martes, 3 de septiembre de 2019

Libélulas, caballitos y los niños.

El mes de julio es mi primera parte del verano que paso en las Convivencias Medioambientales celebradas en Puebla de Sanabria desde hace muchos años. Mes en el que los niños son los verdaderos protagonistas. Mes en el que su curiosidad innata es sorprendente; son verdaderas esponjas que escuchan todo lo que les cuentas sobre la naturaleza, que preguntan, que te llaman cuando aparece cualquier bicho, como dicen ellos, que aprenden a ver lo que antes ni siquiera miraban.
En esta entrada quiero hablar de las libélulas y los caballitos; algo que les llama poderosamente la atención ya que los estamos viendo constantemente. Tema sobre el que aprendo con ellos ya que aparte de características anatómicas y diferencias entre ellos, conozco sus ciclos vitales y poco mas. No diferencio especies y Sanabria es un verdadero paraíso para estos seres por lo que quiero agradecer enormemente a Miguel Rodríguez su paciencia, atención y sabiduría al preguntarle sobre las que conseguía ir fotografiando. Gracias Miguel, sin ti hubiera sido imposible.
Lo primero que les explico a los niños son las diferencias entre caballitos y libélulas ya que para ellos es todo lo mismo y se sorprenden cuando se dan cuenta que no, que hay importantes diferencias que ellos pueden ver rápidamente y a simple vista.
Les explico que los dos son odonatos pero que pertenecen a diferentes subórdenes y ahí comienza la primera diferencia a simple vista: sus alas.
Libélula: Orthetrum cancellatum.
Las libélulas, en reposo, las tienen extendidas perpendicularmente a su cuerpo mientras que los caballitos del diablo las tienen pegadas a lo largo de su cuerpo.
Caballito del diablo: Erythromma lindenii.
Con esta pequeña indicación las diferencian perfectamente. La siguiente son sus ojos: las libélulas los tienen en la parte frontal de la cabeza y los caballitos los tienen uno a cada lado de la cabeza.
Libélula:Onychogomphus forcipatus.
Caballito del diablo: Calopteryx xanthostoma.
Estas dos explicaciones son suficientes para que los diferencien. A partir de ahí cada vez que ven uno dicen orgullosos lo que es.
Evidentemente hay mas diferencias que les explicas posteriormente como la distancia de vuelo, el tamaño, la envergadura…pero las dos primeras son determinantes para ellos.
Una vez que, más o menos, los diferencian, su siguiente pregunta es: ¿y salen del agua?
Eso les fascina. No se pueden imaginar que tanto libélulas como caballitos nacen dentro del río o del lago.
Le explicas su ciclo vital y les fascina saber que ponen los huevos en el agua, que crecen bajo su superficie (durante incluso años) y que, en un determinado momento, salen andando, se anclan a una roca y ahí se produce la metamorfosis mediante la cual salen con la forma que conocen. Hemos tenido la inmensa suerte de ver todo el proceso; les sorprende y fascina a partes iguales. En las siguientes imágenes podemos ver todo el ciclo vital de estos increíbles seres.
Acoplamiento de Onychogomphus uncatus.
Como nota curiosa están en el pelo de una mujer.
Puesta de huevos de Erythromma lindenii.
Tres imágenes de una Gomphus graslinii saliendo.
Les cuentas que son más antiguas que los dinosaurios, que surgieron hace más de 300 millones de años y que son verdaderos prodigios en vuelo; que vuelan en todas las direcciones, que pueden ir muy rápido y aguantar horas volando.
Les abres a un mundo que no tenían ni idea y, además, les inculcas que deben de respetarlas, que no nos van a hacer nada.
Esta apertura a este mundo me ha hecho conocerlo a mí un poco mas. Admiro a los que son capaces de diferenciarlas, a mí me parece tremendamente complicado. Hasta el momento de esta entrada he conseguido ver veintiuna especies diferentes. Especies fotografiadas e identificadas por Miguel Rodríguez, sin el que hubiera sido imposible (gracias Miguel).
Trithemis annulata (macho).
De entre ellas la primera que quiero destacar es la Trithemis annulata. Especie africana que pude ver en Villardeciervos y que resultó ser la segunda cita de esta especie para la provincia de Zamora.
Días después Miguel Rodríguez y Cristian Osorio acudieron hasta allí y constataron la reproducción de esta especie en ese lugar. Enhorabuena.
Trithemis annulata (hembra).
Gomphus graslinii.
Otra de las especies más importantes y que, personalmente más me gusta, es la Gomphus graslinii. Una auténtica preciosidad endémica de la península ibérica y Francia; pequeña joya que tenemos en nuestra provincia. Joya que se encuentra en la lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) catalogada como "casi amenazada". Es un endemismo europeo, exclusivo del sur de Francia y de la Península Ibérica. Según el trabajo realizado por Mónica Azpilicueta, Adolfo Cordero y Francisco J. Ocharan: “En la Península Ibérica había sido citado de Cea, Portugal (Mclachlan, 1880), y solo a partir de 1970 han comenzado a aparecer citas españolas. El esquema que se deduce de estas citas recientes, es que la especie se halla repartida por buena parte del país, especialmente en su mitad oeste. En efecto, ha sido observada en Andalucía (Cádiz, Córdoba y Jaén), Meseta Sur (Cáceres), Meseta Norte (Salamanca y Zamora), Galicia (Orense y Lugo) y cuenca del Ebro (Navarra)”
Dentro de la provincia de Zamora es aquí, en el entorno del Lago de Sanabria, el único punto en el que se puede localizar.
Gomphus graslinii comiéndose un caballito del diablo.
Especie que hemos podido ver cazar en la Playa de los Enanos. Cazar un caballito del diablo que capturó en vuelo para bajar y comérselo en el suelo, delante de nosotros, ante la perpleja mirada de los niños que no daban crédito y, algunos recordaban, el verano pasado, cuando pudimos ver la misma escena pero capturando y comiendo una mariposa nocturna o como una Onychogomphus uncatus cazaba hormigas y pequeños escarabajos al rececho. Se quedaba quieta y, cuando pasaban, los cogía rápidamente con una enorme habilidad. 
Gomphus graslinii comiéndose una mariposa nocturna.
Onychogomphus uncatus comiéndose una hormiga.
Veintiuna especies, cada una con su pequeña historia. Veintiuna maravillas que he podido encontrar sin ir a buscarlas, simplemente son las que hemos ido viendo por donde estábamos pasando. Ver. Es lo que muchos niños se han dado cuenta que no hacían; ¿por qué nadie les enseña a ver las maravillas que tenemos a nuestro alrededor?

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