lunes, 24 de noviembre de 2025

Pardillo sizerin alpino en Zamora ciudad.

El pasado 20 de noviembre, Alfonso Rodrigo (enhorabuena) descubrió un pardillo sizerin alpino en el río Duero a su paso por Zamora ciudad. Todo un pelotazo ya que supone la primera observación de esta especie en la provincia de Zamora.
He podido verlo y disfrutarlo en este lugar tan querido para mí, el río Duero a su paso por Zamora ciudad, un lugar emblemático y sorprendente que es un verdadero lujo tener en plena ciudad. Lugar en el que se han visto 217 especies de aves (ebird). Lugar que debemos cuidar, conocer y respetar. Lugar que atrae cada vez más a observadores de aves que buscan en sus orillas disfrutar con sus habitantes alados. Río Duero al que los zamoranos nos asomamos a pasear, hacer deporte, tomar algo, merendar o disfrutar de su fauna y flora.
Cuando llegué al punto el pequeño pajarillo no estaba, al poco tiempo apareció y comenzó a alimentarse en el abedul. Se movía como un verdadero equilibrista realizando posturas inverosímiles para poder llegar a coger su preciada comida.
El antiguo pardillo sizerín se divide en dos especies: el pardillo alpino y el pardillo norteño. El que se encuentra en el río zamorano es un pardillo sizerín alpino que se distribuye desde el noreste de Francia hasta Alemania, Dinamarca, sur de Noruega y suroeste de Suecia además de ciertas zonas del norte de Rumanía, Eslovaquia y parte de Polonia. Verlo en España es muy raro aunque en invierno algunos ejemplares se desplazan hasta Gran Bretaña y muy pocos hasta España.
El pequeño pardillo sizerin continuaba con su exhibición de movimientos y posturas inverosímiles mientras unos herrerillos buscaban alimento, dos colirrojos tizones se perseguían, un grupo de cormoranes volaba a ras de agua y un andarríos chico caminaba tranquilo picoteando aquí y allá entre la hierba y la hojarasca.
Este pardillo sizerin alpino es un ejemplar de primer invierno, es decir, ha nacido este año y está pasando su primer invierno tras una primera muda a finales de verano o principios del otoño. Es un ave preciosa con la frente roja, el pico amarillo y una pequeña máscara y babero negro.
El frío de la tarde se notaba en el ambiente y la oscuridad comenzaba a ir ganando terreno a la luz mientras el pequeño funambulista se alimentaba sin descanso en las finas ramas del abedul; en un par de ocasiones emitió un pequeño reclamo al viento zamorano que enfriaba el comienzo de la noche.

lunes, 10 de noviembre de 2025

El ciervo de Zamora (antes del parking).

Eran las tres menos diez de la tarde cuando iba por la zona del Sillón de la Reina (Zamora ciudad), de repente, miro a mi derecha y no podía creer lo que estaban viendo mis ojos: ¡¡un ciervo en el jardín!!
Ahí estaba caminando despacio, cansado, azuzando sin parar y la boca llena de espuma, su estrés era evidente; giró en el muro y se refugió contra la muralla, en el rincón, entre el muro de piedra de la casa y la vieja muralla. Ahí se sentía mínimamente seguro.
Llamo al 112, a la policía municipal y a medioambiente de la Junta de Castilla y León donde me dijeron que no podían hacer nada ya que dependía de la policía municipal. 
Ahí seguía. Pegado a la muralla donde se sentía relativamente protegido. Levantaba la cabeza expectante, todo era causa de estrés, nerviosismo y miedo. En su lado derecho se le veía una herida. Algunas personas lo vieron y estaban tan asombrados como el pobre animal en cuyos ojos se podía ver la desesperación, el desconcierto y el miedo en un entorno hostil y desconocido.
¡A donde van! Dos personas se quisieron acercar lo máximo posible para hacerle una foto con el móvil y, lógicamente, el ciervo no se iba a quedar ahí esperando; salió corriendo jardín hacia arriba, paralelo a la muralla, giró y se metió en el parking de San Martín. 
Llamé de nuevo para comunicar que se había metido en el parking. Al poco llegó un coche y una furgoneta de la policía municipal que se pusieron en la entrada para impedir que saliera de nuevo. A partir de ahí se revolucionó la ciudad y rápidamente comenzó el peregrinaje por redes sociales a una velocidad de vértigo, además de radio, televisión, internet…y muchos curiosos en la entrada del parking; más de cuatro horas después sacaban al ciervo los bomberos en un remolque después de sedarlo y curarlo los veterinarios para soltarlo en la naturaleza.
El ciervo había entrado desde el bosque de Valorio, recorriendo la calle hasta los jardines de la muralla donde me lo encontré.
En muchas ocasiones los animales se despistan, se pierden, hacen un alto en su viaje porque están heridos o se asustan y, van a sitios, a los que normalmente, no irían. Y no es porque haya superpoblación como se está diciendo desde determinadas asociaciones y agrupaciones, aprovechando que ha entrado en la ciudad este ciervo ya se pide la eliminación de ciervos, conejos y todo lo que que sea porque nos van a invadir.
Aparte de la historia de este ciervo hay otras curiosas historias parecidas a esta que me han pasado en Zamora ciudad hace algunos años como estas dos que viví en las calles de Zamora.
Eran las 12 de la noche. Paseaba con mi perra Nala en la ronda nocturna cuando, al cruzar la carretera y mirar para un lado, a lo lejos, vi un gran perro (o eso parecía a esa distancia) que venía por la carretera. Cuando llegábamos justo por la mitad, un ruido raro llamó mi atención. Miré y…¡un enorme jabalí venía a toda velocidad hacia nosotros! Nala lo miraba como diciendo ¿qué es esto? No me lo podía creer, un jabalí a unos 10 metros y directo hacia nosotros. La verdad es que el animal tenía más miedo que otra cosa y huía despavorido por la carretera. Nos vio y giró por la calle abajo, corrimos detrás de él hasta que lo perdimos. El pobre animal no sabía dónde meterse. Seguramente se despistó, entró en la ciudad y eso fue su final.
Subí a casa alucinado y llamé a la policía municipal esperando que me creyeran, mi sorpresa fue cuando el policía descolgó el teléfono y sin yo decir palabra me dijo: “Si. Un jabalí. ¿Dónde está?” Minutos más tarde se escucharon unos disparos en la calle. Lo habían abatido. Así acaban muchos de los animales salvajes que, por despiste o porque vengan huyendo, entran en la ciudad.
La siguiente historia también es sorprendente y triste. Me encontraba en el bosque de Valorio cuando, un amigo me llama y me dice: “Estoy corriendo por Valorio y acabo de ver un ciervo”. Un ciervo ¿En la ciudad? Me dirigí rápidamente hasta donde lo había visto pasar y, mi asombro y tristeza, a partes iguales, recorrieron mi cuerpo.
El pobre bareto había saltado un muro que por el otro lado tenía un desnivel de unos 8 metros, cayendo entre dos coches. Allí estaba. Tirado. Atolondrado. No tenía heridas visibles pero su aspecto no era muy bueno. Es muy triste ver a un animal de este porte allí, tirado. El pobre ciervo entró por Valorio (al día siguiente, los medios de comunicación, dijeron que vendría asustado de una batida, se despistó y entró) lo atravesó y, de repente, se encontró en la ciudad.
En seguida se arremolinaron los curiosos con las preguntas de rigor: “¿Qué es? ¿Qué ha pasado? ¿Ha caído desde ahí arriba?”. El ciervo no se movía ¿Tendría algo roto? Pasado un tiempo llegaron los veterinarios de la Junta, le lanzaron un dardo para dormirlo, lo cargaron en un camión y se lo llevaron al Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje de Villaralbo. Allí seguramente moriría ya que según informaron tenía un fuerte golpe en la cabeza.
Estas historias demuestran que los animales pueden despistarse y aparecer en la ciudad que, para ellos, es una verdadera ratonera de la que es muy difícil que puedan escapar.

sábado, 25 de octubre de 2025

Villafáfila: avefría sociable, chorlito dorado americano, chorlito carambolo, falaropo picogrueso, flamencos,...

La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila está completamente seca, solamente tiene agua en la Casa del Parque y la zona de la Balsa donde un barrizal lleno de comida atrae a limícolas y a diversas aves más. Aun así, varias especies muy especiales, por diferentes razones, están o han estado en su entorno en los últimos días: chorlito dorado americano (ya no está), avefría sociable, aguilucho papialbo (no se ha visto en los últimos días), flamenco, chorlito carambolo, correlimos de Temminck y falaropo picogrueso.
Magnífica fotografía de la avefría sociable hecha
 por Manuel Segura al que le agradezco
 enormemente sus fotografías para ilustrar esta entrada.
Es verdaderamente increíble la atracción de este enclave para las aves, aun estando seca. Más curioso todavía es la aparición de dos especies que distan aproximadamente 6.000 kilómetros de su lugar de origen hasta Villafáfila pero en sentido contrario: el chorlito dorado americano proveniente del ártico de Norteamérica y la avefría sociable procedente de zonas de Rusia y Kazajistán. Dos especies muy escasas en nuestras latitudes que han recorrido unas enormes distancias hasta llegar a nuestra tierra. Además los dos ejemplares son aves juveniles.
Chorlito dorado americano.
Esas aves no es común verlas en Zamora, por lo tanto su aparición es un momento único para poder disfrutarlas y, quién sabe, si verlas por única vez en la vida. Dentro de la aparición de estas aves podemos diferenciar dos grandes conceptos: divagancia y escasez.
Por un lado si nos referimos a aves divagantes serán aquellas que no deberían de estar aquí; son aves que por diversas razones llegan hasta nuestra tierra situada muy lejos de su zona habitual de distribución.
El segundo gran concepto es la escasez, es decir, aquellas aves que vemos muy de vez en cuando. Tienen una aparición que puede ser previsible porque la península ibérica es el límite de distribución de su migración anual o de su invernada habitual. Por ejemplo el correlimos de Temminck (descubierto por gary Losada el día 23) o el chorlito carambolo del que actualmente hay 2 ejemplares en Villafáfila que pude ver el pasado día 20 y que descubrió José Antonio García el día anterior sin que yo lo supiera.
Chorlitos carambolo.
El chorlito carambolo es una especie que vemos muy poco en la provincia de Zamora, proviene de la tundra Ártica (Escandinavia y Rusia) y migra hasta el continente africano (algunos pueden invernar en el sur de la Península Ibérica), es en una de las paradas de ese enorme viaje cuando lo podemos ver en nuestra tierra.
Chorlito carambolo.
Chorlito dorado americano.
El chorlito dorado americano y la avefría sociable son aves divagantes que han llegado hasta aquí por diferentes razones.
Una de las razones por las que pueden llegar es debida a que durante su migración anual se desvían por fenómenos meteorológicos (fundamentalmente temporales de viento), es lo que se conoce como deriva migratoria.
Suelen ser aves jóvenes e inexpertas que están migrando hacia sus cuarteles de invierno. Normalmente, las aves americanas que llegan hasta nuestra tierra, llegan por deriva como puede haberle sucedido a este chorlito dorado americano. Por el contrario las aves provenientes de Asia pueden llegar mediante una migración inversa.
Muchas aves aprenden su ruta de migración, sus padres se la enseñan y estas se la enseñarán a sus hijos como sucede con ánsares o grullas pero hay muchas aves que la ruta de migración la tienen de forma innata, es decir, saben hacia donde deben de migrar.
Normalmente las aves saben orientarse, saben dónde está el norte y el sur y saben en qué dirección deben de migrar pero a veces la dirección funciona mal y lo hacen en sentido contrario al que deberían de ir en realidad, es decir, se desorientan, saben la dirección pero no el sentido. Normalmente las aves siberianas que llegan a Europa lo hacen por migración inversa, desorientación. Un ejemplo es el mosquitero bilistado, el alcaudón norteño estepario o el chorlito dorado siberiano.
Pero, seguramente, la avefría sociable que se mueve por Villafáfila, ha llegado mediante asociación, es decir, aves que migran infiltradas entre otras que no son de su especie pero que se parecen como son las avefrías europeas.
Chorlito dorado americano.
El chorlito dorado americano lo descubrió Gary Losada el día 2-10-25 y estuvo hasta el día 11 que lo puede ver. Ave que se reproduce en las regiones árticas y subárticas de Norteamérica y migra hasta Sudamérica. 5º registro histórico para nuestra provincia (datos de Alfonso Rodrigo). Ave que pude ver entre el barro alimentándose junto a correlimos comunes, menudos y zarapitines mientras un buen grupo tarros blancos y 3 flamencos que parecen gigantes entre los diminutos limícolas.
Flamenco común.
Tres flamencos juveniles descubiertos por Víctor Conde que llevan varias semanas en el barrizal. Flamencos que cada vez es más común que lleguen hasta nosotros como la pareja que ha estado en las lagunas algo más de año y medio la temporada pasada.
Flamencos que mueven las patas constantemente en un baile frenético para remover el limo y con su pico alimentarse de los invertebrados que afloran entre el barro.
Avefría sociable.
Sin duda, la estrella del momento en Villafáfila, es una avefría sociable descubierta el pasado día 16 por Felipe Rosado; es la primera cita para la provincia de Zamora (datos de Alfonso Rodrigo). Ave que por fin pude ver el día 23. Ave muy escasa que proviene de la zona de Kazajistán y sur de Rusia que ha vivido momentos críticos, fundamentalmente en el S. XX cuando se convirtió su hábitat natural (la estepa) en tierras para producir cereal de tal manera que “en 2004 su situación era tan alarmante que BirdLife International elevó la clasificación de conservación de la especie a "En peligro crítico".
Se elaboraron estudios para ver cuáles eran las causas de su desaparición “los estudios no confirmaron los primeros temores de que los nidos estuvieran siendo excesivamente pisoteados por el ganado, ni que las aves jóvenes no alcanzaran la madurez. Parecía más bien que la supervivencia de los adultos era escasa y, al no haber nada que sugiriera una elevada mortalidad en las zonas de cría, tuvieron que ampliar el alcance de sus investigaciones para examinar las rutas de migración y las zonas de invernada”. (Para saber más pinchar aquí)
Hoy en día su situación ha mejorado ligeramente “las cifras siguen disminuyendo en algunos lugares en los que hay un seguimiento a largo plazo. Aunque se hayan tomado medidas para ayudar a las poblaciones reproductoras y proteger los lugares de parada, más allá de la ruta migratoria occidental la caza ilegal se ha convertido en la principal amenaza”. (Para saber más pinchar aquí)
Además el pasado día 22 Alfonso Rodrigo, Gonzalo Lage y Eloisa Moreno descubrieron un precioso falaropo picogrueso que pude ver al día siguiente.
Esta pequeña preciosidad se alimentaba sin descanso en una constante búsqueda de los insectos que iba encontrando en la superficie del agua. El falaropo picogrueso en España es un invernante muy escaso (solamente en zonas de la costa cantábrica, Galicia y costa atlántica de Andalucía) pero es un migrante regular en sus movimientos desde sus zonas de cría en la tundra ártica y su zona de invernada en las costas africanas. Este pequeño es la primera cita interior de la temporada.
Descansará y se alimentará hasta que considere que ha llegado la hora de reemprender su larga y peligrosa marcha hasta su zona de invernada.
Aves en una Villafáfila necesitada de agua urgentemente, esperemos que la lluvia de hoy mitigue un poco la sequedad absoluta de este maravilloso enclave. Aves que siguen viniendo fieles a un lugar emblemático que quizás debería de tener más ayudas o adaptarse a los momentos en los que nos encontramos, si no lo hacemos podríamos lamentarlo.

miércoles, 15 de octubre de 2025

"Junto al río": Primer premio "Relatos de historia y naturaleza Zamorana"

Es una gran satisfacción poder presentaros el relato corto con el que conseguí el Primer Premio en el concurso "Relatos de historia y naturaleza Zamorana" organizado desde RenaturaliZA (Ayuntamiento de Zamora). Relato que leí como cierre al Primer Encuentro de Ciudades en Renaturalización que se celebró en Zamora los días 9 y 10 de octubre.
El relato se titula: “Junto al río”. Relato muy personal con el que quiero rendir un pequeño homenaje al río Duero a su paso por Zamora ciudad y al Señor Manolo y la Señora Angelita, mis abuelos. Espero que os guste.

Junto al río

Los recuerdos se agolpan en mi mente cada vez que paso junto a su puerta. Puerta que sustituyó a la original, una puerta de madera vieja y curtida con su pequeña gatera que se agarraba a una llamativa y curiosa fachada de color rosa en la que se podía leer “Carpintería”. Carpintería junto al puente de piedra, junto a nuestro querido río Duero.
Ese viejo taller donde la madera cobraba vida se encontraba en la margen derecha del río donde mi abuela y mi madre lavaban la ropa en su orilla, se cogía una barca para pasear o se pescaba para comer.
Río de recuerdos. Río de vida. Río en el que los inquietos ruiseñores entonan su dulce melodía, una curiosa nutria asoma la cabeza intrigada mientras un andarríos recorre la vieja zuda, un mirlo avanza a pequeños saltos entre la hierba, una salamanquesa asoma entre las viejas piedras que una vez formaron parte de un antiguo convento o un precioso martinete observa atento la llegada de un grupo de gaviotas.
Río de historias. Río junto a ese viejo taller de carpintería donde un polifacético ebanista de hábiles manos creaba jamugas, arcones, sillas, mesas y secreteres de los que nacían angelitos, animales mitológicos, flores y formas. Taller que fue lugar de reunión en la Zamora de los duros años cincuenta y sesenta de futuros pintores, escultores, músicos, escritores o tallistas como Antonio Pedrero, Ramón Abrantes, Coomonte, Claudio Rodríguez, Julio Mostajo, Alito, Alberto de la Torre Cabero, Arturo, Miguel Pérez, Ricardo Flecha (padre), Alfonso Bartolomé, Jesús Hilario Tundidor, Castilviejo, Julio "el escayolista", Tomás Crespo o Miguel Berdión entre otros. Jóvenes que se acercaban a la vieja carpintería a hablar, componer y tocar música o a que mi abuelo les prestara una madera, un lienzo, un bastidor o unas pinturas. Eran jóvenes que buscaban un futuro que les sonrió y cuando se hicieron importantes seguían bajando; ahí es cuando los veía de niño y me sorprendía que gente tan ilustre entrara en el taller, entrara a una simple carpintería de los barrios bajos.
Han pasado los años y sigo bajando al río, a disfrutar de su encanto, de sus orillas, de sus árboles, de sus habitantes, a pasear, a hacer deporte o a enseñarle a mi pequeña cómo se llama ese pájaro negro que se mete en el agua, qué es ese extraño pez con bigotes que no debería de estar aquí, quién es el papá o la mamá de los patos o por qué una preciosa mariposa está inmóvil en el camino.
Río lleno de recuerdos de infancia y juventud. Río por el que camino mientras un avetorillo permanece inmóvil en el carrizo, un martín pescador observa atento la superficie del agua en la que se mueven alburnos, carpas o barbos, un pequeño pico menor rebusca entre la corteza de un viejo árbol o una garza se lanza en busca de su alimento.
Río vertebrador de la historia zamorana. Río de aguas color chocolate sobre las que un inmaculado charrán se lanza en picado, un galápago se calienta al sol, un escurridizo carricero eleva su canto por encima del carrizal o una gallineta pasa asustada bajo el desgastado puente de piedra. Puente junto al que existió una curiosa carpintería que fue cuna de artistas pero, sobre todo, de ilusiones y esperanzas con las que el Señor Manolo y la Señora Angelita criaron y amaron a sus hijos y nietos mientras observaban cómo las aguas del viejo río pasaban junto a su puerta.

domingo, 5 de octubre de 2025

El trote lobero.

Cabeza levantada, orejas tiesas y mirada fija en un punto de la sierra. Los grandes machos están en tiempo de berrea pero en este momento su atención no son las ciervas que hay cerca de donde se encuentran, algo pasa, su atención está fijada, su interés constante por una zona nos hace presuponer que su ancestral enemigo se encuentra cerca. Salen corriendo. No vemos al causante de su espantada pero está ahí. Seguro. Los ciervos desaparecen pero las hembras con crías se quedan.
Minutos más tarde un imponente lobo surge como un fantasma de entre las hierbas. Avanza buscando. Avanza entrando y saliendo del espeso brezal o del agostado helechal que salpican la pradera. Continúa. Prosigue su avance por la sierra. De vez en cuando para. Observa. Escucha. No pierde detalle de todo lo que sucede en su territorio. Una nueva cierva con su cría del año se ve sorprendida por su presencia. Esta vez lo han visto venir. Lo han evaluado y saben que hoy no es peligroso. Lo miran con la cabeza alta, orejas erguidas y músculos atentos. Se acerca. Pasa muy cerca de ellas. No se inmutan. El lobo las mira pero continúa su avance. No le interesan. Lo que necesitaba ya lo lleva en su barriga. Ha comido y es hora de que sus pequeños se alimenten. Prosigue su avance. Aparece y desaparece en el mar de brezos. Pasa por claros en los que me muestra toda su potencia y esplendor.
Tranquilo. Sigiloso. Al trote. Con un andar elegante y majestuoso que mi pequeña definió muy bien una de las primeras veces que los pudo observar: “Papá va como bailando”. Esa es la manera de moverse de un lobo; el trote lobero es la manera más común de desplazarse del lobo. Es la manera en la que se mueve por su territorio de una manera que le supone el menor gasto de energía, pudiendo recorrer, en una noche, más de 60 km.
Avance eficaz. Avance que es una mezcla entre andar y correr. Avance que les permite recorrer grandes distancias a una velocidad alta durante mucho tiempo, consumiendo la menor energía posible.
Continúa su avance. Va decidido. Aumenta la velocidad al atravesar la loma pelada donde está más expuesto; busca el refugio del pinar, la seguridad del pinar, lejos de las miradas indiscretas de algunos hombres que se fascinan al verlo, al disfrutarlo mientras otros sólo buscan su destrucción pero el lobo es un superviviente, un luchador que continúa hacia adelante en una vida llena de peligros.
Estas fotografías como tales, no valen nada de nada, pero, muchas veces, no hace falta que sean de una extraordinaria calidad para ser significativas y elocuentes de lo que quieren contar.
Muchas veces, la mayoría, los lobos se observan a enormes distancias como es este caso. En estas imágenes lo verdaderamente importante es lo que está sucediendo en ella, lo que se ve y no su calidad. Lo que uno ha sentido en ese momento. Lo que uno ha sido capaz de experimentar, que es muy difícil de transmitir, al saborear esos minutos de observación de un magnífico animal de nuestra fauna ibérica que nos sigue fascinando cada vez que lo podemos ver. Un animal que debemos conocer para poder respetar y valorar.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Algunas anillas vistas en Zamora y otras no vistas en los últimos meses.

En la provincia de Zamora se han conseguido detectar desde 2020, 73 especies de aves anilladas o con GPS, una gran cantidad de especies para una provincia de interior. Especies que nos cuentan su vida, sus desplazamientos, sus curiosidades, especies como las que voy a contar en esta entrada que se han visto entre el verano y este mes de septiembre.
Desde que tengo conocimiento no habíamos detectado ningún correlimos común anillado en nuestra provincia pero el pasado día 14 de septiembre Daniel García, Juan José González y David Martínez vieron un juvenil en el paraje de Valclemente (embalse de Ricobayo) y el día 15 lo pude ver en el mismo lugar, con anilla LHW proveniente de Ynyslas National Nature Reserve cerca de Aberystwyth (Gales) “estuario que cuenta con extensas áreas de marismas, bancos de arena y marismas de importancia internacional que proporcionan zonas de alimentación y descanso para las aves de humedales”.
Este joven correlimos común fue anillado el 26-8-2025 por el Mid Wales Ringing Group, donde “El anillamiento con anillas de colores forma parte de un proyecto cuyo objetivo es estudiar los orígenes, destinos y tasas de renovación de los correlimos comunes que utilizan este importante lugar de parada migratoria (designado por RAMSAR) en la costa oeste de Gales. En los últimos diez años, se han marcado con anillas de colores más de 8.500 correlimos comunes, y se han registrado numerosos avistamientos en Gran Bretaña e Irlanda, así como movimientos hacia o desde Groenlandia, Islandia, las Islas Feroe, Noruega, Suecia, Finlandia, Estonia, Dinamarca, Alemania, Polonia, los Países Bajos, Francia, Suiza, España, Portugal, Marruecos, las Islas Canarias, Mauritania, Senegal y Gambia.” (
Pero la sorpresa fue mayúscula cuando José Miguel San Román y Noelia Gómez vieron horas más tarde un segundo correlimos común en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila con anilla JUX anillado el mismo día y en el mismo lugar de Gales. En el mismo día 2 pequeños correlimos comunes anillados en el mismo lugar y día, la naturaleza es sorprendente y fascinante quizás por eso nos gusta tanto.
El pasado mes de agosto pude ver un grupo de 81 buitres leonados y negros en Tábara, plena Sierra de la Culebra zamorana, entre ellos un buitre leonado anillado con anilla 281, anillado con más de 4 años en Crémenes (León) el 29-8-2019, con lo cual tiene más de 10 años. Buitre que nunca había sido visto desde su anillamiento.
Un buitre negro portugués con Gps y anilla 4S pude observar en el Centro de Residuos Sólidos Urbanos de Zamora el pasado mes de junio. Buitre de cuarto año liberado en noviembre de 2024 en la parte portuguesa de las Arribes, después de ser recuperado durante varios meses en el centro de recuperación de PALOMBAR Conservação da Natureza - Monitorização de Biodiversida de Vimioso dentro del proyecto LIFE Aegypius Return.
En estos meses de verano se han podido ver varias espátulas anilladas pero 2 de ellas han permanecido varias semanas en el embalse de Ricobayo son: NFPU y Ua/BUR.
NFPU
es una espátula holandesa anillada el 7-6-2024 en Markiezaat, Spuitkop por Mark Hoekstein que han podido ver José Barrueso, Daniel García y Alfonso Rodrigo; siendo estas sus primeras observaciones desde su anillamiento.
Ua/BUR
es una espátula francesa anillada en Lac de Grand-Lieu (Loire Atlantique) (Francia) por Loïc Marion el 15-5-2025 vista por José Barrueso, Daniel García, Alfonso Rodrigo y Juan José González; siendo estas sus primeras observaciones desde su anillamiento.
En la provincia de Zamora las observaciones de cormorán grande con anilla no son muy frecuentes pero el pasado 28 de agosto Alfonso Rodrigo observó uno en Valclemente (embalse de Ricobayo) con anilla OGB-WB anillado el 14-5-2025 en Lac de Grand-Lieu (Loire Atlantique) (Francia) por Loïc Marion que pude ver día 1 de septiembre.
Tres viejas y fieles cigüeñas siguen viniendo hasta el Centro de Residuos Sólidos Urbanos de Zamora son Z026, FCH4 y 2316.
Z026 fue anillada el 19-5-2013 por Antonio Salazar en Casas Novas (Pígara-Guitiriz- Lugo). 12 años tiene esta cigüeña que desde 2017 es una fiel visitante de tierras zamoranas.
La siguiente cigüeña asidua del vertedero es FCH4 de 14 años, anillada por Pablo Santos en Bermillo de Sayago (Zamora) el 5-6-2011 que pasa todo el invierno en el vertedero zamorano desde hace 6 años.
Si 12 y 14 años parecen muchos no digamos los 26 años que tiene 2316 anillada en Coreses por Pablo Santos el 26-5-1999. Cigüeña que año tras año aparece en el vertedero zamorano con su anilla desgastada y borrada en parte.
¿Y las que no vemos pero pasan por nuestra tierra? ¿Cuántas aves pasan por nuestros campos y no las podemos detectar? Seguramente sean muchas más de las que nos imaginamos, aun así podemos detectar a algunas de ellas que portan Gps. Gps que da una valiosa información como los de los siguientes ejemplos (sacados de Animal Tracker).
Las dos primeras son dos agujas colinegras anilladas en Portugal y Holanda con unos viajes migratorios verdaderamente impresionantes en los cuales cruzan nuestra provincia. Viajes de 7.294 km y 11.816 km; miles de kilómetros llenos de peligros que realizan año tras año.
La siguiente viajera es una avefría con un viaje de 4.578 km.
El último ejemplo es el viaje de este cernícalo vulgar que pasa gran parte del año en nuestra provincia zamorana.
Aves que no vemos pero que han pasado por aquí. Aves viajeras. Aves que dejan constancia en sus Gps de lo increíble de su vida.
Estas han sido algunas de las aves detectadas por los magníficos pajareros zamoranos que las ven y me lo comunican. Doy las gracias a Alfonso Rodrigo, Daniel García y José Miguel San Román por las fotografías que ilustran esta entrada.

domingo, 17 de agosto de 2025

¡¡¡Segunda cita de charrán ártico en Zamora ciudad!!!

Si ver un charrán ártico en Zamora es muy, muy complicado que aparezca un segundo es algo totalmente inaudito y, si además, lo hace en el mismo sitio, río Duero a su paso por Zamora ciudad, es algo que jamás te lo podrías haber imaginado pero, la naturaleza es sorprendente y maravillosa.
Alfonso Rodrigo descubrió el pasado 12 de agosto de 2025 un charrán que David Santamaría identificó como charrán ártico (enhorabuena a los dos). Charrán que se une al primero descubierto por Luis Manso el 23-11-2023 e identificado por Alfonso Rodrigo, primera cita de esta ave en nuestra provincia y la segunda de Castilla y León (la primera cita es de Rafael Díez y César Díez el 30-9-2022 en el embalse del Ebro, Herbosa. (Burgos). Datos extraídos de "Aves raras y escasas de Castilla y León de 2022"); con lo cual este nuevo charrán ártico descubierto por Alfonso Rodrigo es la segunda cita para nuestra provincia y la tercera para Castilla y León. Ambos charranes inmaduros.
¿Y dónde ha aparecido? En el río Duero a su paso por Zamora ciudad donde se han visto 216 especies de aves (datos ebird) pero que resulta ser un punto caliente de observaciones de gaviotas (reidora, sombría, cabecinegra, gavión atlántico, cana, patiamarilla y de Audouin), charranes (común, charrancito y ártico), fumareles (común, cariblanco y aliblanco) y pagazas (piconegra). Un verdadero ramillete de maravillas, todas en el río Duero a su paso por Zamora, en la misma zona.
Lo vi posado en la zuda, descansando, azuzando por el calor. Ahí estaba, un ave que jamás pensé que se podría ver en Zamora pero ahí estaba este nuevo charrán ártico. Se levantó varias veces para posarse en otra zona de la zuda, incluso se puso a reclamar y a beber agua.
Charrán ártico que ha hecho escala en su largo viaje para descansar y coger fuerzas. Increíble viaje que realiza cada año desde sus lugares de reproducción en el Ártico hasta sus zonas de invernada en la Antártida. Un viaje de unos 70.000 km de ida y otros 70.000 km de vuelta; una verdadera proeza.
En 2010 Carsten Egevang, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca puso dispositivos Gps en 50 charranes para ver cuál era el recorrido que hacían en su migración anual. Sus conclusiones fueron las siguientes (fuente National Geographic publicado en 2018):
“Al final de la época de apareamiento, los charranes dejan Groenlandia e Islandia y se dirigen al suroeste para hacer una escala que no se conocía. Se encuentra en medio del Atlántico norte, donde las aguas septentrionales llenas de comida se encuentran con las corrientes meridionales, más cálidas, pero menos productivas. Los charranes pasan allí una media de 3 a 4 semanas entre agosto y septiembre, reuniendo fuerzas antes de poner rumbo sureste hacia África.
Todos siguen la misma trayectoria hasta llegar a las islas de Cabo Verde, frente a la costa noroccidental de África, donde se dividen en dos grupos. Un grupo sigue disfrutando de la costa africana, mientras que otro cruza el Atlántico y sigue la curva de Brasil.…Tardan una media de 93 días, aunque las aves más rápidas migran en solo 69 días”
Pero ¿por qué hacen este enorme viaje de polo norte a polo sur cada año de su vida? El mismo artículo nos señala tres posibles explicaciones: “Estudios previos han encontrado dos explicaciones: las latitudes más altas implican menos parásitos y, cuantas más horas de luz diurna, más tiempo tienen las aves para atrapar el alimento que tanto necesitan”.
Es decir, tanto en el Ártico como en la Antártida las horas de luz son muchas al día lo que le permite alimentarse durante casi las 24 horas.
“Pero las aves podrían disfrutar de esos mismos beneficios haciendo escala en una zona subártica más al sur, reduciendo en gran medida sus viajes y apareándose en climas más indulgentes.
Laura MicKinnon, de la Universidad de Quebec, tiene una tercera respuesta que podría explicar este viaje final hacia el norte: es más seguro. McKinnon estudió la influencia de los depredadores en un estudio pancontinental.”
“Descubrió que aparearse a un grado más de latitud reduce las probabilidades de que te devoren. En el experimento, 29 grados separaban los lugares de apareamiento más al norte y más al sur, lo que se traduce en un riesgo un 65 por ciento inferior de caer en las fauces de los depredadores.”
En el viaje de vuelta tardan …“una media de 40 días en llegar a casa. Evitan sus rutas costeras en favor de un vuelo más recto sobre aguas profundas. Trazan una S a través de la atmósfera en dirección a la punta suroccidental de África, cruzan el Atlántico y regresan por la misma ruta de paso en el Atlántico norte que visitaron en su viaje hacia el sur. Finalmente, llegan a su hogar del Ártico en mayo, exhaustos y listos para aparearse.”
Un verdadero privilegio el poder disfrutar de esta especie al lado de casa, en tu ciudad, en tu querido río Duero que recorres y disfrutas desde muy pequeño cuando tus abuelos vivían en su orilla.