Estos días estamos disfrutando de dos verdaderas preciosidades en el río Duero a su paso por Zamora ciudad: charrán común y avetorillo.
El pasado día 30 de abril pude descubrir un precioso charrán común que ha estado asentado diez días en la zuda de Olivares. Lugar en el que descansaba y pescaba pero no dormía.
Los charranes comunes migran desde las costas ecuatoriales de África, zona de invernada, hasta las zonas de cría situadas en las costas europeas. En España cría en puntos muy concretos: Delta del Ebro, La Albufera de Valencia, Las Salinas de Santa Pola y la bahía de Santander.
Como decía en la entrada anterior, Zamora es el lugar de Castilla y León con más citas de charrán común. Según el informe “Aves raras y escasas en Castilla y León 2021” elaborado por Alfonso Rodrigo (coordinador), Miguel Rodríguez-Esteban, César Díez, Jorge Leonor, Martín Rey, Juan Luis Hernández y Alberto Benito en el año 2021 se vieron 32 ejemplares en 15 citas en toda la provincia de Zamora mientras que en el resto de Castilla y León se vieron 6 ejemplares en 13 citas en todo 2021.
Es un verdadero privilegio poder ver las evoluciones de este precioso charrán pescando en el río Duero. Poder admirarlo. Poder ver como se mueve ágilmente y se lanza a las aguas del río para pescar pequeños peces.
Cuatro días después de su aparición tuve un momento único y seguramente irrepetible. Me encontraba en el mirador del Troncoso, mirador desde la muralla hacia el río Duero, en el que hay una buena perspectiva entre el puente de piedra y el de Los Poetas. Estaba buscando el charrán que llevaba unos días asentado en la zuda cuando, de repente, oigo sobre mi cabeza un sonido. Miro y, ante mi asombro, me sobrevuelan a muy baja altura 12 aves blancas con colas largas y ahorquilladas. Rápidamente busco color de picos y puedo distinguir algunos con el pico rojo, eran 12 charranes volando en migración activa de sur a norte. Observación impactante, muy corta, rápida y fugaz que me dejó totalmente impresionado.
Días después de desaparecer este primer charrán Alfonso Rodrigo, el día 16 de mayo, descubrió otro charrán común diferente al anterior que está en la misma zona: la zuda de Olivares, lugar que tiene un verdadero imán para gaviotas, charranes, charrancitos y fumareles.
En el tramo urbano del río Duero a su paso por Zamora disfrutamos de otra de las joyas aladas que nos acompañan; varias parejas de avetorillos que llegan regularmente todos los años entre marzo y abril crían aquí pero, también, algunos se quedan todo el invierno y no migran hasta África. Es un verdadero lujo poder disfrutarlos y admirar sus delicados movimientos, sus posturas increíbles, su belleza, su mimetismo…
Su voz ronca, suave, de tono bajo resuena en el carrizal. Es la señal. El avetorillo ha despertado y está en celo. Esta es la mejor época para poder verlos en los carrizales del río o cruzándolo volando con su preciosa y espectacular silueta. Están en celo y se dejan ver más. Época muy buena para intentar admirarlos en el río.
No hay comentarios:
Publicar un comentario