viernes, 30 de junio de 2023

Documental: el lobo y el fuego por alumnos de 3º ESO.

Educación ambiental. Dos palabras maravillosas que deberían de formar parte de nuestra vida así, como están, juntas. La pena es que no se enseña. No forma parte de nuestro sistema educativo y todo lo que se hace al respecto surge de acciones personales o privadas con puntuales programas educativos de administraciones públicas. Educar a los niños y jóvenes en el respeto y cuidado del medio ambiente se puede hacer desde muchos puntos de vista y desde diferentes ángulos. Educar es una tarea apasionante y educar en el medio ambiente que nos rodea lo es más.
Dentro de las pocas iniciativas en relación con la educación ambiental se encuentra el programa que se desarrolla en el CEAm de Villardeciervos (Zamora) dependiente del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Programa en el que el C. Amor de Dios de Toro participó mediante un proyecto relacionado con el lobo y los incendios acaecidos en el verano de 2022 en la Sierra de la Culebra.
Durante una semana estuvimos en el CEAm de Villardeciervos participando en sus programas y actividades ambientales a los que añadimos la realización de nuestro video-documental cuyo eje vertebrador era el lobo y los incendios.
Entrevistamos a gente relacionada con el mundo del lobo: ganadero, biólogo, propietarios de hostelería y alimentación, gente de la zona, pastor, profesional de autobús…queríamos ver sus diferentes puntos de vista acerca del lobo, su situación en la zona y su relación con él. Además hablamos con gente que nos contó su experiencia y sentimientos acerca de los incendios del verano 2022 para terminar en una disquisición acerca de qué ha pasado con los lobos tras el fatídico incendio.
Trabajo laborioso que supuso que los alumnos vieran al lobo en toda su amplitud sin centrarnos en todo lo bueno o todo lo malo condicionado por años y años de persecución. Realizamos charlas para el conocimiento del lobo (su vida diaria) y todo lo que pasó en los terribles incendios del verano de 2022.
Video documental que supuso un gran trabajo realizado por los alumnos de 3º ESO junto su profesor José Barrueso en el que se muestra, simple y llanamente, la realidad y opiniones de la gente de la zona: sus sentimientos, opiniones y valoraciones sobre el lobo y los incendios.
Lo hemos hecho con un fin educativo ya que es necesario conocer para poder valorar y respetar. No somos profesionales, el vídeo documental tendrá sus fallos pero está realizado con una gran ilusión y respeto. Esperamos que os guste.
Podéis verlo pinchando sobre la imagen.

domingo, 11 de junio de 2023

Falaropo picofino en Villafáfila con sorpresa final.

La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila nos sigue deparando sorpresas en una primavera inolvidable. El agua es vida y un imán para las aves. Ayer Alfonso Rodrigo localizó una hembra de falaropo picofino (Phalaropus lobatus) en una de sus lagunas renacidas con las lluvias de estos días.
Una preciosidad de ave que tenía muchas ganas de poder ver a la que las fotografías no le hacen justicia pero, en Villafáfila, las distancias suelen ser enormes.
Villafáfila está imponente. Las lluvias de estos días han logrado que las lagunas estén prácticamente llenas, más innumerables encharcamientos que dan a la reserva un aspecto fantástico y más teniendo en cuenta que estamos a mediados del mes de junio.
No sé la razón pero los falaropos son una de mis aves favoritas. Me parecen un ave frágil y dura a la vez, hermosa y delicada a la par que muy curiosa en sus comportamientos. Este año en Villafáfila se han visto falaropo picogrueso (recordar aquí una entrada que le dediqué) y la preciosa hembra en plumaje nupcial de falaropo picofino que Alfonso Rodrigo descubrió ayer.
El falaropo picofino es el más pequeño de los falaropos, se reproduce en torno al Ártico (Islandia, norte de Europa y Asia, Norteamérica y Groenlandia) y hace una curiosa migración de miles de kilómetros perfectamente explicada en este magnífico artículo publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution: “Cuando llega el invierno, las poblaciones de falaropo picofino del paleártico occidental migran hacia dos destinos bien alejados: el océano Pacífico o el mar de Arabia. Con ello siguen una estrategia de división migratoria excepcional y nunca antes descrita en esta área geográfica.
Una parte de las poblaciones de aves, las que crían en Groenlandia, Islandia y las islas británicas atraviesan más de 10.000 kilómetros hasta llegar al océano Pacífico, mientras que las poblaciones de Escandinavia y de Rusia ponen rumbo hacia el mar de Arabia en el océano Índico, a más de 6.000 kilómetros del área de cría”. (Artículo completo aquí, muy recomendable e interesante su lectura).
Mi telescopio escudriñaba la alfombra de vegetación en la que veía moverse algo pero no lograba identificar. Se movía inquieto entre las hierbas. Tenía que ser el falaropo picofino pero no salía y no podía cerciorarme de que era él. Pasado un buen rato apareció: un vuelo corto le permitió salir de la alfombra vegetal para aparecer en agua abierta y mostrarme toda su belleza. Comenzó a acicalarse, estirarse y dar suaves aleteos en el sitio que le hacían levantarse mínimamente de la superficie de la laguna.
Tras el acicalamiento exhaustivo que duró unos minutos se movió capturando insectos sobre la superficie del agua para, en otro vuelo corto y ágil, volver a la alfombra vegetal de la que había salido.
Esta preciosa hembra es un migrante muy escaso en la Península Ibérica. Hembra que como todas las de su especie son un poco más grandes y con el plumaje más vistoso que los machos, son ellas las que hacen una exhibición de cortejo y tras poner los huevos abandonan el nido. Es el macho el que los incubará y criará a los pequeños falaropos, es decir, los roles sexuales están invertidos con relación a la mayoría de especies.
Preciosa hembra de pico delgado y puntiagudo, parche rojizo en el cuello y garganta blanca que no volvió a salir y continuará su largo viaje de retorno a sus zonas de cría en Ártico.
Pero una nueva sorpresa apareció ante mí: una preciosa carraca europea. Ave que cada vez es más escasa en nuestra zona. Ave de preciosos tonos azules acompañados de un castaño rojizo que redondeó la observación del falaropo picofino.

miércoles, 7 de junio de 2023

Territorio de galápagos y molinos.

Las riberas sayaguesas son un paseo estimulante y maravilloso en primavera. El agua, los colores, los sonidos y los silencios se entremezclan formando un conjunto de sensaciones que te van abordando según caminas por sus orillas.
Por una de esas riberas salpicadas de viejos molinos anduvimos hace unos días. Las flores formaban grandes alfombras que cubrían la superficie del agua entre las que sonaba y resonaba el croar de las ranas que tenían un coro de concurso mientras un alcaudón común vigilaba desde su atalaya o un cuco entonaba su melancólico canto entre los árboles.
En esta época del año hay unos habitantes muy especiales en la ribera, los galápagos europeos.
En esta visita teníamos compañía: tres curiosos niños querían ver los galápagos, mi hija, ducha en estos menesteres hacía de orgullosa anfitriona ante sus amigos que caminaban expectantes hasta que descubrimos los primeros galápagos.
Galápagos esquivos y escurridizos que nos obligaban a descubrirlos de lejos y acercarnos con enorme sigilo para poder verlos ya que al menor ruido se lanzaban rápidamente al agua, a la protección del riachuelo.
Niños que sabían cómo debían de comportarse para poder observarlos y lo hicieron tan bien que pudieron disfrutar de un buen número de ejemplares y algunos de ellos muy cerca ante su asombro y sorpresa.
En cuanto los rayos de sol iluminaron la rivera aparecieron. Ahí estaban termorregulándose sobre las rocas y, ante el mínimo atisbo de peligro, lanzándose a la seguridad del agua.
La ribera está preciosa. Flores. Verde. Cánticos de pájaros, de ranas nos acompañan en el recorrido y, las mariposas, que despliegan toda su belleza de color y diseño en cada recodo del riachuelo.
Los galápagos europeos seguían apareciendo asomados en la superficie del agua o sobre las rocas; ahí estaban, soleándose, alerta. No todos los galápagos que vimos fueron europeos también vimos un ejemplar de galápago leproso en compañía de varios europeos sobre las rocas de la orilla.
Galápago europeo arriba y leproso al borde del agua.
Tanto los galápagos europeos como los leprosos tienen un crecimiento muy lento, por lo tanto alcanzan la madurez sexual muy tarde; los europeos a los 12-13 años en los machos y en las hembras a los 18-20 años. Por su parte en el leproso los machos lo hacen a los 6 ó 7 años y las hembras a los 10 años. Su proceso de cría es muy lento y siempre es una maravilla y una gozada poder contemplar un pequeño galápago europeo como el que nos encontramos junto a los adultos.
La hembra saldrá del agua, hará un agujero y pondrá alrededor de dieciocho huevos que eclosionarán en más o menos dos meses. Este proceso de puesta y el nacimiento de los pequeños galápagos es un periodo crítico en la vida de las hembras y de las crías que pueden llegar a ser predadas en más de un noventa por ciento, cifras enormes que suponen una gran perdida de ejemplares.
Alcaudón común.
Multitud de aves nos acompañaron en el recorrido, desde milano negro hasta águila calzada pasando por abejarucos, alcaudón común o cuco que salpicaron el recorrido con sus vuelos o cánticos como el tan característico de la oropéndola.
Las riberas sayaguesas albergan una de las últimas buenas poblaciones de galápago europeo catalogado como "vulnerable" siendo "...el sur-oeste de Zamora y alguna zona del norte, oeste de Salamanca y el sur de Ávila donde se presentan las mejores poblaciones...El mayor número de ejemplares observados se presentan en el cuadrante suroeste de Zamora y en el cuadrante noroeste de Salamanca. Cabe destacar también un núcleo importante en al norte de Zamora y toda la franja oeste y sur de Salamanca" (Extraído del magnífico trabajo: "Distribución y estado de conservación de los galápagos autóctonos, Emys orbicularis y Mauremys leprosa en Castilla y León". De Gonzalo Alarcos, Fabio Flechoso, Miguel Lizana, Jaime Madrigal y Francisco Álvarez).
Las poblaciones de galápagos van disminuyendo poco a poco. Los científicos exponen diversas razones de esta decadencia. Entre ellas destacan la destrucción de su hábitat, la introducción de especies exóticas y la fragmentación de sus poblaciones.
La ribera por la que íbamos tenía algo más: etnografía e historia salpicada de viejos molinos que nos cuentan sus vidas pasadas como viejos fantasmas que resurgen del olvido. Un ejemplo es el molino de la Resbaladera en el que entramos y pudimos disfrutar de su rehabilitación para contar su existencia a todo aquel que quiera pasar por allí. 
Molino, aserradero, batán y mini central eléctrica que fue evolucionando con los tiempos hasta desaparecer y ser recuperado para contarnos su dilatada y sufrida historia.
El tiempo pasó volando, la mañana se terminaba; era la hora de comer, Mateo, Pilar, Geno y Manolo nos habían acompañado a Lucía, Isa y a mí en un entorno precioso, entorno en el que habíamos entrado en el territorio de los galápagos europeos, en una de las pocas zonas que van quedando con una excelente población de estos hermosos animales.