Llegas y lo primero que te llama la atención es que hay
agua por todas partes y con agua hay aves. Miles de aves. Aves por todos lados
aunque cuando hablas con alguien de aquí te dicen que todavía no hay mucho
pero, no se dan cuenta, que en el interior estamos secos, completamente secos…
Santoña rebosa vida. Mires donde mires hay aves. En esta
primera entrada voy a contar el viaje en barco que realizamos con aves
cantábricas por las marismas. Viaje en el que Alejandro García nos mostró todo sus
saber y conocimiento de este lugar tan bello y maravilloso. Nos embarcamos con
grandes ilusiones de poder disfrutar de la marisma y sus habitantes.
El primero y el último en aparecer fue un colimbo grande.
Ave impresionante, de fuerte pico, cuello robusto y pinta de cormorán cuando lo
ves a distancia. Salía. Cogía aire y se sumergía nuevamente. Se estaba
alimentando.
Ave proveniente del ártico que cría en Groenlandia,
Islandia o Norteamérica que pasa el invierno en estas marismas junto con otro
colimbo, el colimbo chico que también viene del ártico y del que vimos varios
ejemplares.
Es el más pequeño y extendido de todos los colimbos; con
un pico más fino, menos robusto y aspecto más frágil. También se alimentaba
constantemente. Su actividad era febril. Se sumergía y salía sin descanso. Nos
mostraba su destreza en el buceo. Al igual que el colimbo grande (y la mayoría
de los patos buceadores) tiene las patas muy atrás en el cuerpo para así
desplazarse más eficientemente bajo el agua aunque en tierra le hace ser un
poco patoso.
Pasará el invierno aquí, en Santoña y luego volverá a sus
zonas de cría en el norte de Rusia, Groenlandia, Islandia y norte de Canadá.
Casi noventa barnaclas carinegras hay ahora mismo en las
marismas. El año pasado pasaron de las cuatrocientas. Su número ha ido
aumentando exponencialmente en los últimos años, sobre todo por la
proliferación de su comida preferida, un alga, la zostera marina.
Este pequeño ganso también proviene del ártico. De dos zonas
concretas: del norte de Rusia la subespecie nominal bernicla y la hrota
proveniente de Groenlandia y norte de Canadá. Aquí, en Santoña, la que se
encuentra normalmente es la subespecie bernicla, aunque por ejemplo, el año
pasado aparecieron dos ejemplares de la subespecie hrota. Todavía hay una
tercera subespecie que no llega hasta nosotros, es la nigricans que vive en el
noroeste de Canadá, Alaska y Siberia oriental.
Acostumbrado a ver muy pocas barnaclas carinegras, lo
máximo que he visto en las Lagunas de Villafáfila han sido tres ejemplares en
2015, encontrarte con unas noventa es un espectáculo fascinante. Se movían
tranquilas, comiendo y observando como una fila de caballos pasaban muy cerca
de ellas.
Una preciosa serreta mediana (y única en la marisma)
apareció en la lejanía. Era un hembra solitaria entre azulones, agujas y
rabudos.
Lo primero que te llama la atención es el pico. Pico largo
y delgado que tiene unos pequeños “dientes aserrados” (de ahí su nombre) para
sujetar mejor a sus presas. Otra ave del norte que baja hasta Santoña en
invierno. Ave que parece el pinocho de las aves con ese pico tan peculiar. Ave que
fue toda una agradable sorpresa encontrarnos.
Continuamos en nuestra ruta con un sinfín de
observaciones: agujas colinegras y colipintas, ostreros, ánade silbón, ánade
friso, zarapito real y trinador, gaviota sombría, reidora y patiamarilla,
espátulas, zampullín cuellinegro…
Preciosos ostreros alimentándose. |
Una enorme variedad que nos sorprendía constantemente. Entre
cormoranes grandes y moñudos, garcetas comunes, reales y grandes apareció la
majestuosa silueta del águila pescadora.
Allí estaba. Posada en un magnífico oteadero. Esperando. Decidiendo
cuando emprender el majestuoso vuelo que revoluciona a los miles de silbones,
ánades reales, frisos, rabudos y cucharas que deambulan por la marisma.
Este invierno hay dos ejemplares en Santoña. Dos águilas
pescadoras que pasarán aquí todo el invierno y, quién sabe, si en algún momento
se decidan a criar en esta zona.
Tres zampullines cuellirrojos aparecieron casi a la vez
que la pescadora. Estaban bastante lejos pero con el telescopio se veían muy bien. Este zampullín es casi idéntico al cuellinegro pero, en esta época
su cabeza “plana” le delata sin remisión.
Fotografía testimonial de dos de los zampullines cuellirrojos. |
Es el zampullín más escaso que tiene sus principales
cuarteles en Finlandia además de Dinamarca, Suecia, Rusia o Noruega desde donde
nos visita en invierno. Experto buceador, como todos los zampullines, que tiene
las patas muy atrás (como comentaba anteriormente) para facilitar la inmersión
y el buceo que le permite tanto alimentarse como escapar de cualquier peligro.
También pudimos ver otros miembros de su familia como el cuellinegro, el chico
y el somormujo lavanco.
Zampullines cuellinegros. |
Gavión atlántico (la gaviota más grande de Europa), charrán
patinegro, tarros blancos…Santoña es un espectáculo de vida. Es un deleite para los
sentidos. Es un lugar que hay que visitar para conocerlo y aprender de todo lo
que allí se puede encontrar.
Enhorabuena por la visita! Bien aprovechada como has dejado bien claro.
ResponderEliminarUn sitio tan maravilloso como Santoña hay que intentar aprovecharlo a tope. Espero que te guste la siguiente. Un saludo y gracias por el comentario.
EliminarVeo que te ha gustado Santoña, jejeje. Todavía no está en su mejor momento, en enero se pone más potente. Muy chulo el reportaje Jose, un abrazo desde Cantabria.
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