Me encuentro en Puebla de Sanabria, en el campamento que organiza todos los años el CEIP Sancho II de Zamora, y el otro día antes de que vinieran los niños decidí ir a ver a un amigo a Robledo para salir al campo a dar una vuelta. Al ir al pueblo se puso en mi camino un erizo que estaba en medio de la carretera.
Paré. Bajé. Lo cogí y lo retiré fuera de la carretera hacia una zona segura. Era un erizo joven que comenzaba sus correrías nocturnas. Los atropellos son una de las principales causas de mortandad de los erizos, sobre todo de los jóvenes, ya que en su primer año de vida mueren hasta el 60%.
El erizo es el mayor insectívoro de nuestro país y, como todos sabéis está totalmente recubierto de púas, menos el vientre. Nada mas dejarlo en el suelo se fue hacia una zona de hierba fresca para buscar lombrices. Por cierto, aquí, en Puebla de Sanabria dicen que el que tiene un erizo en el huerto tiene buena suerte, ya que se comerá insectos, larvas, ranas, ratones y hasta víboras y culebras, manteniéndole el huerto sin animales dañinos.
Los machos son mayores que las hembras y territoriales, viviendo en varios nidos que distribuyen por su territorio. Aquí en el campamento vive uno. Se llama Juancho. Es un macho por que tiene el vientre pardo, si fuera una hembra lo tendría ceniza. Recordar que cuando veáis uno por la carretera no debéis atropellarlo. Dejar que siga su camino y viva tranquilamente. Hará su función durante los 7 ó 10 años que vive normalmente.
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