Llegamos al borde del acantilado. Se le veía la parte alta de la cabeza, unas manchas negras en fondo blanco se vislumbraban entre las piedras cuando, de repente, asomó la cabeza.
Lo he visto. He visto a esa maravilla alada, blanca con pequeñas manchas negras que le dan un toque elegante, majestuoso, inquietante. Sus ojos amarillos y penetrantes te miran entre sorprendido e intrigado. Te miran profundo. Intenso. Te dejan sin palabras. Sólo puedes admirarlo y sorprenderte de que esté aquí, de que lo estés viendo, de que un hecho tan inusual como este haya sucedido, de que estás viendo un búho nival, un búho originario del Ártico canadiense, norte de Noruega o de la zona de Siberia. Un búho que nunca nadie imaginó poder ver en España y, en cambio, aquí está, en el acantilado, en el Cabo Peñas (Asturias) donde cientos de curiosos acuden, acudimos y acudirán para intentar admirarlo, para empaparnos de sus gestos, miradas, vuelos, movimientos de cabeza o el mínimo gesto que nos sorprende, emociona y alucina a partes iguales.
Esta es la cronología de una sorprendente historia con imágenes de todos los zamoranos amantes de los pájaros y de la naturaleza que se han desplazado a verlos desde que aparecieron. Gracias a Alberto Laiz (y a María Bueno), Alfonso Rodrigo, Carlos A. Ramírez, José Miguel San Román (y a Noelia que se emocionó enormemente cuando lo vio), Manuel Segura y Fernando García por prestarme sus maravillosas fotografías llenas de calidad pero, sobre todo, llenas de emociones de un hecho inolvidable:
Macho en Verdicio el 14 de noviembre. |
10 de noviembre: Ramón de Maroto fotografía a una hembra en vuelo en Moniello (Asturias).
13 de noviembre: Manuel Alonso Ríos localiza en Cabo Peñas (Asturias) un macho de primer invierno.
14 de noviembre: Luis José Salaverri localiza al macho en Verdicio (Asturias).
16 de noviembre: un trabajador del puerto del Musel (Gijón) localiza al macho en una zona de acceso restringido.
17 de noviembre: Pablo Álvarez Valdés relocaliza a la hembra en el Cabo Peñas. Se vuelve a ver el macho en el puerto del Musel (Gijón).
Hembra en Cabo Peñas. |
Impresionante fotografía de Manuel Segura en la que se ve toda la magnitud de esta preciosa hembra: envergadura alar, patas,... |
Si sorprendente es la llegada, más intrigante será qué va a pasar a partir de ahora: ¿Cuánto aguantarán aquí? Si pasan todo el invierno ¿Qué sucederá cuando llegue la primavera? ¿A dónde irán? ¿Al norte? Una historia increíble que todavía no se ha terminado de escribir ni de contar pero mientras tanto, toda la gente que vamos a disfrutar de la increíble experiencia de ver un búho nival tenemos que ser educados y respetuosos con el búho, con el entorno natural en el que se encuentra y con todo aquel que hasta allí se desplaza desde diferentes lugares tanto de España como de fuera de ella, mientras estuvimos viendo a la preciosa hembra a nuestro alrededor había gente de Madrid, Navarra, Zaragoza, Vigo, Salamanca, Cádiz, Portugal e incluso ingleses. Cuidemos comportamientos. Seamos educados, respetuosos y pensemos en todos aquellos que querrán verlo y podrán hacerlo si el búho no sufre molestias por parte de ningún descerebrado.
Impresionante, y muy bien narrado como siempre.
ResponderEliminarPasarán semanas antes de recuperarnos del shock de haber observado Búhos nivales salvajes en España.
Saludos
Totalmente de acuerdo, es inolvidable. Un saludo.
EliminarQué bonita narración Pepe!!!! Como si allí hubieramos estado los que lo leemos. Preciosas fotos del búho nival. Me encantan!!! Mereció la pena el viaje, seguro.
ResponderEliminarQue envidia sana me produce el hecho de que tuvierais la oportunidad de poder observar y fotografiar esta maravillosa ave. Un abrazo José
ResponderEliminarMuy interesante la secuencia.Felicidades.
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