más de 1.000 y entre ellas siempre aparece alguna anillada como es el caso de dos ejemplares que pude ver y que iban juntos a todos lados, no se separaban ni un instante; la lastima es que de los dos, solamente pude leer una, ya que la otra siempre me ocultó una de las patas pero, lo que si es seguro, es que las dos están anilladas en Alemania.
La grulla con código BuBuR- YGY es muy curiosa porque no tiene informe de datos pero si tiene 5 observaciones: 3 en Alemania y 2 en España. Presumiblemente fue anillada en Alemania el 13 de octubre de 2008 y solamente se ha visto allí, hace tres años en Villafáfila y la observación del otro día. La verdad es que me quedé con las ganas de saber la historia de la otra grulla porque al ir siempre juntas podría suceder que tuviesen una historia tan singular y hermosa como la de dos grullas que pude observar en noviembre de 2014 (pinchar aquí para recordarla).
Azulones, combatientes, ánade rabudo, silbón, cerceta común, tarro blanco, agachadizas, gaviotas reidoras, estorninos negros y pintos, aguiluchos laguneros o cernícalos vulgares son algunos de los habitantes de las lagunas que se pueden ver estos días al igual que los espectaculares y preciosos búhos campestres.
La invernada tiene muy buena pinta esperemos que llueva lo suficiente y se cumplan las expectativas...

viernes, 18 de noviembre de 2016

Búhos campestres y ánsares en Villafáfila.

El sol había salido hacía pocos minutos pero las nubes ocultaban su luz dando un aspecto triste y desangelado a la mañana. Acababa de llegar a las Lagunas de Villafáfila e iba en busca de los habitantes principales en esta época, los ánsares, cuando, según avanzaba, comenzaron a levantarse búhos campestres a ambos lados. Era increíble. Se levantaban, volaban unos metros y se volvían a posar. 1, 2, 3, …16 preciosos búhos campestres aparecieron ante mi asombro y mi cara de incredulidad.
No esperaba encontrármelos y, muchas veces, cuando surge algo que no esperabas la sensación es de perplejidad, admiración y un asombro que pasa a ser una maravilla cuando los disfrutas a placer; cuando los puedes observar en todo su esplendor, observar sus grandes y preciosos ojos, sus inmaculadas plumas, sus fuertes patas y las diferencias de tono en sus colores.  
Había más de 16, seguramente estarían entre 20 y 30 pero era imposible contarlos. Su penetrante mirada me taladraba como una afilada lanza. Sus preciosos ojos amarillentos no dejaban de observar al intruso.
El búho campestre es un invernante común en España llegando desde zonas nórdicas y rusas; hasta hace pocas décadas no criaba aquí, pero desde los años noventa del siglo pasado cría en nuestra tierra, sobre todo en Tierra de Campos, donde encuentra una buena despensa de comida necesaria para sacar adelante a sus pequeños.
El búho campestre es la rapaz nocturna más diurna, se alimenta fundamentalmente de pequeños roedores, siendo junto con otras rapaces un fantástico controlador de sus poblaciones. Mucho mejor que el maldito veneno o las quemas. De entre todos ellos, dos me llamaron poderosamente la atención. 
El primero estaba posado en un campo cuando comenzó a mover el cuello y el cuerpo de una forma convulsiva, como cuando tenemos ganas de vomitar y, ante mi asombro, abrió el fuerte pico y vomitó una egagrópila, es decir, estaba devolviendo una especie de bola con todas las partes que no puede digerir de sus presas (huesos, plumas…) el proceso es similar a cuando los gatos devuelven una bola de pelo. Estas egagróplias son una fuente de información ya que con su estudio se puede saber la alimentación de esa rapaz.
El segundo por su color. Era mucho más blanco que los demás, me recordaba a los búhos de las películas de Harry Potter. Era realmente precioso.
Al ver posado al búho campestre en el suelo tienes la sensación de que se va a caer de cabeza, que va a perder el equilibrio, ya que está de una forma muy horizontal, casi paralelo al suelo, no como otras rapaces nocturnas que están muy verticales. La explicación de esa postura es muy sencilla: como pasa gran parte de su tiempo posado en el suelo, tiene que adquirir una posición que no destaque demasiado; si estuviera más vertical se le vería inmediatamente en la llanura; por el contrario otras rapaces nocturnas están mucho más verticales porque tienen que pasar desapercibidas en lo alto de un árbol y deben asemejarse a las ramas que están a su alrededor.
Dejé a los búhos campestres y busqué a los ánsares que este año, toquemos madera, parece que, hasta estos momentos, han venido más que los que había, por estas fechas, el año pasado. Actualmente hay algunos más de 4.000 y, entre ellos, mis dos primeros ánsares caretos (en una visita anterior), un par de ánsares con collar y al ánsar chico que nos ha estado volviendo locos durante las últimas semanas.
El pasado verano José M. San Román descubrió un ánsar chico en el Centro de Interpretación y, a principios de septiembre, Alfonso Rodrigo descubrió que portaba una anilla, lo cual, en principio era síntoma de que procedía de una colección privada o un parque.
Durante las últimas semanas se ha visto un ánsar chico entre los grupos de ánsares salvajes que se mueven por las lagunas surgiendo la duda de si era el mismo ejemplar.
El pasado día 12 lo pude ver en una zona de la Salina Grande entre un grupo de ánsares comunes que llegaban volando. Me llamó poderosamente la atención su gran cojera y el enorme barrado, no se parecía al del ejemplar que había visto el pasado 30 de septiembre en las lagunas del Centro de Interpretación. Como no pude verle la anilla surgió la duda. ¿Era el mismo?
En días sucesivos otras personas lo han conseguido ver y certificar que tiene la anilla al igual que lo he visto hoy, con lo cual, la duda y el misterio se han resuelto. 
Es un ave preciosa y verlo entre los ánsares comunes es especial y, si fuera un ave que viniera con ellos desde el norte de Europa, sería un auténtico lujazo. Hay más ánsares, collares pero eso será otra historia.