domingo, 21 de febrero de 2021

Historias de anillas entre el río y el vertedero de Zamora.

Enero y febrero son muy buenos meses para acercarse hasta el Centro de Residuos Urbanos de Zamora. Vertedero que está prácticamente sellado con lo cual los números de aves han ido bajando en los últimos años. Las reinas del lugar son las cigüeñas blancas, seguidas de las gaviotas reidoras pero también se puede ver garcilla bueyera, milano real y negro, busardo ratonero, garza real o multitud de pequeños pajarillos como estorninos pintos y negros, lavanderas blancas, gorriones comunes o morunos, sin olvidarnos de los cuervos, grajillas o urracas.
La poca comida que hay está en la mesa, solamente hay que cogerla y eso es lo que hacen estas aves que se alimentan día tras día en este lugar. Entre ellas surgen las aves anilladas con historias peculiares y diferentes que nos cuentan de donde provienen, la edad que tienen o por donde han pasado.
A principios de noviembre llegó el gran grupo de gaviotas reidoras que ha estado invernando en nuestra ciudad y entorno. Durante tres meses un grupo variable de gaviotas reidoras ha pasado gran parte del día en la zuda de Olivares, en el río Duero a su paso por Zamora capital.
Allí se empezaban a concentrar a mediodía y pasaban gran parte de la tarde moviéndose de la zuda, donde se acicalan, beben y descansan, al agua, donde se lavan. Casi al anochecer, se levantan y marchan río arriba para acudir a su dormidero situado cerca de Coreses.
A la mañana siguiente se dirigirán hasta el vertedero de Zamora donde pasarán casi toda la mañana alimentándose para volver, al mediodía, a la zuda de Olivares donde, nuevamente, al anochecer, se levantarán e irán río arriba para volver a su dormidero habitual. Este es el día normal que hacen estas gaviotas reidoras que están pasando el invierno en nuestra ciudad.
En este grupo de gaviotas reidoras he podido localizar cuatro ejemplares anillados con anilla de color y, por lo menos, cinco con anilla metálica, aunque leer este tipo de anilla es muy, muy complicado por la distancia mas otra anilla roja imposible de leer.
De las cuatro anilladas, tres provienen de Polonia. La primera de ellas es una vieja conocida: T1CW anillada el 22-6-2019 y que en noviembre de ese año ya la pude observar en Zamora hasta el 14-1-20, volviendo el 2-11-20 (vista por Alfonso Rodrigo en el río Duero) hasta el 29-1-21.
Las otras dos gaviotas reidoras polacas son muy curiosas porque son la TMN6 y TMN8 anilladas el mismo día (15-5-2019), en el mismo lugar y, desde allí, han viajado juntas mas de 2.000 km hasta Zamora donde siguen juntas en el mismo grupo. Seguramente sean miembros de la misma pollada. Realmente fascinante.
La cuarta de las gaviotas es una reidora zamorana: NA83, anillada en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila por el GIA León el 4-7-2019 donde nació en la colonia de la Casa del Parque. Y, curiosamente, fue anillada y vista un año y 4 meses después por la misma persona, Alfonso Rodrigo. La he podido ver en varias ocasiones.
En este grupo de gaviotas reidoras hay una infiltrada. Una preciosa gaviota cabecinegra que resultó estar anillada. 3PR7 fue anillada el 21-5-2020 en Holanda por Leon Kelder; ha sido vista en la Bretaña francesa y aquí en Zamora.
Uno de los encuentros mas curiosos de aves anilladas que he tenido en el vertedero de Zamora es el de una garza real: P062 también anillada en Polonia, el 5-3-2020. Era la primera vez que veía una garza real anillada. Garza que recorrió 2.132 km desde su tierra natal hasta el vertedero zamorano, siendo esta su primera observación.
Las gaviotas sombrías han perdido importancia en el vertedero desde que prácticamente se selló hace unos años. Verlas ahora mismo es muy raro aunque, sobre todo, a finales de enero y febrero, algún grupo se queda varios días. Grupo que seguramente está en migración hacia el norte y para aquí unos días.
He podido ver dos grandes grupos de 152 y 138 ejemplares entre los que se encontraban 4 ejemplares anillados (que haya podido leer porque alguno mas había que ha sido imposible su lectura).
La primera es una vieja conocida: Y.N32 una gaviota sombría muy peculiar ya que su cabeza es muy negra y es fácilmente reconocible. Fue anillada el 12-5-2013 en Islandia por Gunnar Thor Hallgrimsson. A esta gaviota ya la había visto el 19-1-2016 en el vertedero de Zamora y el 30-12-20 en el vertedero de Gomecello (Salamanca). Gaviota fiel a Zamora y Salamanca ya que son los dos únicos lugares en los que se ha visto. 2.600 kilómetros separan su Islandia natal de Zamora.
B=
tiene 24 años. Fue anillada el 28-6-1997 en Rotterdam (Países Bajos) por Norman D. van Swelm y tiene una curiosa historia ya que ha sido anillado dos veces.
Fue anillada como pollo con anilla NP5 y recapturada en 2011 poniéndole la anilla actual. Se ha visto en Holanda, Francia, Portugal y en España (Marismas de Odiel (Huelva), Gomecello (Salamanca) y aquí en Zamora).
B:095
es irlandesa y también se ha visto en Zamora y Salamanca aunque su anillador no contesta por lo que no dispongo de ningún dato. Al igual que HEL04 que proviene de Alemania.
Entre las gaviotas sombrías también ha aparecido una infiltrada, una gaviota patiamarilla de tercer año (sin anillar). Ver una patiamarilla por aquí no es nada normal aunque en muchos otros puntos de la costa española sea muy común.
Historias de gaviotas anilladas que nos cuentan sus peculiaridades. Historias únicas, diferentes, fascinantes al igual que las historias de las cigüeñas pero eso será para otra ocasión.

domingo, 14 de febrero de 2021

Algunos encuentros con el gato montés en Zamora.

Héctor Ruiz es un apasionado del gato montés. Habla sobre el felino y se le ilumina la cara, se emociona a cada palabra, en cada acertada descripción, en cada análisis de sus innumerables datos, a cada impresionante foto que pone. Habla. Explica. Comenta las características del gato, particularidades, problemas, historias, descubrimientos. Habla y aprendes. Habla y transmite todo su amor y enormes conocimientos de este gran desconocido. (No dejéis de visitar su blog que aunque, por desgracia, lo dejó de actualizar hace años, es un magnífico blog: zona osera. Aquí podéis ver la charla)
Hace unos días le pude escuchar en una charla online y me hizo recordar algunos de mis encuentros con el gato montés. Lo he visto en Asturias, Parque Nacional de Doñana, Lugo y por supuesto Zamora, aquí es muy complicado ver, muy difícil. Los avistamientos en la cordillera cantábrica son frecuentes sobre todo en los prados pero, en nuestra provincia, es un verdadero desconocido y, son algunos de esos avistamientos, los que quiero contar en esta entrada que Héctor Ruiz ha hecho que me ponga a escribir.
El gato montés es el gran desconocido. De todos los mamíferos de nuestro país es al que menos caso se le hace, el que tiene muy pocos estudios y no se sabe cual es su población real. El estudio que está haciendo Héctor Ruiz en su tesis doctoral seguramente nos mostrará un mundo desconocido, un mundo apasionante, el mundo del gato montés. 
Precioso gato montés fotografiado
 en la sierra sanabresa por Hipólito Hernández "Poli".
Verlo en Zamora es pura casualidad. Son nocturnos, sigilosos y solitarios; lo cual les hace ser difíciles de observar. Los verás cruzar el camino o moverse entre las sombras y muy difícilmente pasear a plena luz del día.
Es un animal especial, diferente, mágico. Cada vez que me encuentro con él siento una tremenda emoción. Primero por tener la suerte de verlo y segundo por poder admirar a uno de los mamíferos más desconocidos de la península ibérica. Un mamífero difícil de ver, de seguir o de estudiar. Un mamífero diferente, especial y muy hermoso.
La verdad es que cuando ves a un gato montés no se olvida fácilmente. Ese andar, esa corpulencia, esa elegancia, esa mirada...Un gato montés es diferente, es mágico.
Voy a contar algunos de mis encuentros con él en la provincia de Zamora. Encuentros curiosos, tristes o hermosos.
En el primero no fuimos capaces de verlo. Fue imposible. En una mañana de finales del mes de julio mi amigo y compañero de innumerables horas de búsqueda del lobo ibérico, Jose Luis Santiago y yo nos encontrábamos en lo alto de unas peñas observando el valle en busca del tan ansiado lobo cuando, de repente, comenzamos a oír unos maullidos en un tono muy bajo, justo debajo de las peñas en las que nos encontrábamos. Los maullidos se fueron haciendo mas audibles, era como si el gato maullara dentro de la roca y fuera saliendo hacia el exterior, hasta que fueron perfectamente audibles. Habían salido al brezal.
Inmediatamente comenzamos a buscar el origen de los maullidos cuando otro maullido se unió al primero. Eran maullidos agudos. Maullidos de crías de gato montés (o de presumible gato montés, en la zona que nos encontrábamos era muy difícil que fuera otro gato). Acababan de salir de su seguro refugio entre las rocas y jugaban bajo el manto del espeso brezal que los ocultaba a nuestra vista. Ahí estuvieron un rato. Seguros bajo el brezo. No los vimos en ningún momento. Veíamos moverse algunos brezos, seguíamos el sonido de los maullidos que no se alejaban de las rocas pero no los veíamos; así siguieron unos minutos hasta que un maullido mas enérgico y potente puso punto y final al recreo. Los pequeños maullidos desaparecieron y con ellos nuestras esperanzas de poder verlos. Los habíamos tenido a escasos metros, a nuestro lado, debajo de nuestra posición y habíamos sido incapaces de verlos.
Siempre que lo he visto ha sido por casualidad, por qué él se ha despistado o lo ha querido; que si atraviesa el camino, que si te lo cruzas en el bosque o estás en una casa rural, sales por la noche y allí está. Casualidades. Es silencioso, escurridizo, nocturno y se deja ver muy poco. Tan poco como en otra ocasión que volvía de la Sierra de la Culebra en una mañana en la que el lobo se nos había mostrado en todo su esplendor cuando, tras una curva, en el prado de mi izquierda, un impresionante gato se movía despacio. Caminar elegante, con ese andar que le caracteriza; ligero pero seguro, ágil pero contundente. Se mueve con cautela. Silencioso. Decidido. Elegante. Se para. Está hierático. Reduzco la velocidad del coche. Está muy cerca de la carretera, si paro desaparecerá, voy muy despacio, absorbiendo el momento. Está cazando. Es pura tensión. Él por cazar y yo porque la escena se me va por momentos, reduzco mas, casi me paro y el gran gato desaparece.
Uno de los mayores riesgos del gato montés son las carreteras. Carretera zamorana en la que encontré este imponente gato montés atropellado. Muerto junto a la dehesa de Misleo, uno de los puntos en los que habitaba otro gran felino icónico de nuestra fauna, el lince ibérico.
La fría mañana se mostraba en el blanco de la helada cuando lo vi a la orilla de la calzada. Paré mas adelante. Volví sobre mis pasos hasta encontrarme con el imponente y precioso gato montés que yacía muerto en el arcén. Una verdadera pena. Una gran pérdida.
Al gato montés, durante demasiado tiempo, se le persiguió, no por su piel, como a otros mamíferos, ya que no se utilizaba para la industria peletera sino porque durante mucho tiempo se le consideró un rival que competía con el hombre por especies cazables. Algo que el hombre nunca ha tolerado, ni perdonado y que además, para muchos, supuso un negocio, para los llamados alimañeros que a través de Las Juntas de Extinción de Animales Dañinos entre los años 1954 y 1962 eliminaron 3.479 gatos monteses distribuidos de la siguiente manera: Badajoz (1), Cáceres (1), Ciudad Real (157), Cuenca (175), Granada (530), Guadalajara (492), Huesca (6), Jaén (9), Lugo (2), Oviedo (663), Palencia (2), Salamanca (558), Santander (75), Soria (339), Teruel (119) y Toledo (350).
Gatos monteses abatidos durante la existencia de las “malditas” Juntas de Extinción de Animales Dañinos que tanto daño hicieron a nuestra fauna y al gato montés en particular. Las cifras de gatos monteses matados fueron enormes, cifras que, por lo menos a mí, me causan un gran dolor por la pérdida de tantos ejemplares y el capital genético que con ellos se perdió.
3.479 gatos monteses eliminados en 8 años. Cifra a la que hay que añadir los abatidos en las provincias que no tenían Junta de Extinción como por ejemplo Zamora, y los cazados furtivamente o envenenados. En definitiva, una sangría que le hubiera causado graves problemas (incluso estar catalogado como en peligro de extinción) si no fuera por el oportunismo del gato montés, ya que se alimentan de lo que está a su alcance, de todo lo que puede cazar en su territorio. Si, por el contrario, fuera un especialista, estaría en un serio aprieto como ha estado y está el lince ibérico.
Riesgos que quedan claro en el “Atlas rojo de los mamíferos terrestres de España” en el que se dice: “No hay estimaciones del tamaño de la población de gatos monteses o de su tendencia en España, pero estudios parciales sugieren que sus poblaciones podrían mantenerse estables o con un ligero declive. La hibridación genética, la transmisión de enfermedades de gatos domésticos o asilvestrados, los procesos de fragmentación y pérdida de calidad de los hábitats naturales y la mortalidad directa derivada de la actividad cinegética parecen afectar negativamente a la especie. De mantenerse o acentuarse el impacto de los factores descritos, en un futuro podría cumplir con los requerimientos necesarios para ser incluido en la categoría VU (Vulnerable) según los criterios A4e (hibridación y competencia con especies asilvestradas) y A2c (pérdida de calidad y superficie de hábitat)”.
El gato montés está estrictamente protegido por el Convenio de Berna y la Directiva Europea de Hábitats. En España, en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, se encuentra catalogado como “De Interés Especial”.
Gato montés fotografiado por Hipólito Hernández "Poli" en Sanabria.
Otro encuentro sucedió en una preciosa rivera sayaguesa. Rivera que estalla de vida en la primavera. Caminábamos por su orilla cuando un movimiento nos detuvo en el acto. Delante nuestro un precioso gato montés subía de la orilla del río donde había estado bebiendo agua, se dirigía hacia el abrigo de los árboles. La ladera estaba cubierta por un precioso e impoluto manto verde, como una alfombra dispuesta para una estrella de cine; el gato subía despacio, sin prisa, gustándose, nos miró y pudimos ver sus preciosos y profundos ojos que nos examinaron en silencio para, acto seguido, acelerar su marcha hasta la seguridad del bosque.
Momentos fugaces. Intensos. Especiales. Avistamientos de un felino excepcional en nuestra tierra. Tierra en la cual verlo y no verlo es un suspiro no como en la cordillera cantábrica en la que he podido disfrutar de él unas cuantas veces.
Recuerdo un momento muy especial sucedido en casa de Tino, en Trascastro (Asturias). Estábamos comiendo cuando apareció Tino emocionado, con un brillo en los ojos que lo delataba: “Si queréis ver al gato está cazando”.
Allí estaba, en la ladera de enfrente, en el prado, acechando roedores. Es espectacular verlo cazar. Es tensión pura. Astuto. Maestro. Certero. Eficaz. Se acercaba sigiloso. Se agachaba. La tensión le brotaba por los cuatro costados. Patas dispuestas a saltar. Mirada fija. Sus patas traseras se tensan provocando un arqueo de cuerpo que le lanza hacia adelante y arriba. Cae sobre el roedor que no se entera de donde le ha llegado la muerte. El gato ha triunfado.
Héctor Ruiz ha provocado que algunos de los encuentros fugaces con el gato montés en mi provincia salgan del recóndito lugar en el que estaban dormidos, escondidos sí pero no olvidados.
(Quiero agradecer enormemente a mi amigo y gran amante de la naturaleza, Hipólito Hernández "Poli",  cederme sus preciosas fotografías de los gatos monteses zamoranos)
(Los datos de los gatos monteses muertos por las Juntas de Extinción han sido tomados del trabajo realizado por Eduardo J. Corbelle Rico y Eduardo Rico Boquete titulado “La actividad de las Juntas de Extinción de animales dañinos en España, 1944-1968”)

jueves, 4 de febrero de 2021

¿Y esa gaviota?

30-1-2021 (Zamora ciudad): Durante el confinamiento miramos y miramos por las ventanas de nuestras casas descubriendo un mundo que teníamos alrededor y no nos habíamos parado a observar. Hoy, por la mañana, al mirar por la ventana de casa una gaviota llamó poderosamente mi atención, a toda velocidad fui en busca de la cámara confiando que al volver siguiera por la zona.
Me asomé a la ventana y allí estaba todavía. Le pude tirar una serie de fotos hasta verla pasar por encima de la catedral de Zamora. No era normal, me llamó poderosamente la atención su cabeza muy blanca y el negro azabache de sus alas.
Rápidamente le mandé las fotografías a Miguel Rodríguez Esteban que me contestó con su amabilidad y sabiduría características: “…estructura aerodinámica, cabeza muy blanca, pico largo y fino, primarias muy negras, espejo único en P10…”. Este ejemplar tenía características compatibles con gaviota báltica…increíble…
Dentro de la gaviota sombría se diferencian tres subespecies:
Larus fuscus graellsii que se distribuye por Europa occidental, Islas Británicas y Groenlandia con manto gris oscuro.
Larus fuscus intermedius se distribuye por Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Noruega occidental y suroeste de Suecia con manto negro, mas oscuro que la anterior.
Larus fuscus fuscus (o gaviota báltica) se distribuye en el mar Báltico, zonas de: Finlandia, Suecia, Rusia, Estonia y norte de Noruega; con manto negro muy oscuro.
De estas tres subespecies la Larus fuscus graellsii es la mas común en España ya que invernan varios miles e incluso crían algunas parejas en Galicia y el País Vasco; la Larus fuscus intermedius es la siguiente en número de ejemplares criando algunas parejas en el Delta del Ebro y la gaviota báltica (Larus fuscus fuscus) es considerada rareza en nuestro país.
La gaviota báltica inverna en África oriental por lo que su paso por nuestra península es muy escaso ya que queda fuera de su ruta migratoria convencional, aun así se pueden ver ejemplares que hacen escala en nuestra tierra o pasan el invierno entre nosotros.
Hablar con Miguel Rodríguez es aprender, te explica las cosas con calma, paciencia y precisión, desgranando toda su argumentación de una forma estructurada y clara. La gaviota que había pasado por mi ventana tenía caracteres compatibles con gaviota báltica: tenía una estructura aerodinámica, cabeza muy blanca y poco voluminosa, pico largo y fino, primarias muy negras, espejo único en P10…pero no se podía confirmar nada ya que hay dos aspectos primordiales para confirmar o descartar un candidato a gaviota báltica: poder observar su muda y verificar si porta anilla o no y, por desgracia, ninguna de las dos cosas se puede verificar en las fotos.
La gaviota sombría intermedia se solapa con la báltica por lo que para que la mayoría de comités de rarezas europeos las homologuen, exigen que los ejemplares porten anilla finlandesa o sueca, origen de las gaviotas bálticas genuinas.
Posible gaviota báltica vista por
 Miguel Rodríguez en Gomecello (Salamanca) el 5-1-2016 que,
 por desgracia, no portaba anilla con lo cual no pudo ser confirmada.
Desde 2004 hasta la actualidad se han registrado en España 21 gaviotas bálticas anilladas; Antonio Gutiérrez (no dejéis de entrar en su magnífico blog: gaviotasyanillas) lleva un exhaustivo recuento de anillas vistas en España y, sobre todo, en su tierra, Galicia. Su base de datos y conocimientos son abrumadores, quiero agradecerle su amabilidad y permitirme sacar en esta entrada algunos de sus registros, mapas o gráficos.
Mapa realizado por Antonio Gutiérrez
 en el que se pueden ver las anillas vistas
 desde 2004 hasta la actualidad y
 el lugar donde se observaron.
De las 21 aves anilladas, 19 proceden de Finlandia y 2 de Suecia. Es curioso que el punto de España donde mas gaviotas bálticas anilladas se han visto sea Málaga con 10 ejemplares; en Castilla y León hay una observación en Burgos de un ejemplar que portaba anilla metálica antigua. No dejéis de pinchar AQUÍ y podréis acceder al magnífico blog de Antonio Gutiérrez en el que se pormenorizan estos avistamientos de una forma exhaustiva.
Otro magnífico mapa de Antonio Gutiérrez
en el que se pueden ver los lugares de anillamiento
de las gaviotas bálticas anilladas observadas en España.
Por desgracia el ave que pasó por mi ventana será muy difícil que podamos confirmar si portaba anilla o no, a menos que aparezca de nuevo (algo muy improbable)…una verdadera pena pero, desde luego, fue un momento especial y una gaviota realmente preciosa, además de una lástima no verla posada para poder apreciar, si tenía o no, otras de las típicas características de las gaviotas bálticas como ser paticorta, alargada o con una proyección primaria muy larga.
Después de verla me acerqué hasta el Río Duero, lugar en el que se concentran las gaviotas reidoras y alguna sombría (de vez en cuando) para ver si estaba allí pero nada. Mi siguiente punto de búsqueda fue el CRSU de Zamora así como un par de lagunas cercanas pero sin suerte. Había desaparecido. Había pasado por delante de mi ventana, en Zamora ciudad, y había seguido su camino, una verdadera pena no volver a localizarla pero un gustazo poder verla y desde la venta de casa…¿cuántas aves pasarán y no las vemos?
Quiero agradecer enormemente a Miguel Rodríguez y Antonio Gutiérrez, dos grandes conocedores de las gaviotas, su amabilidad y predisposición para dejarme sus fotografías y mapas, además de sabios consejos para la realización de esta entrada. Muchas gracias.