lunes, 22 de septiembre de 2025

Algunas anillas vistas en Zamora y otras no vistas en los últimos meses.

En la provincia de Zamora se han conseguido detectar desde 2020, 73 especies de aves anilladas o con GPS, una gran cantidad de especies para una provincia de interior. Especies que nos cuentan su vida, sus desplazamientos, sus curiosidades, especies como las que voy a contar en esta entrada que se han visto entre el verano y este mes de septiembre.
Desde que tengo conocimiento no habíamos detectado ningún correlimos común anillado en nuestra provincia pero el pasado día 14 de septiembre Daniel García, Juan José González y David Martínez vieron un juvenil en el paraje de Valclemente (embalse de Ricobayo) y el día 15 lo pude ver en el mismo lugar, con anilla LHW proveniente de Ynyslas National Nature Reserve cerca de Aberystwyth (Gales) “estuario que cuenta con extensas áreas de marismas, bancos de arena y marismas de importancia internacional que proporcionan zonas de alimentación y descanso para las aves de humedales”.
Este joven correlimos común fue anillado el 26-8-2025 por el Mid Wales Ringing Group, donde “El anillamiento con anillas de colores forma parte de un proyecto cuyo objetivo es estudiar los orígenes, destinos y tasas de renovación de los correlimos comunes que utilizan este importante lugar de parada migratoria (designado por RAMSAR) en la costa oeste de Gales. En los últimos diez años, se han marcado con anillas de colores más de 8.500 correlimos comunes, y se han registrado numerosos avistamientos en Gran Bretaña e Irlanda, así como movimientos hacia o desde Groenlandia, Islandia, las Islas Feroe, Noruega, Suecia, Finlandia, Estonia, Dinamarca, Alemania, Polonia, los Países Bajos, Francia, Suiza, España, Portugal, Marruecos, las Islas Canarias, Mauritania, Senegal y Gambia.” (
Pero la sorpresa fue mayúscula cuando José Miguel San Román y Noelia Gómez vieron horas más tarde un segundo correlimos común en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila con anilla JUX anillado el mismo día y en el mismo lugar de Gales. En el mismo día 2 pequeños correlimos comunes anillados en el mismo lugar y día, la naturaleza es sorprendente y fascinante quizás por eso nos gusta tanto.
El pasado mes de agosto pude ver un grupo de 81 buitres leonados y negros en Tábara, plena Sierra de la Culebra zamorana, entre ellos un buitre leonado anillado con anilla 281, anillado con más de 4 años en Crémenes (León) el 29-8-2019, con lo cual tiene más de 10 años. Buitre que nunca había sido visto desde su anillamiento.
Un buitre negro portugués con Gps y anilla 4S pude observar en el Centro de Residuos Sólidos Urbanos de Zamora el pasado mes de junio. Buitre de cuarto año liberado en noviembre de 2024 en la parte portuguesa de las Arribes, después de ser recuperado durante varios meses en el centro de recuperación de PALOMBAR Conservação da Natureza - Monitorização de Biodiversida de Vimioso dentro del proyecto LIFE Aegypius Return.
En estos meses de verano se han podido ver varias espátulas anilladas pero 2 de ellas han permanecido varias semanas en el embalse de Ricobayo son: NFPU y Ua/BUR.
NFPU
es una espátula holandesa anillada el 7-6-2024 en Markiezaat, Spuitkop por Mark Hoekstein que han podido ver José Barrueso, Daniel García y Alfonso Rodrigo; siendo estas sus primeras observaciones desde su anillamiento.
Ua/BUR
es una espátula francesa anillada en Lac de Grand-Lieu (Loire Atlantique) (Francia) por Loïc Marion el 15-5-2025 vista por José Barrueso, Daniel García, Alfonso Rodrigo y Juan José González; siendo estas sus primeras observaciones desde su anillamiento.
En la provincia de Zamora las observaciones de cormorán grande con anilla no son muy frecuentes pero el pasado 28 de agosto Alfonso Rodrigo observó uno en Valclemente (embalse de Ricobayo) con anilla OGB-WB anillado el 14-5-2025 en Lac de Grand-Lieu (Loire Atlantique) (Francia) por Loïc Marion que pude ver día 1 de septiembre.
Tres viejas y fieles cigüeñas siguen viniendo hasta el Centro de Residuos Sólidos Urbanos de Zamora son Z026, FCH4 y 2316.
Z026 fue anillada el 19-5-2013 por Antonio Salazar en Casas Novas (Pígara-Guitiriz- Lugo). 12 años tiene esta cigüeña que desde 2017 es una fiel visitante de tierras zamoranas.
La siguiente cigüeña asidua del vertedero es FCH4 de 14 años, anillada por Pablo Santos en Bermillo de Sayago (Zamora) el 5-6-2011 que pasa todo el invierno en el vertedero zamorano desde hace 6 años.
Si 12 y 14 años parecen muchos no digamos los 26 años que tiene 2316 anillada en Coreses por Pablo Santos el 26-5-1999. Cigüeña que año tras año aparece en el vertedero zamorano con su anilla desgastada y borrada en parte.
¿Y las que no vemos pero pasan por nuestra tierra? ¿Cuántas aves pasan por nuestros campos y no las podemos detectar? Seguramente sean muchas más de las que nos imaginamos, aun así podemos detectar a algunas de ellas que portan Gps. Gps que da una valiosa información como los de los siguientes ejemplos (sacados de Animal Tracker).
Las dos primeras son dos agujas colinegras anilladas en Portugal y Holanda con unos viajes migratorios verdaderamente impresionantes en los cuales cruzan nuestra provincia. Viajes de 7.294 km y 11.816 km; miles de kilómetros llenos de peligros que realizan año tras año.
La siguiente viajera es una avefría con un viaje de 4.578 km.
El último ejemplo es el viaje de este cernícalo vulgar que pasa gran parte del año en nuestra provincia zamorana.
Aves que no vemos pero que han pasado por aquí. Aves viajeras. Aves que dejan constancia en sus Gps de lo increíble de su vida.
Estas han sido algunas de las aves detectadas por los magníficos pajareros zamoranos que las ven y me lo comunican. Doy las gracias a Alfonso Rodrigo, Daniel García y José Miguel San Román por las fotografías que ilustran esta entrada.

domingo, 17 de agosto de 2025

¡¡¡Segunda cita de charrán ártico en Zamora ciudad!!!

Si ver un charrán ártico en Zamora es muy, muy complicado que aparezca un segundo es algo totalmente inaudito y, si además, lo hace en el mismo sitio, río Duero a su paso por Zamora ciudad, es algo que jamás te lo podrías haber imaginado pero, la naturaleza es sorprendente y maravillosa.
Alfonso Rodrigo descubrió el pasado 12 de agosto de 2025 un charrán que David Santamaría identificó como charrán ártico (enhorabuena a los dos). Charrán que se une al primero descubierto por Luis Manso el 23-11-2023 e identificado por Alfonso Rodrigo, primera cita de esta ave en nuestra provincia y la segunda de Castilla y León (la primera cita es de Rafael Díez y César Díez el 30-9-2022 en el embalse del Ebro, Herbosa. (Burgos). Datos extraídos de "Aves raras y escasas de Castilla y León de 2022"); con lo cual este nuevo charrán ártico descubierto por Alfonso Rodrigo es la segunda cita para nuestra provincia y la tercera para Castilla y León. Ambos charranes inmaduros.
¿Y dónde ha aparecido? En el río Duero a su paso por Zamora ciudad donde se han visto 216 especies de aves (datos ebird) pero que resulta ser un punto caliente de observaciones de gaviotas (reidora, sombría, cabecinegra, gavión atlántico, cana, patiamarilla y de Audouin), charranes (común, charrancito y ártico), fumareles (común, cariblanco y aliblanco) y pagazas (piconegra). Un verdadero ramillete de maravillas, todas en el río Duero a su paso por Zamora, en la misma zona.
Lo vi posado en la zuda, descansando, azuzando por el calor. Ahí estaba, un ave que jamás pensé que se podría ver en Zamora pero ahí estaba este nuevo charrán ártico. Se levantó varias veces para posarse en otra zona de la zuda, incluso se puso a reclamar y a beber agua.
Charrán ártico que ha hecho escala en su largo viaje para descansar y coger fuerzas. Increíble viaje que realiza cada año desde sus lugares de reproducción en el Ártico hasta sus zonas de invernada en la Antártida. Un viaje de unos 70.000 km de ida y otros 70.000 km de vuelta; una verdadera proeza.
En 2010 Carsten Egevang, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca puso dispositivos Gps en 50 charranes para ver cuál era el recorrido que hacían en su migración anual. Sus conclusiones fueron las siguientes (fuente National Geographic publicado en 2018):
“Al final de la época de apareamiento, los charranes dejan Groenlandia e Islandia y se dirigen al suroeste para hacer una escala que no se conocía. Se encuentra en medio del Atlántico norte, donde las aguas septentrionales llenas de comida se encuentran con las corrientes meridionales, más cálidas, pero menos productivas. Los charranes pasan allí una media de 3 a 4 semanas entre agosto y septiembre, reuniendo fuerzas antes de poner rumbo sureste hacia África.
Todos siguen la misma trayectoria hasta llegar a las islas de Cabo Verde, frente a la costa noroccidental de África, donde se dividen en dos grupos. Un grupo sigue disfrutando de la costa africana, mientras que otro cruza el Atlántico y sigue la curva de Brasil.…Tardan una media de 93 días, aunque las aves más rápidas migran en solo 69 días”
Pero ¿por qué hacen este enorme viaje de polo norte a polo sur cada año de su vida? El mismo artículo nos señala tres posibles explicaciones: “Estudios previos han encontrado dos explicaciones: las latitudes más altas implican menos parásitos y, cuantas más horas de luz diurna, más tiempo tienen las aves para atrapar el alimento que tanto necesitan”.
Es decir, tanto en el Ártico como en la Antártida las horas de luz son muchas al día lo que le permite alimentarse durante casi las 24 horas.
“Pero las aves podrían disfrutar de esos mismos beneficios haciendo escala en una zona subártica más al sur, reduciendo en gran medida sus viajes y apareándose en climas más indulgentes.
Laura MicKinnon, de la Universidad de Quebec, tiene una tercera respuesta que podría explicar este viaje final hacia el norte: es más seguro. McKinnon estudió la influencia de los depredadores en un estudio pancontinental.”
“Descubrió que aparearse a un grado más de latitud reduce las probabilidades de que te devoren. En el experimento, 29 grados separaban los lugares de apareamiento más al norte y más al sur, lo que se traduce en un riesgo un 65 por ciento inferior de caer en las fauces de los depredadores.”
En el viaje de vuelta tardan …“una media de 40 días en llegar a casa. Evitan sus rutas costeras en favor de un vuelo más recto sobre aguas profundas. Trazan una S a través de la atmósfera en dirección a la punta suroccidental de África, cruzan el Atlántico y regresan por la misma ruta de paso en el Atlántico norte que visitaron en su viaje hacia el sur. Finalmente, llegan a su hogar del Ártico en mayo, exhaustos y listos para aparearse.”
Un verdadero privilegio el poder disfrutar de esta especie al lado de casa, en tu ciudad, en tu querido río Duero que recorres y disfrutas desde muy pequeño cuando tus abuelos vivían en su orilla.

lunes, 4 de agosto de 2025

Juvenil de cigüeña negra en Puebla de Sanabria.

La cigüeña negra es un ave extremadamente esquiva, hay que tener mucho cuidado porque al menor movimiento que perciba como un peligro o que te acerques demasiado, se marchará, es un ave tremendamente desconfiada que llega hasta nuestra tierra en febrero o marzo para criar y sobre septiembre u octubre se vuelve a marchar hacia el sur.
Este juvenil se alimentaba en Puebla de Sanabria, en una charca, con total tranquilidad entre garzas reales, ánades azulones, andarríos grandes, chicos y chorlitejos chicos que se movían sin descanso entre el agua y la pradera llena de insectos, ranas y pequeños peces.
Este joven de cigüeña negra es un juvenil recién salido del nido; joven que da sus primeros pasos en su complicada vida, joven que deberá de sobrevivir sólo, joven que ha comenzado su carrera por la supervivencia.
La cigüeña negra se incluye en el Libro Rojo de aves de España como vulnerable y en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como en peligro de extinción. En España se estiman unas 400 parejas (SEO BirdLife). Ver un joven como este es una muy buena noticia.

jueves, 26 de junio de 2025

Luciérnagas: esos "bichos de luz".

Recuerdo la primera vez que las vio. Era muy pequeña y con sus ojos curiosos observaba ese punto de luz verdosa que le estaba enseñando. Lo miraba sorprendida y emocionada haciendo gestos con las manos y balbuceando en el idioma de esa época: era una luciérnaga.
Desde ese día, a principios de julio, buscamos esos “bichos de luz” que tanto le sorprendieron. Es como un pequeño ritual salir al fresco nocturno y hacer el recorrido buscando a ver cuantas luciérnagas encontramos, por desgracia, cada año vemos menos pero seguimos viéndolas y enseñándoselas a los que nos acompañan para que las conozcan y las respeten.
Las luciérnagas son escarabajos y aunque parezca mentira hay unas dos mil especies en el mundo aunque, en España, solamente contamos con 7 especies. Cada especie brilla de una manera concreta y ese brillo es algo sorprendente ya que emite luz pero sin generar calor.
Cuando paseamos buscándolas y viene alguien con nosotros lo primero que nos preguntan es ¿Cómo brillan? Y lo segundo es ¿Por qué o para qué brillan?
¿Cómo brillan? Las luciérnagas tienen bajo el abdomen unos órganos especiales que cuando absorbe oxígeno y se mezcla con una sustancia llamada luciferina, provocan una reacción química que da lugar a ese brillo; no se sabe cómo son capaces de apagar y encender esa luz según su voluntad.
¿Por qué o para qué brillan? La teoría más aceptada es que lo hacen para encontrar pareja pero también ese brillo puede servir para advertir a sus posibles depredadores de que no es un bocado muy apetecible.
Salir a buscarlas es como un pequeño ritual familiar en el que caminamos después de anochecer en busca de esa luz verdosa. Esa luz que se ilumina en la noche, entre las hierbas, con una intensidad que impresiona y sorprende la primera vez que la ves. Nos acercamos y la observamos. Luz que proviene de ese pequeño escarabajo, luz que emiten las hembras (que no vuelan) como un faro en la noche llamando para que los machos las vean (que sí vuelan), se acerquen y así poder reproducirse.
Este hecho natural se ve sacudido por el problema de la contaminación lumínica ya que el brillo de las hembras no es capaz de competir con la luz instalada por los humanos a su alrededor y, el macho, en muchas ocasiones, no las encuentra para poder reproducirse. Si a este problema le unimos la pérdida de su hábitat y la utilización desmedida de pesticidas nos encontraremos con una bajada muy preocupante en las poblaciones de luciérnagas.
Hacemos el recorrido contando las que vemos, admirando su luz mágica, hablando y disfrutando del embrujo de la noche sanabresa. Así durante varios días seguidos, días en los que las hembras de luciérnaga se van apagando según van quedando fecundadas, van desapareciendo hasta el siguiente año.
En unas semanas las hembras morirán pero antes pondrán los huevos de los que saldrá una nueva generación de luciérnagas en forma de larva, vivirán en ese estado alrededor de dos años, alimentándose de caracoles, babosas o lombrices que cazan inyectándoles un veneno que las paraliza y convierte en una especie de papilla que solamente tienen que absorber.
Al cabo de casi dos años se produce la metamorfosis que da paso a su estado adulto en el que están aproximadamente dos semanas, tiempo en el que las buscamos, tiempo en el que se alimentan de polen, néctar o no se alimentan, tiempo en el que emiten su luz verdosa, tiempo en el que los machos las buscan y fecundan, tiempo en el que pondrán los huevos y morirán. Tiempo en el que las vemos en la noche sanabresa.
(Las fotografías de esta entrada son luciérnagas de la especie: Lampyris iberica, un endemismo de la península ibérica y sur de Francia. Si queréis ampliar información sobre las luciérnagas visitar gusanos de luz).

miércoles, 28 de mayo de 2025

Avetorillo: el fantasma del río.

Ahí está quieto, hierático, sigiloso haciendo un equilibrio perfecto en el carrizo que le sirve de percha, de atalaya para otear la superficie del agua en busca de alimento. 
Hembra de avetorillo.
El avetorillo es un ave esquiva, mimética, cuyo plumaje críptico le hace pasar totalmente desapercibido entre los carrizos de la orilla. Es un ave de costumbres crepusculares que se mueve perfectamente entre la intrincada maraña de carrizos, agarrándose a ellos con una soltura, elegancia y agilidad verdaderamente sorprendente.
Todo en él está diseñado para vivir en este hábitat. Sus largos dedos y uñas le permiten agarrarse firmemente a estrechos carrizos en posturas dignas de un equilibrista consumado; ya sea boca arriba, boca abajo o haciendo un perfecto spagat. Su largo cuello es idóneo para equilibrarse y estirarlo hacia el agua para poder pescar pequeños peces qué coge al acecho con su largo y fuerte pico. Su plumaje es de un color mimético con el entorno. Está y no lo ves. Está y parece que no está. Está y para poder verlo hay que esperar un movimiento, tener suerte o tener un buen ojo o una mezcla de todos ellos. Está oculto entre los carrizos que lo protegen y cubren como una gran capa de invisibilidad de la que sale cuando él quiere para dejar ver su preciosa figura.
Se mueve. Se estira. Camina por el junco. No pierde de vista la superficie del agua. Espera. Se tensa y se estira lanzándose al agua quedando agarrado solamente por una pata como si de un ancla se tratar. Se vuelve a replegar hacia el carrizo. Ha conseguido su premio.
Varias parejas de avetorillo llegan regularmente todos los años entre marzo y abril hasta nuestro río Duero en Zamora ciudad para criar aquí pero, también, algunos se quedan todo el invierno y no migran hasta África.
Macho de avetorillo con el pico enrojecido. Época de celo.
Esta época es muy buena para poder verlos ya que se encuentran en pleno cortejo y están más activos, más nerviosos, más atareados en la construcción de su, casi imposible de ver, nido.
Se persiguen de un lado al otro del río, defienden su zona. El intruso no puede quedarse aquí. Vuelan como pequeñas balas que se incrustan en los carrizales donde continúan sus disputas y persecuciones.
Su voz ronca, suave, de tono bajo resuena en el carrizal. Es un avetorillo macho que llama a la hembra que ha salido de la profundidad del carrizal al borde. Se asoma. Se deja ver. Su cuerpo se contorsiona en los finos tallos del carrizo. Es su momento de exhibición. Es su momento de emparejamiento.
Hace unos días J. Alfredo Hernández me comentó un comportamiento del avetorillo que no conocía y que me resultó verdaderamente impactante a la par que sorprendente. En Salamanca, José Luís Rodríguez Esteban, Alberto H. Romo y Carlos Aldea Dorado descubrieron y documentaron un hecho insólito que nunca se había descrito: la utilización por parte del avetorillo de cebos vivos para atraer a los peces y así tener más oportunidad de capturarlos; en el siguiente enlace podéis ver esta increíble manera de pescar que tienen el avetorillo y que nunca he visto. Enhorabuena a sus descubridores.
El avetorillo es el fantasma del río. Un hermoso fantasma que tenemos la inmensa suerte de poder disfrutar en las orillas de nuestro querido río Duero en Zamora ciudad.

lunes, 5 de mayo de 2025

Gaviota de Bonaparte en Villafáfila y mucho más.

El pasado día 20 de abril David Santamaría y Miguel Martín descubrieron un ejemplar de 2º año de gaviota de Bonaparte en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Primera cita para Zamora y primera para Castilla y León. Cita de un enorme valor de esta pequeña gaviota americana muy parecida a la gaviota reidora.
Dos días después me acerqué hasta las lagunas que están verdaderamente deslumbrantes de agua y vida por los cuatro costados. Mi principal objetivo era intentar ver a esta pequeña gaviota americana. Al poco de llegar la localicé en una zona de la Salina Grande entre un grupo de gaviotas reidoras. Comía sin parar, constantemente se alimentaba de insectos que cogía de la superficie del agua con gran rapidez, en ocasiones me recordaba a un falaropo en sus movimientos.
Esta gaviota americana anida en Alaska y Canadá pasando el invierno en zonas más templadas de América del Norte, América Central y las Antillas. Verla aquí es una extraordinaria noticia de un ave escasa en nuestro país y todavía más difícil de ver en el interior peninsular lo que da más valor a su descubrimiento, además David Santamaría y Miguel Martín la descubrieron en vuelo, entre un grupo de gaviotas reidoras que llegaban a dormir a la Salina Grande, toda una demostración de pericia y maestría en la identificación, enhorabuena.
La gaviota de Bonaparte no paraba en ningún momento de alimentarse, junto a las reidoras se podía apreciar su menor tamaño, el gris dorsal extendido por el cuello, su mancha auricular más grande que en una reidora y, sobre todo, su pico negro y fino.
Estuve todo el tiempo en la misma zona observando sus evoluciones, ocasión única para ver una gaviota de Bonaparte en nuestra provincia.
Combatientes.
Villafáfila está imponente y majestuosa, las lluvias han llenado todas las lagunas y numerosos encharcamientos jalonan las cunetas y campos. Agua que atrae vida. Agua que es un poderoso imán en el que tarros blancos, patos cuchara, ánsares comunes, combatientes, agujas colinegras y colipintas, pagazas piconegras, avocetas, cigüeñuelas, azulones, correlimos comunes, menudos, zarapitines, zarapitos trinadores y reales, gaviotas reidoras y cabecinegras, fumareles comunes y cariblancos además de visitantes poco comunes como patos colorados, un correlimos de Temminck que ha pasado todo el invierno, canasteras o los últimos en llegar a las lagunas como son un fumarel aliblanco y un archibebe patigualdo chico, además de innumerables pajarillos y rapaces junto con las imponentes avutardas o las escasas gangas ortegas. 
Garcilla bueyera.
Pato cuchara.
Patos colorados.
Collalba gris.
Lavandera boyera flavíssima (inglesa).
Cigüeñuela.
Ganso del Nilo.
De vez en cuando otros visitantes como esta corza, se dan un paseo por las lagunas ante la atenta mirada de sus habitantes habituales.
Villafáfila es un disfrute para los sentidos que debemos aprovechar, cuidar, respetar y disfrutar.