miércoles, 21 de agosto de 2019

Estoy harto: ¿Vale todo por una fotografía?

Estoy empezando a estar cansado de aquellos naturalistas-fotógrafos, fotógrafos-naturalistas o lo que sean porque de naturalistas tienen muy poco, que priman conseguir una buena, gran o maravillosa fotografía por encima de cualquier otra sensación en la naturaleza; es lo único y verdaderamente importante de su “pasión” por el medioambiente pero claro, no va sola, ya que después deberán de hincharse hablando de esa gran fotografía que han hecho publicándola a los cuatro vientos de las redes sociales.
Gente que se mete hasta el borde de la Salina Grande de Villafáfila sin tener en cuenta que han molestado y levantado a todas las aves que allí se encontraban. Gente que es capaz de perseguir a un lince que te ha salido muy cerca y no volverás a ver. Gente que se ha escondido en un lugar prohibido consiguiendo su foto pero desplazando a un grupo familiar de lobos. Gente que es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir su tan codiciada fotografía. Gente que no tiene ni ética, ni moral.
Ya en 1677 Baruch Spinoza decía: “La ética es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado del comportamiento humano, la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Además, tiene como centro de atención las acciones humanas y aquellos aspectos de las mismas que se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la felicidad y la vida realizada”.
Estos mal llamados naturalistas la ética la han visto muy de lejos y, no digamos, la moral que es “el conjunto de reglas que se aplican en la vida cotidiana y todos los ciudadanos las utilizan continuamente. Estas normas guían a cada individuo, orientando sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno o malo”.
¿Dónde está su moral y ética en el amor por la naturaleza?
Estos personajes no aman la naturaleza, solamente aman su ego. Si la amaran no interferirían hasta el punto de espantarte un gran grupo de grullas porque ha tenido que acercarse hasta el mismo lado cuando llevas dos horas apostado a una distancia en la que las grullas ni se han inmutado. Si la amaran no serían capaces de desplazar a un grupo familiar de lobos con cachorros por meterse encima de ellos, en zona prohibida, cuando llevas viéndolos una temporada y no se han movido del lugar. Si la amaran no serían capaces de ponerse entre un grupo de observadores situados a una distancia segura y un lince por conseguir mejor fotografía que ellos pero haciendo que el lince no aparezca más en los siguientes días.
¿Dónde está su moral y ética en el amor por la naturaleza?
Y lo que todavía me exaspera mas es cuando oyes hablar a más de uno vanagloriándose de lo que han conseguido o encarándose cuando les reprochas su acción; han conseguido esa fotografía pero ¿a qué precio? Para ellos ninguno porque no verán como mal lo que han provocado pero, para el resto de gente, que respeta normas y prohibiciones les ha supuesto un problema y no digamos para los animales que han molestado, echado o espantado.
Lo más penoso de todo es que cambiarlos es prácticamente imposible porque consideran que no hacen nada malo y, si encima, no son sancionados, todavía mejor; lo seguirán haciendo y todos aquellos que cumplimos las normas escritas y no escritas de comportamiento, ética y moral seguiremos cabreándonos y llevándonos las manos a la cabeza cuando lo volvamos a sufrir porque, por desgracia, muchas veces, el sentido común es el menos común de los sentidos.

8 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo con todo lo que dices. Jose un abrazo desde Cantabria.

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  2. Se puede ser naturalista, fotógrafo o bombero, pero lo que nunca hay que perder es la educación, el respeto y el sentido común. Ese es el principal problema como bien dices. Saludos

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    1. Hola Ernesto por desgracia el sentido común se echa en falta en muchas ocasiones, es una pena. Gracias por tu comentario y un saludo.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Hubo una persona que criticó duramente la subida a la torre de una iglesia donde SEO pretendía colocar una wepcam para seguir la cría del búho real. Se subió dos meses después de la cría pero, de forma ignorante se nos achacó que la rapaz no hubiera criado al año siguiente (si lo hizo pero, muy temprano). El personaje, ni se enteró. El caso es, que en su blog aparecía una preciosa fotografía de lechuza común saliendo por la ventana de una vieja casa a plena luz del día. Todos sabemos lo que gusta a estas rapaces salir durante el día con los enemigos que tiene. La casualidad tenía truco como ya habréis imaginado; uno espanta y el otro dispara.
    Hay tanto machaca...
    Saludos y, a lo nuestro...

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    1. Es una verdadera pena que haya gente que no respete y además luego sean los defensores de la naturaleza. Un saludo y gracias por el comentario.

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  5. Hola José. Tras un verano muy desconectado de internet veo esta entrada sobre un tema que me toca directamente. Soy fotógrafo de fauna, ya lo sabes. Y tengo que decir que estoy completamente de acuerdo contigo en lo que comentas de algunos fotógrafos y su falta de ética.

    Sin embargo, siempre es un peligro generalizar y, aunque tú realmente no lo hagas (hablas solo de esos fotógrafos sin escrúpulos, no del colectivo), lo cierto es que oír tan a menudo estos comentarios termina por implantar una verdad que no es tal.

    Fotógrafos de fauna y naturalistas estamos en la misma lucha y esa sensación debe prevalecer sobre la idea de que no es así. Lo que comentas del lince lo he vivido yo también en primera persona y he llegado a "reñir" o advertir a la gente (sin éxito, por desgracia); pero tengo que aclarar imperiosamente que entre los que corrían por la pista cortando el posible paso al lince los había cargados tanto con cámaras como con telescopios. Seamos justos, pues. Insensatos los hay tanto en el colectivo de fotógrafos como en el de naturalistas (me cuesta horrores separarlos, porque para mí son un solo colectivo). Pero parece que siempre la irresponsabilidad se le otorga solo al que porta una cámara de fotos.

    En ambientes exclusivamente naturalistas nunca he oído comentarios positivos sobre los que ellos consideran un colectivo aparte, el de los fotógrafos de fauna. Nunca. Si se escucha algo al respecto es siempre negativo. Esto acaba cargando sobre una parte de ese mundo naturalista que, además de llevar prismáticos lleva cámara y teleobjetivo, la generalización de conductas poco éticas. Esto sin pretenderlo, es claramente injusto, además de que acaba dividiendo fuerzas dentro del pensamiento conservacionista.

    A los que no los hayáis leído (y a los que ya lo hayáis hecho también, para refrescar la memoria) os propongo dos entradas de mi blog para profundizar en este error: "Fotografía y conservación", publicado el 7 de febrero de 2018, y "Fotógrafos naturalistas" del 17 de mayo de 2018.

    http://cuadernodeunnomada.blogspot.com/2018/02/fotografia-y-conservacion.html
    http://cuadernodeunnomada.blogspot.com/2018/05/fotografos-naturalistas.html

    Criticar y denunciar actitudes irresponsables de fotógrafos de fauna, encarecidamente SÍ, pero también de naturalistas, que igualmente los hay sin ética ni moral; conozco varios casos.

    No seamos injustos ni hagamos juicios previos, y menos aún generalicemos. LA GENERALIZACIÓN ES INTRÍNSECAMENTE INJUSTA.

    La imagen es, por suerte o por desgracia, más poderosa que la palabra. Es completamente cierto que las palabras se las lleva el viento. Aprovechemos el poder de la imagen sobre la sociedad para intentar cambiarla. Esto lo aprendimos todos los que crecimos con los documentales de Félix. Ellas, las imágenes, son las que quedan impresas en nuestras mentes de un modo duradero, y las que nos hacen pensar. Lo sabemos todos los que miramos a través de un telescopio y quedamos impresionados por la belleza de un animal. Pero no toda la sociedad puede verlo a través de una lente; para eso están las imágenes, para que el resto de la sociedad se enamore de ese lobo, de ese lince o de esa humilde tarabilla.

    La confrontación sólo nos divide. La clave es la frase que expuse más arriba: OIR TAN A MENUDO ESTOS COMENTARIOS TERMINA POR IMPLANTAR UNA VERDAD QUE NO ES TAL. Y no estoy diciendo que ocultemos las actitudes criticables, pero somos responsables del pensamiento que nosotros generamos.

    Un abrazo.

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