Estas fotografías como tales, no valen nada de nada, pero, muchas veces, no hace falta que sean de una extraordinaria calidad para ser significativas y elocuentes de lo que quieren contar. Este es un claro ejemplo de lo que estoy diciendo.
Muchas veces, la mayoría, los lobos se observan a enormes distancias como es este caso. En esta imagen lo verdaderamente importante es lo que está sucediendo en ella, lo que se ve y no su calidad. En ella podemos ver al macho reproductor del grupo familiar con el rabo levantado, imponiendo su autoridad ante un subadulto situado a la izquierda que, en primera instancia, abre la boca entre asustado y nervioso según el gran macho se acerca imponente, con el rabo levantado enarbolando la bandera de la dominación, de la jerarquía superior que debe ser acatada sin rechistar.
Según el gran macho se acerca, el lobo de la izquierda baja las orejas y mete el rabo entre las patas en una actitud de sumisión total ante el gran jefe. Mientras, a su alrededor, varios cachorros corretean entorno a ellos saludando al gran macho y yendo hacia otro adulto que, en la parte de atrás, acaba de llegar y está regurgitando la comida traída en su estómago para alimentar a los pequeños lobeznos que esperaban nerviosos la llegada de los adultos.
Pasada la tensión de la jerarquía, la loba es seguida por el subadulto que ha ejercido a la perfección su labor de "cuidador/a" de los pequeños durante toda la noche mientras, los lobeznos, corretean alrededor jugando y pidiendo comida a los adultos que van llegando a la vez que los primeros rayos del sol van iluminando la sierra.
Esta escena es la vida cotidiana de un grupo familiar de lobos, una mañana cualquiera, en la época en la que los pequeños todavía no han comenzado a desplazarse y esperan jugando, ansiosos, la llegada, al amanecer, de los miembros del grupo familiar mientras son vigilados por su “cuidador/a”. Muchas veces no hace falta que la calidad de la imagen prime sobre lo que está sucediendo en ella.
Eres un verdadero privilegiado pudiendo observar e incluso fotografiar escenas que podemos considerar como cotidianas y que el resto de ciudadanos sólo podemos ver en reportajes televisivos de alto coste. Mi más sincera enhorabuena y también mi gran envidia. Debe ser muy, muy emocionante. Saludos.
ResponderEliminarEs muy emocionante...aunque lo hayas visto muchas veces siempre es diferente y me emociona como la primera vez. Un saludo y gracias.
EliminarTu relato expresa de forma pormenorizada las escenas vividas en la distancia.
ResponderEliminarUna buena fotografía complementa pero no hay nada como la elocuencia que emocione al lector y eso sabes cómo transmitirlo.
A 'Ojolince y Sra.' no nos cabe la menor duda.
Salud y saludos, José.
Muchas gracias por vuestro comentario. Lo importante es vivir el momento y si consigues una foto o video será a mayores...de tu cabeza nunca se olvidará.
EliminarAtrapado como siempre en tu relato, poco me importaba la calidad de las imágenes, sólo deseaba seguir leyendo para conocer la historia y su desenlace y una vez mas conseguiste transmitirme la emoción y la verdad de esos íntimos momentos que la naturaleza proporciona, sólo a aquellos que como tu la conocen en profundidad. Saludos José.
ResponderEliminarMuchas gracias. El poder seguir a un grupo de lobos es algo magnífico, lleno de emociones y escenas que nunca olvidarás. Cada una de ellas es nueva aunque la hayas visto más veces.
EliminarGracias por compartir un capítulo más de la vida en la naturaleza. Un placer leerte.
ResponderEliminarMuchas a ti por seguir el blog. Un saludo.
EliminarNo hace falta calidad de imagen tu ya nos haces un relato que parece que estamos allí mismo disfrutando de la secuencia un abrazo guapo
ResponderEliminarComo siempre, enhorabuena por tu increíble y pormenorizado relato, por esas fotografías tan impresionantes, pero principalmente por tu ilusión y entusiasmo a la hora de hacernos partícipes de tan especial vivencia: Lobos.
ResponderEliminarEspectacular, enhorabuena Jose!!!
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