Héctor Ruiz es un apasionado del gato montés. Habla sobre el felino y se le ilumina la cara, se emociona a cada palabra, en cada acertada descripción, en cada análisis de sus innumerables datos, a cada impresionante foto que pone. Habla. Explica. Comenta las características del gato, particularidades, problemas, historias, descubrimientos. Habla y aprendes. Habla y transmite todo su amor y enormes conocimientos de este gran desconocido. (No dejéis de visitar su blog que aunque, por desgracia, lo dejó de actualizar hace años, es un magnífico blog: zona osera. Aquí podéis ver la charla)
Hace unos días le pude escuchar en una charla online y me hizo recordar algunos de mis encuentros con el gato montés. Lo he visto en Asturias, Parque Nacional de Doñana, Lugo y por supuesto Zamora, aquí es muy complicado ver, muy difícil. Los avistamientos en la cordillera cantábrica son frecuentes sobre todo en los prados pero, en nuestra provincia, es un verdadero desconocido y, son algunos de esos avistamientos, los que quiero contar en esta entrada que Héctor Ruiz ha hecho que me ponga a escribir.
El gato montés es el gran desconocido. De todos los mamíferos de nuestro país es al que menos caso se le hace, el que tiene muy pocos estudios y no se sabe cual es su población real. El estudio que está haciendo Héctor Ruiz en su tesis doctoral seguramente nos mostrará un mundo desconocido, un mundo apasionante, el mundo del gato montés.
Precioso gato montés fotografiado en la sierra sanabresa por Hipólito Hernández "Poli". |
Verlo en Zamora es pura casualidad. Son nocturnos, sigilosos y solitarios; lo cual les hace ser difíciles de observar. Los verás cruzar el camino o moverse entre las sombras y muy difícilmente pasear a plena luz del día.
Es un animal especial, diferente, mágico. Cada vez que me encuentro con él siento una tremenda emoción. Primero por tener la suerte de verlo y segundo por poder admirar a uno de los mamíferos más desconocidos de la península ibérica. Un mamífero difícil de ver, de seguir o de estudiar. Un mamífero diferente, especial y muy hermoso.
La verdad es que cuando ves a un gato montés no se olvida fácilmente. Ese andar, esa corpulencia, esa elegancia, esa mirada...Un gato montés es diferente, es mágico.
Voy a contar algunos de mis encuentros con él en la provincia de Zamora. Encuentros curiosos, tristes o hermosos.
En el primero no fuimos capaces de verlo. Fue imposible. En una mañana de finales del mes de julio mi amigo y compañero de innumerables horas de búsqueda del lobo ibérico, Jose Luis Santiago y yo nos encontrábamos en lo alto de unas peñas observando el valle en busca del tan ansiado lobo cuando, de repente, comenzamos a oír unos maullidos en un tono muy bajo, justo debajo de las peñas en las que nos encontrábamos. Los maullidos se fueron haciendo mas audibles, era como si el gato maullara dentro de la roca y fuera saliendo hacia el exterior, hasta que fueron perfectamente audibles. Habían salido al brezal.
Inmediatamente comenzamos a buscar el origen de los maullidos cuando otro maullido se unió al primero. Eran maullidos agudos. Maullidos de crías de gato montés (o de presumible gato montés, en la zona que nos encontrábamos era muy difícil que fuera otro gato). Acababan de salir de su seguro refugio entre las rocas y jugaban bajo el manto del espeso brezal que los ocultaba a nuestra vista. Ahí estuvieron un rato. Seguros bajo el brezo. No los vimos en ningún momento. Veíamos moverse algunos brezos, seguíamos el sonido de los maullidos que no se alejaban de las rocas pero no los veíamos; así siguieron unos minutos hasta que un maullido mas enérgico y potente puso punto y final al recreo. Los pequeños maullidos desaparecieron y con ellos nuestras esperanzas de poder verlos. Los habíamos tenido a escasos metros, a nuestro lado, debajo de nuestra posición y habíamos sido incapaces de verlos.
Siempre que lo he visto ha sido por casualidad, por qué él se ha despistado o lo ha querido; que si atraviesa el camino, que si te lo cruzas en el bosque o estás en una casa rural, sales por la noche y allí está. Casualidades. Es silencioso, escurridizo, nocturno y se deja ver muy poco. Tan poco como en otra ocasión que volvía de la Sierra de la Culebra en una mañana en la que el lobo se nos había mostrado en todo su esplendor cuando, tras una curva, en el prado de mi izquierda, un impresionante gato se movía despacio. Caminar elegante, con ese andar que le caracteriza; ligero pero seguro, ágil pero contundente. Se mueve con cautela. Silencioso. Decidido. Elegante. Se para. Está hierático. Reduzco la velocidad del coche. Está muy cerca de la carretera, si paro desaparecerá, voy muy despacio, absorbiendo el momento. Está cazando. Es pura tensión. Él por cazar y yo porque la escena se me va por momentos, reduzco mas, casi me paro y el gran gato desaparece.
Uno de los mayores riesgos del gato montés son las carreteras. Carretera zamorana en la que encontré este imponente gato montés atropellado. Muerto junto a la dehesa de Misleo, uno de los puntos en los que habitaba otro gran felino icónico de nuestra fauna, el lince ibérico.
La fría mañana se mostraba en el blanco de la helada cuando lo vi a la orilla de la calzada. Paré mas adelante. Volví sobre mis pasos hasta encontrarme con el imponente y precioso gato montés que yacía muerto en el arcén. Una verdadera pena. Una gran pérdida.
Al gato montés, durante demasiado tiempo, se le persiguió, no por su piel, como a otros mamíferos, ya que no se utilizaba para la industria peletera sino porque durante mucho tiempo se le consideró un rival que competía con el hombre por especies cazables. Algo que el hombre nunca ha tolerado, ni perdonado y que además, para muchos, supuso un negocio, para los llamados alimañeros que a través de Las Juntas de Extinción de Animales Dañinos entre los años 1954 y 1962 eliminaron 3.479 gatos monteses distribuidos de la siguiente manera: Badajoz (1), Cáceres (1), Ciudad Real (157), Cuenca (175), Granada (530), Guadalajara (492), Huesca (6), Jaén (9), Lugo (2), Oviedo (663), Palencia (2), Salamanca (558), Santander (75), Soria (339), Teruel (119) y Toledo (350).
Gatos monteses abatidos durante la existencia de las “malditas” Juntas de Extinción de Animales Dañinos que tanto daño hicieron a nuestra fauna y al gato montés en particular. Las cifras de gatos monteses matados fueron enormes, cifras que, por lo menos a mí, me causan un gran dolor por la pérdida de tantos ejemplares y el capital genético que con ellos se perdió.
3.479 gatos monteses eliminados en 8 años. Cifra a la que hay que añadir los abatidos en las provincias que no tenían Junta de Extinción como por ejemplo Zamora, y los cazados furtivamente o envenenados. En definitiva, una sangría que le hubiera causado graves problemas (incluso estar catalogado como en peligro de extinción) si no fuera por el oportunismo del gato montés, ya que se alimentan de lo que está a su alcance, de todo lo que puede cazar en su territorio. Si, por el contrario, fuera un especialista, estaría en un serio aprieto como ha estado y está el lince ibérico.
Riesgos que quedan claro en el “Atlas rojo de los mamíferos terrestres de España” en el que se dice: “No hay estimaciones del tamaño de la población de gatos monteses o de su tendencia en España, pero estudios parciales sugieren que sus poblaciones podrían mantenerse estables o con un ligero declive. La hibridación genética, la transmisión de enfermedades de gatos domésticos o asilvestrados, los procesos de fragmentación y pérdida de calidad de los hábitats naturales y la mortalidad directa derivada de la actividad cinegética parecen afectar negativamente a la especie. De mantenerse o acentuarse el impacto de los factores descritos, en un futuro podría cumplir con los requerimientos necesarios para ser incluido en la categoría VU (Vulnerable) según los criterios A4e (hibridación y competencia con especies asilvestradas) y A2c (pérdida de calidad y superficie de hábitat)”.
El gato montés está estrictamente protegido por el Convenio de Berna y la Directiva Europea de Hábitats. En España, en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, se encuentra catalogado como “De Interés Especial”.
Gato montés fotografiado por Hipólito Hernández "Poli" en Sanabria. |
Momentos fugaces. Intensos. Especiales. Avistamientos de un felino excepcional en nuestra tierra. Tierra en la cual verlo y no verlo es un suspiro no como en la cordillera cantábrica en la que he podido disfrutar de él unas cuantas veces.
Recuerdo un momento muy especial sucedido en casa de Tino, en Trascastro (Asturias). Estábamos comiendo cuando apareció Tino emocionado, con un brillo en los ojos que lo delataba: “Si queréis ver al gato está cazando”.
Allí estaba, en la ladera de enfrente, en el prado, acechando roedores. Es espectacular verlo cazar. Es tensión pura. Astuto. Maestro. Certero. Eficaz. Se acercaba sigiloso. Se agachaba. La tensión le brotaba por los cuatro costados. Patas dispuestas a saltar. Mirada fija. Sus patas traseras se tensan provocando un arqueo de cuerpo que le lanza hacia adelante y arriba. Cae sobre el roedor que no se entera de donde le ha llegado la muerte. El gato ha triunfado.
Héctor Ruiz ha provocado que algunos de los encuentros fugaces con el gato montés en mi provincia salgan del recóndito lugar en el que estaban dormidos, escondidos sí pero no olvidados.
(Quiero agradecer enormemente a mi amigo y gran amante de la naturaleza, Hipólito Hernández "Poli", cederme sus preciosas fotografías de los gatos monteses zamoranos)
(Los datos de los gatos monteses muertos por las Juntas de Extinción han sido tomados del trabajo realizado por Eduardo J. Corbelle Rico y Eduardo Rico Boquete titulado “La actividad de las Juntas de Extinción de animales dañinos en España, 1944-1968”)
He visto pocas veces al gato montés y sé que por allí arriba es menos complicado. Ahora, cuando lo he visto durante una breve vista, siempre me quedo agusto e ilusionado con el encuentro.
ResponderEliminarSaludos.
En Zamora es muy complicado verlo, en la cordillera cantábrica hay más posibilidades. Verlo siempre impacta. Muchas gracias por el comentario y seguir el blog. Un saludo.
EliminarEntradas como esta que acabas de publicar contribuirán a poner luz sobre este interesante protagonista, que como bien comentas es un gran desconocido para la mayoría de nosotros. Saludos José
ResponderEliminar¡Bendita casualidad que os ha hecho disfrutar de este animal como dices " un animal especial, diferente, mágico". Mucha suerte a Héctor Ruiz con su tesis doctoral. Quizás también por los montes de León viva el gato montés. ¡Dichoso quien lo vea!
ResponderEliminarSaludos.
¿Podría alguien ponerme en contacto con seguidores del gato montés en la provincia de Guadalajara?
ResponderEliminar¿Podría alguien ponerme en contacto con seguidores del gato montés en la provincia de Guadalajara?
ResponderEliminarHola no sé porque no me deja poner mi comentario nunca, en Zamora los he visto yo, en plena sierra de la culebra donde está situado mi pueblo .
ResponderEliminarUn día al amanecer y otro día al oscurecer, cerca de la misma zona el año pasado vi dos lobos a unos 30 metros mío por un camino y al momento otros tres lobos por otro lugar, estaban de caza.dejo mi número por si alguien me quiere escribir 636792114
Hola no sé porque no me deja poner mi comentario nunca, en Zamora los he visto yo, en plena sierra de la culebra donde está situado mi pueblo .
ResponderEliminarUn día al amanecer y otro día al oscurecer, cerca de la misma zona el año pasado vi dos lobos a unos 30 metros mío por un camino y al momento otros tres lobos por otro lugar, estaban de caza.