Nueva visita a las lagunas de Villafáfila que están
espléndidas, con un aspecto inmejorable, el agua es vida y a ella se acercan
multitud de aves que buscan en ella refugio, alimento, tranquilidad o un lugar idóneo
para criar.
El objetivo principal del día era poder volver a ver la
agujeta escolopácea que había visto el pasado día 24, el tiempo del que
disponía no era mucho así es que mi intención era dirigirme directamente hasta
donde se encontraba pero, dada la gran cantidad de aves, no pude por menos que
parar en un par de sitios.
La Salina Grande está impresionante y las aves rivalizan
por el escaso terreno disponible para poder construir sus nidos. Poder fijarte
en la enorme cantidad de gaviotas, pagazas o fumareles que hay es imposible,
dada la distancia y la cantidad, además, se mueven constantemente, se tapan entre la hierba o vuelan y, cuando se vuelven a posar, a buscar otra vez. Así me pasó con
dos de las observaciones del día: una gaviota cana de 2º año y una gaviota
patiamarilla adulta que pude ver en el gran grupo que paré para observar. Después de localizarlas con el telescopio, sacar la cámara y buscarlas por el
visor…¡todas a volar! Un aguilucho lagunero pasó por encima de ellas
asustándolas y causando un enorme revuelo.
En ese grupo también pude ver y esta vez si pude hacerle
alguna foto testimonial, una gaviota cabecinegra adulta que nadaba por la
orilla y se subía a la pequeña isla en la que las gaviotas reidoras rivalizaban
por un lugar en el que asentar su nido, incluso algunas ya estaban echadas en
él.
|
Gaviota cabecinegra a la izquierda de la imagen. |
Esta pequeña zona en la que localicé la gaviota cana de
2º año, la patiamarilla y la cabecinegra estaba realmente animada ya que conté hasta 18 zampullines cuellinegros que andaban en cuestiones amatorias e incluso
hacían también sus nidos entre las gaviotas reidoras mientras un macho de
cerceta carretona nadaba por la laguna.
|
Macho de cerceta carretona detrás de una pareja de pato cuchara. |
Todo esto en una pequeñísima zona de la inmensidad de la
Salina Grande donde, en las islas mayores, el grupo de gaviotas era muchísimo
mayor.
|
Garcilla bueyera. |
Continué hasta recoger a Cristian Osorio entre cernícalos
primilla, pagazas piconegras, fumareles comunes, cigüeñuelas, avocetas o
garcillas bueyeras para dirigirnos al lugar en el que se podía encontrar la agujeta
escolopácea; al llegar, Alfonso Rodrigo (no dejéis de entrar en su gran blog: el Pernil) la tenía localizada, lo cual nos ahorró
mucho tiempo, además, nada más llegar pudimos ver una canastera que volaba de
la zona.
|
Agujeta escolopácea entre cigüeñuelas. |
Allí continuaba la agujeta escolopácea, en el mismo lugar
en el que la dejamos del día 24. Un lugar complicado de ver ya que está lejos y
lleno de pequeñas zonas de hierba tras las cuales la pequeña agujeta se mueve como
pez en el agua quedando tapada en muchas ocasiones. Es curioso verla nadar entre las cigüeñuelas
con las que está asociada. Se mueve alimentándose durante un tiempo para
pararse y quedarse descansando otro buen rato.
Cada vez me parece más increíble que una pequeña ave como
esta sea capaz de venir desde su lugar de origen, si nos paramos a pensarlo
bien, es realmente un esfuerzo titánico, seguramente haya llegado hasta aquí empujada por
una fuerte borrasca pero, hay que recordar, que tiene que volver…y eso es mucha
tela.
Después de que Cristian Osorio y Alfonso Rodrigo, dos de los mayores conocedores de las lagunas, marcharan
me quedé algo más de tiempo observándola hasta que, pasada una media hora, se
levantó y voló junto con las cigüeñuelas, todavía más lejos, quedando tapada
por completo e imposible de ver.
|
Pareja de tarro blanco. |
|
Aguilucho cenizo. |
|
Pareja de pato cuchara. |
|
Avoceta. |
|
Cigüeñuela. |
|
Gaviota reidora. |
Permanecí en el lugar una hora más, sin éxito, mientras
avocetas, aguiluchos cenizos, tarro blanco, correlimos comunes o chorlitejos grandes se
movían de un lado para otro sin descanso o surgían disputas entre depredadores
por intentar robar unos a otros la comida recién capturada.
Según marchaba un precioso macho de avutarda se esforzaba
en conquistar a una hembra ofreciéndole su mejor exhibición haciéndole la
famosa rueda. Villafáfila está increíble, hay que verla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario