viernes, 22 de febrero de 2013

En el territorio del lince II.

El lince prefiere el bosque mediterráneo en el que encontrará zonas de matorral, berrocales y árboles diseminados con zonas de pasto. Este habitat es propicio para innumerables especies que viven en un entorno lleno de vida. Especies que tendrán alimento y cobijo que es lo que necesita el lince para poder sobrevivir y prosperar. 
Mientras buscas al lince y esperas su aparición innumerables aves se mueven a tu alrededor. Por un lado están las grandes aves carroñeras y las rapaces y por el otro los pequeños pajarillos que vuelan entre lentiscos, rocas o árboles cantando, comiendo o moviéndose nerviosos o alterados ante cualquier presencia amenazadora o excitados, ya que, su época de celo, está en todo su esplendor. Me referiré, en esta ocasión, a las grandes aves carroñeras y rapaces. 
Pudimos disfrutar del buitre negro.
Imponente ave de gran envergadura, desde 2,50 metros hasta incluso llegar a los 3 metros, que intenta llegar a las carroñas antes que el buitre leonado para abrir el cuerpo y alimentarse de la parte muscular del animal. Lo pudimos ver todos los días y una observación fue muy especial ya que dos buitres negros nos hicieron una demostración de cómo volar sin prácticamente mover las alas.
Entraron por un collado al valle, pasaron por delante nuestro y cogieron una corriente térmica para así poder elevarse con el aire caliente, con tan buena suerte para nosotros que pasaron a muy pocos metros nuestros, mostrándonos su porte, su envergadura y su aspecto imponente.
Al buitre leonado también lo vimos todos los días. Es mucho más común que el buitre negro y un poco más pequeño. Planeaban como veleros llevados por el viento, sin esfuerzo aparente, dejándose llevar.
Una vez que el buitre negro ha llegado y abierto la carroña el buitre leonado comerá del interior; por eso tiene el cuello pelado, para poder introducirlo en el cuerpo del animal y, al no tener plumas en él, quedar limpio y no ser un foco de posibles infecciones. (En una entrada anterior hablé del orden de llegada a una carroña. Pinchar aquí si queréis verla de nuevo).
El águila imperial es otra imponente ave de la que pudimos disfrutar plenamente. También la vimos todos los días. Creemos que era la misma pareja por dos motivos. El primero porque son territoriales y raramente estaría otra pareja en el mismo territorio y el segundo porque revisando las fotografías, sobre todo de una de ellas, tenía las mismas manchas blancas en los hombros, algo que es único en cada águila imperial. No hay dos águilas imperiales con la misma distribución de manchas blancas.
Esta pareja nos deleitó con sus vuelos nupciales e incluso tuvimos el privilegio de poder observar una cópula, encima de un árbol, de una especie amenazada y emblemática de nuestra fauna.
Por esta ave tengo una especial atracción. Me parece fascinante y espectacular. Ave que al igual que el lince, sufrió un enorme declive entre los años setenta y noventa del s.XX ya que como el gran gato basa su alimentación en el conejo y, si este no está, el águila imperial lo pasará muy mal.
Algo curioso del águila imperial es que fue descubierta en el siglo XIX por un naturalista alemán llamado Reinhold Brehm que bautizó a la nueva ave como Aquila adalberti, en honor al príncipe alemán Adalberto de Baviera como prueba de su amistad.
El águila real también estuvo presente en nuestras observaciones.
Pudimos contemplar águilas reales adultas, de primer año e inmaduras que sobrevolaban nuestra zona deleitándonos con una visión formidable de sus poderosas cabezas con fuertes picos, imponentes garras, elegante silueta y vuelos nupciales en los que pudimos diferenciar a las hembras ya que son un poco más grandes que el macho. 
Son águilas grandes y poderosas que llegan a tener más de dos metros de envergadura y muy veloces ya que pueden alcanzar cerca de los 300 km/h.
Entre las pequeñas rapaces pudimos observar un gavilán tanto volando como un verdadero rayo entre los árboles como apostado en una gran roca granítica. Observando. Esperando caer sobre cualquier pequeño pajarillo o paloma torcaz.
Otro habitante del territorio del lince es el pequeño y rechoncho mochuelo que no paraba de reclamar a su pareja con lo cual nos mostraba su posición en cualquier momento del día mientras un cernícalo común se cernía como si estuviese sujeto por una fuerza misteriosa en el aire y en la oscuridad de la noche una lechuza se cruzó en nuestro camino con su blanco inmaculado y perfecto.
Todas estas aves comparten con el lince su territorio, su casa, su hogar. Un hogar que esperamos sea por muchos años.

4 comentarios:

  1. Pepe, he disfrutado con el entusiasmo que pones contando tus experiencias en la naturaleza. Secuencia fabulosa de aves impresionantes como las águilas, buitres...
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias.La verdad es que pudimos disfrutar de estas grandes aves y además todas juntas. Un privilegio.

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  2. Enhorabuena por la entrada.
    Impresionante el territorio del Lince ¿verdad?
    Ayer en la tele decían que, entre otras especies, van a introducir Linces en los próximos años en una zona entre Salamanca y Portugal, dentro del Proyecto Rewilding Europe. No se en que quedara, pero algo es algo.

    Saludos

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    1. Lo de reintroducir linces es un tema muy complicado y no todo el mundo quiere, por ejemplo Castilla la Mancha es una zona de expansión lógica del lince pero allí tienen muchos problemas con la administración y la caza. Respecto a zonas como la que dices se lleva oyendo varios años pero...¿quién sabe? Ya nos enteraremos. Un saludo.

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