lunes, 28 de marzo de 2016

La procesión y la nutria.

Hay observaciones curiosas, diferentes, sorprendentes,…observaciones que no te imaginas ni por lo más mínimo el lugar o la especie que vas a encontrar por pura casualidad; observaciones en las que la realidad supera a la ficción. Así es la historia que comienza una mañana de Jueves Santo en Zamora.
Los sones de la banda de música suenan en la agradable mañana de Jueves Santo mientras la Virgen de la Esperanza cruza el río Duero desde Cabañales, han cruzado todas las damas y los cofrades nos disponemos a cruzar el puente. El caminar es lento, pausado, la virgen la traen andando, mecida sobre los hombros de los cargadores que la llevan con una dulzura y gusto exquisitos, parece que camina, parece que se desliza suavemente, sin sobresaltos, sin movimientos bruscos; miro hacia adelante y comienzo a entrar en el puente, me coloco el caperuz y miro al agua en la que unos azulones nadan tranquilos y un tronco se desliza río abajo ¿río abajo? ¿pero si da la vuelta y va río arriba? ¡Una nutria!
La imagen era parecida a esta que pude fotografiar
también en Zamora ciudad y
 ya ha aparecido en el blog anteriormente.
Casi se me cae el caperuz de la impresión. Mis ojos se abrieron como platos mientras la nutria subía río arriba y se dirigía exactamente hasta donde nos encontrábamos, en plena procesión. No podía creer lo que estaba viendo, mejor dicho, no podía creer que desde dentro de la procesión estuviera viendo una nutría en el río, tan tranquila.
Continuó nadando río arriba hasta casi llegar al puente y comenzó a ir paralela a nosotros ¿Pero nadie la ve? ¿Pero los cofrades que van junto a mi no se enteran? ¡Mi reino por una cámara! aunque hubiera sido una cámara pequeña le hubiera sacado unas fotos espectaculares, estaba allí abajo, al lado del puente. Siguió paralela a nosotros unos metros hasta casi la mitad del puente donde oí a mi lado: “¡Ostras. Si creía que era un palo! ¿Qué es eso?”, “Una nutria”, contesté al incrédulo congregante que estaba a mi lado y me miraba entre sorprendido, asustado y alucinado mientras la nutria se subía a una de las pilastras del puente llenas de juncos y se tumbaba.
Increíble. La naturaleza, en ocasiones, te sorprende con avistamientos que te dejan impactado y que difícilmente, mejor dicho, prácticamente nunca se volverán a repetir y este es uno de ellos. No es la primera vez que veo una nutria en Zamora ciudad; siempre las ha habido y se mueven en las aguas chocolates del río Duero sin ningún problema, verlas es más complicado, hay que tener un poco de suerte y recorrer el río muchas veces para que suene la flauta.
Evidentemente, esta imagen, no corresponde al momento descrito
pero en ella se puede apreciar como la nutria nadaba río arriba.
Como he comentado en otras entradas y creo que es bueno recordarlo, quién no ha oído decir: “las nutrias solamente viven en ríos de aguas cristalinas y transparentes; son bioindicadoras de la pureza de las aguas”; las nutrias pueden vivir también en aguas oscuras o de color chocolate como son las del río Duero, verdaderamente, lo único que necesitan es alimento, resguardo y tranquilidad, si estas necesidades están cubiertas en un río de aguas turbias, vivirán en él sin ningún problema.
Desde hace años las nutrias están experimentando una considerable subida de la población; en los años sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado tuvieron una enorme disminución provocada por diferentes factores, como la destrucción de su hábitat, la disminución de recursos alimenticios o la enorme presión que la caza ejercía sobre ellas. Dicha caza se realizaba por varios motivos: el principal, porque su piel era muy cotizada para la elaboración de abrigos (un abrigo suponía la muerte, más o menos, de veinte nutrias) y, en muchas partes de Zamora, de gorros que decían hechos de "piel de lluntre", nombre con el que llamaban a las nutrias, incluso, en muchos pueblos no sabían que lluntre era una nutria (gracias J. Alfredo Hernández por la información). El segundo motivo tenía que ver con los alimañeros que, durante los fatídicos años de Las Juntas de Extinción de Animales Dañinos, mataron un gran número de ejemplares. Un tercer motivo era que en muchas zonas de nuestro país se cazaba para comer, hasta la Iglesia autorizó su consumo en la época de cuaresma ya que la consideraba una "carne de pescado". También, un cuarto motivo era que muchos pescadores tenían una enorme manía a las nutrias al considerarlas responsables de la falta de peces en los ríos.
Tanto esta imagen como la fotografía anterior
me las ha dejado Fernando García para ilustrar esta entrada.
Lo cual se lo agradezco enormemente.
Las nutrias han remontado el vuelo y se las puede ver en muchos lugares de nuestra provincia, Zamora ciudad, uno de ellos pero verla desde dentro de una procesión en la mañana del Jueves Santo os aseguro que no se olvida fácilmente y resulta, chocante, sorprendente e impactante además de enormemente gratificante.

4 comentarios:

  1. No me lo puedo creer!!!
    es algo insólito estar de procesión y al mismo tiempo disfrutar de una nutria!!!!
    Momentazo!!

    Saludos

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    1. Así me quedé yo,impactado pero te aseguro que fue un momento inolvidable. Un saludo.

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  2. Como molan esos momentos, me encantan. Muy chulo el post Pepe, un fuerte abrazo desde Cantabria.

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