domingo, 17 de abril de 2016

De pajarillos por el bosque de Valorio.

Como muchos sabéis en Zamora tenemos un bosque urbano que es, ha sido y será cuna de muchos amantes de la naturaleza que acuden a pasear, disfrutar de sus habitantes, hacer deporte o merendar.
El bosque de Valorio y Zamora han ido unidos desde tiempos inmemoriales. Desde la Edad Media se conoce el bosque por dos razones principales. Una porque durante muchos siglos fue utilizado como una explotación forestal y la segunda por la leyenda de la Virgen de La Hiniesta en la que Sancho IV en 1290 salió de caza con su halcón persiguiendo a una perdiz que se refugió en una retama (hiniesta). Al llegar el rey donde se había refugiado la perdiz se encontró con una imagen de la virgen. El rey impresionado le construyó la iglesia de Santa María la Real, surgiendo el pueblo de La Hiniesta. (Actualmente esa parte del bosque desde La Hiniesta hasta los límites actuales ha desaparecido).  
De la flora autóctona del bosque: robles y encinas; quedan  muy pocos ejemplares. Lo que más encontramos son pinos y dado su carácter de aprovechamiento forestal tenemos datos de repoblaciones sucesivas de pinos en el bosque. La que más me interesa es la que se realiza en 1762, en la cual se plantan los pinos piñoneros que pueblan el centro del bosque en la actualidad.
Otro momento importante de acciones en el bosque es entre 1841 y 1852 en los que se reforesta de nuevo y reacondiciona con la construcción del gran paseo de entrada, La Casa del Guarda, el estanque de Los Pinares y la Fuente del León en 1884. El bosque va perdiendo extensión a lo largo de los siglos y en 1927, con el paso del tren, termina por configurarse su tamaño actual, aunque, la llegada de otro tren, el AVE ha vuelto a determinar su configuración.
El bosque de Valorio tiene una extensión de unas 80 hectáreas distribuidas a lo largo de casi tres kilómetros de longitud, en el que nos encontramos unas 158 especies de vertebrados (según los datos del gran conocedor de la fauna del bosque, J. Alfredo Hernández Rodríguez) destacando una gran variedad de mariposas y de aves, en función de la época del año.
En esta entrada me voy a centrar en algunas de estas aves, concretamente en los pequeños pajarillos que podemos encontrar cualquier día que bajemos actualmente a pasear por el bosque.
El bosque de Valorio está surcado por un pequeño riachuelo que lo atraviesa en parte, conformando un estrecho bosque de ribera en el cual  muchos pajarillos se mueven de rama en rama. Tanto en las riberas del riachuelo como en el resto del bosque una gran variedad de pequeños pájaros van a alegrarnos el paseo con sus cánticos y movimientos. Valorio nunca defrauda y, siempre que paseas por él, vas a ver o encontrar algo interesante.
La época que más me gusta pasear por Valorio es en invierno; las nieblas, el verde, el suelo cubierto por una fina helada o los árboles sin hojas te permiten ver muy bien a los pequeños habitantes que se mueven entre las ramas y el suelo.
En un recorrido virtual a lo largo del invierno hasta la actualidad el bosque te mostrará una amplia gama de pequeños habitantes que se mueven en sus quehaceres cotidianos. Habitantes que pueden vivir en el bosque permanentemente, que pueden venir en invierno o en visitas ocasionales.
Petirrojo.
Pinzón vulgar.
Escribano soteño.
Mito.
Carbonero garrapinos.
Verdecillo, verderón común, petirrojo, gorrión común y molinero, carbonero común, herrerillo común o pinzón vulgar son algunos de los más habituales que puedes encontrar en un día cualquiera de paseo por el bosque; mosquitero común, picogordo, curruca capirotada, agateador, chochín, escribano soteño, pardillo común, lúgano, colirrojo tizón, lavandera blanca o cascadeña, mito, acentor vulgar, jilguero o pico menor aparecen en mayor o menor medida en el bosque.
Estos pequeños habitantes conforman un bosque lleno de vida, de alegría, por el que es una auténtica gozada pasear; al que desde muy pequeños nos llevaban nuestros padres a jugar y veíamos con ojos curiosos como, un montón de pajarillos sin nombre, se movían de un lado para otro y que poco a poco fuimos poniendo nombre a todos ellos.
Pardillo común.
Pico menor.
Picogordo.
Lúganos.
Agateador común.
Chochín.
Valorio no se olvida. Hay que bajar de vez en cuando, es una necesidad, es un sentimiento y más ahora que bajo con mi pequeña que está empezando a descubrir la naturaleza y, en estos días, baja emocionada a ver los patitos que se mueven en el riachuelo.
Pollada de ánade real.
Sus pequeños y expresivos ojos se abren de par en par cuando los descubre entre las hierbas del riachuelo llamándolos para que vengan hasta que recuerda que no puede chillar y pone el dedo en la boca en señal de silencio para que te calles porque sino se van y va señalando al “papá”, a la “mamá” y cuando algún pequeño se aleja demasiado de la hembra se pone nerviosa y le empieza a decir que vaya con su “mamá”.
Disfrutemos del Bosque de Valorio. Disfrutemos de un lugar maravilloso que tenemos en nuestra ciudad. Seamos conscientes de su valor y de su importancia y, por cierto, no estaría mal que abrieran el centro de interpretación que hicieron hace años ya que, cerrado ¿sirve para algo?

6 comentarios:

  1. La escuela perfecta para pequeños y mayores. Una suerte poderla disfrutar todavia en nuestros días y una pena que no sepa todo el mundo el tesoro que tienen cerca de donde viven.

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    1. Valorio es una escuela viva pero los niños se interesan cada vez menos por ella. Intentemos que nuestros niños aprecien, conozcan y valoren lo que tienen alrededor. Un saludo y gracias por el comentario.

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  2. ¡Qué gran importancia tienen estos, por desgracia, pequeños reductos de vida que han sobrevivido a lo largo de siglos a la actividad humana!
    Un placer leer el reconocimiento que le das al bosque de Valorio y que justificas sobradamente con la palabra y la imagen.
    'Ojolince y Sra.' tenemos que ir a conocerlo, pues es de visita más que obligada para dos amigos de la naturaleza como nosotros.

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    1. Estos bosques son importantísimos. Desde luego, si venís, no dudéis en avisarme. Un saludo.

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  3. Hay que poner en valor los zonas verdes urbanas, y este bosque parece ser de primer orden. Magnífico reportaje Pepe, un abrazo desde Cantabria.

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    1. Que importante es para muchos zamoranos el bosque de Valorio pero cuantos ignoran su importancia. Muchas gracias por el comentario y un saludo.

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