domingo, 24 de abril de 2022

Momentos: cigüeñuelas, cormoranes y aguja colinegra.

Hay momentos en la observación de la naturaleza que resultan diferentes, extraños, sorprendentes o que te resultan impactantes o curiosos por cualquier motivo sin que sea una observación de un animal emblemático, escaso o raro. Algunos de esos momentos me gustaría contar. Momentos que por algún motivo me han gustado o sorprendido.
El primero es la observación de una pareja de cigüeñuelas hace unos días en el río Duero en plena ciudad de Zamora. La zona de la zuda de Olivares es un verdadero imán de observaciones interesantes. Es la tercera vez que veo ahí cigüeñuelas, las anteriores fueron el 30-abril-2021 y el 18-junio-2020.
Verlas en plena zuda del río es algo sorprendente. Verlas fuera de su lugar habitual es chocante y una inmensa alegría. Como fue ver una pareja en pleno vertedero de Zamora el 29-mayo-2021 o ver desde casa pasar volando 6 ejemplares en pleno confinamiento el 11-abril-2020.
Hace unos días pude observar como un cormorán perseguía y acosaba a otro en el mismo lugar, la zuda de Olivares. Me encontraba en el mirado del Troncoso, parte de la muralla zamorana desde la que se observa una buena panorámica del río a su paso por Zamora cuando llamó mi atención un cormorán que salía del agua con un pez gato en su pico, inmediatamente, en vez de comérselo, levantó el vuelo perseguido por otro cormorán que venía volando directo hacia él.
El perseguidor era un cormorán adulto que se acercaba veloz y amenazador al perseguido que trataba de zafarse del tremendo acoso al que estaba siendo sometido. El perseguidor se acercaba cada vez más y más. Era más rápido.
La persecución me recordaba a las luchas de cazas en las películas de guerra. Llegó un momento en el que el cormorán acosador se puso justo al lado del perseguido que ante el acoso brutal al que estaba siendo sometido soltó el pez gato; momento que estaba esperando el otro cormorán que lo capturó en el aire y se lo llevó a comer en una zona tranquila del río mientras el perseguido, que había perdido su presa, volvía a la superficie del agua y se sumergía nuevamente en busca de comida.
En esta fotografía el perseguidor ya ha conseguido
arrebatarle el pez gato.
A este comportamiento se le llama cleptoparasitismo. Los cormoranes son capaces de pescar por si mismo con lo que será ocasionalmente cuando puedan robar comida a otras aves.
Otro momento que me gustaría contar fue la observación de una aguja colinegra en la laguna de San Pedro (Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila). Leer una aguja anillada en Villafáfila es bastante complicado porque las distancias a la hora de observar son enormes pero esta se encontraba relativamente cerca y no podía perder la oportunidad de leerla así es que me puse manos a la obra y pacientemente esperé para poder ver todos los anillos de color que portaba.
Su código era: WL-RL(E). La sorpresa llegó cuando tuve conocimiento de su procedencia. Era inglesa, de la pequeña población reproductora inglesa, unas 50 parejas, situada al este de Inglaterra en Welney y fue anillada por Chris Batey el 6 de marzo de 2016, siendo esta su primera observación fuera de Inglaterra.
Si curiosa era su procedencia más curiosa resultó ser que los pollos allí nacidos los capturan y crían para después volver a soltarlos. Esta aguja colinegra forma parte del proyecto Godwit en Inglaterra para: “…asegurar el futuro de las agujas colinegras en el Reino Unido”. Se liberaron 26 aves en 2017, 38 en 2018, 48 en 2019 y 43 en 2021. (Proyecto Godwit en Reino Unido)
Tres momentos diferentes, curiosos que me llamaron la atención por diferentes motivos y que fueron intensamente vividos.

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