martes, 7 de enero de 2025

Martín pescador: un habitante muy hermoso de nuestro río Duero.

Uno de los habitantes más bellos y espectaculares que nos podemos encontrar en el tramo urbano del río Duero en Zamora es el martín pescador. Pequeña flecha azul metálica que vuela muy cerca del agua hasta posarse en una percha adecuada para otear la superficie del río y esperar su oportunidad.
Cuando lo observas en su atalaya te das cuenta de la belleza de su plumaje, de tonos azules y verdosos metálicos adornados con un naranja intenso en su pecho, destacando su enorme y poderoso pico, cabeza grande y aspecto rechoncho pero compacto sustentado en sus cortas patas rojizas.
Cuando se habla del martín pescador te lo imaginas en un río de aguas claras y limpias, en un río de montaña con un paisaje idílico y bucólico. Siempre se ha dicho y escrito que un martín pescador necesita aguas limpias para poder capturar a sus presas. Esto es lo que se considera normal. Este es el comportamiento establecido y aceptado por la mayoría pero…¿realmente sucede así?
Los animales tienen un enorme poder de adaptación al medio y siempre buscarán los lugares que les sean más favorables para sus intereses aunque nosotros creamos que es imposible que allí se encuentren o que sea lo que se considera establecido y aceptado por todos; nada más lejos de la realidad. Esto sucede con el martín pescador que nos podemos encontrar en el río Duero a su paso por Zamora.
Lo esencial que busca un animal es alimento. Si hay alimento estará presente. Si le añades agua, cobijo y que lo dejen tranquilo, todavía mejor. Si alguno de estos condicionantes es un poco complicado por estar muy cerca de la ciudad o en la ciudad misma, serán capaces de adaptarse y sobrevivir. Eso es lo que les pasa a los martines pescadores que se encuentran en pleno tramo urbano del río Duero a su paso por Zamora. Tienen alimento. Agua. Cobijo y tranquilidad ¿Qué más necesitan? Todas sus necesidades están cubiertas así es que ¿Por qué no vivir aquí?
Recuerdo desde niño las imágenes que aparecían en El Hombre y la Tierra. Serie que marcó varias generaciones y que nos hizo aprender a conocer, amar y respetar la naturaleza y verla de una manera que nadie podía imaginar. Pues bien, en uno de los capítulos se veía como los martines pescadores se zambullían en el agua como pequeños proyectiles, dentro del agua era fantástico verlos para los ojos de un niño pequeño que admiraba como se movían bajo la superficie, parecía que nadasen volando; o como criaban a sus pequeños en un agujero hecho en un talud del río, o como un hermoso y espectacular gato montés cazaba a uno de ellos. Eran imágenes fascinantes para un niño que miraba con los ojos abiertos como platos y que se escapaba desde la cama, con mucho sigilo, para que su hermano pequeño no se despertara y esperaba ansioso, toda la semana, la llegada del viernes que era cuando emitían un nuevo capítulo de esa serie que mostraba la naturaleza de una manera fascinante y atrayente.
Desde esas imágenes he visto muchos martines pescadores en ríos de montaña de aguas claras y cristalinas pero también en ríos de ciudad, de aguas más turbias como el tramo urbano del río Duero a su paso por Zamora ciudad.
Ahí está posado en su percha, descansando pero sin perder detalle del movimiento en el agua, esperando su oportunidad para lanzarse como una pequeña flecha que se introducirá como un rayo en el agua para pescar, en la mayoría de los intentos, un pequeño pez que tras un golpe seco en su atalaya tragará rápidamente. Cuando llegue su momento criará en uno de los taludes del río excavando su nido en la suave arena.
En estas dos imágenes podemos diferenciar
un macho (arriba) en el que su pico es totalmente negro
 de una hembra (abajo) en la que su pico, en la parte inferior es clara.
Siempre me alegra verlo y, si es aquí, más todavía porque los paseos por el río, sin cruzarte con él o verlo posado no serían lo mismo. Sin su presencia, el río habría perdido a un habitante muy bello y especial. El martín pescador.

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