martes, 22 de septiembre de 2020

Gaviota de Sabine juvenil en el Embalse de Ricobayo (Zamora).

El mensaje era escueto y claro: “Sabine de primer invierno…”. La voz de Alfonso Rodrigo, gran y experto ornitólogo, reflejaba toda su emoción, con un toque de sorpresa y un poco de nerviosismo. ¿Sabine? ¿Otra Sabine? Era la segunda cita histórica para Zamora y para Castilla y León. La primera fue la Sabine adulta que nos visitó hace un año en las lagunas de Villafáfila (descubierta por Cristian Osorio).
La gaviota de Sabine es pequeña, elegante y hermosa. Los adultos tienen cabeza gris oscura, pico negro con la punta amarilla, círculo rojo alrededor del ojo, collar negro fino en época nupcial, cola ahorquillada, espalda gris oscuro y alas blancas y negras hacen que sea una de las gaviotas más bonitas del mundo. 
Este ejemplar era un precioso juvenil que lucía su hermoso plumaje en el que destacaba su patrón en forma de escamas en la espalda, mostrando su dibujo en “M” de las alas cada vez que las abría. 
Al día siguiente fui a verla. Allí estaba. Alimentándose en la orilla del embalse entre un grupo de gaviotas reidoras que, de vez en cuando, se le acercaban para intentar echarla pero la gaviota de Sabine se defendía agachándose y abriendo el pico para defenderse. 
Se alimentaba constantemente de pequeños insectos que había en el barro o en la superficie del agua. A su alrededor combatientes, agujas colinegras, correlimos comunes, chorlitejos grandes y hasta una cigüeñuela y un par de avocetas recorrían la orilla del embalse alimentándose sin descanso; para todos hay, todos pueden comer. La naturaleza es sabia y les ha dotado de características específicas que les permiten alimentarse en un mismo punto a todos, a diferentes profundidades. 
La gaviota de Sabine es un ave pelágica (pasa prácticamente toda su vida en alta mar, exceptuando para criar) que alcanza el plumaje de adulto a los dos años. Verla aquí, en el interior, es complicadísimo y muy, muy raro. Cría en Alaska, Groenlandia y Canadá; al final del verano, las aves que crían en el este de Canadá y Groenlandia, se desplazan hasta las costas del oeste de Europa y África donde pasarán el invierno para volver después a sus zonas de cría. 
Fumarel común.
Gaviotas reidoras luchando por un pez.
La joven Sabine cada cierto tiempo volaba hasta la orilla para meterse en el agua, lavarse y comer algunos insectos que había en su superficie mientras un fumarel común volaba por la zona y hacía constantes picados para lanzarse a la superficie del agua en busca de alimento, o los archibebes claros, comunes y un oscuro pasaban bajo las gaviotas reidoras que luchaban por un pez ante la indiferencia de la Gaviota de Sabine que seguía alimentándose junto a una garza real pareciendo una liliputiense ante el imponente Gulliver. 
Esta joven gaviota de Sabine se convertirá a los dos años de vida en una preciosidad como la que nos visitó hace un año en las Lagunas de Villafáfila.
Gaviota de Sabine adulta que nos visitó en septiembre de 2019
en las Lagunas de Villafáfila.
Es increíble poder verla. Es increíble poder disfrutarla aquí, en el interior, en un embalse de Zamora. Cuando marché, allí seguía: descansando, alimentándose y reponiendo fuerzas para emprender su viaje de vuelta a alta mar, a su vida pelágica, a su vida alejada de la costa. A una vida que tuvo un alto en el camino en un embalse perdido del interior peninsular.

3 comentarios:

  1. ! Que maravilla de gaviota ! Y ha llegado hasta Zamora, a un lugar recóndito en el interior peninsular, por segundo año consecutivo. Esta segunda, me la he perdido por poco...

    Un saludo desde Donosti
    Alfredo

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    1. Por poco te la perdiste. Era preciosa. Disfrutaste la primera que era una pasada. Un saludo y gracias por el comentario.

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  2. Una nueva entrada soberbia, ¡Enhorabuena! Me sumo al homenaje. Saludos.

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