miércoles, 7 de septiembre de 2011

Reunión de Cigüeñas Negras.

Era difícil de imaginar pero fue cierto. La semana pasada hicimos una ruta por una zona situada entre Zamora y Salamanca en busca de un solitario lugar en el cual, el año pasado, se había visto una concentración de 22 cigüeñas negras. Ese era nuestro objetivo.
La cigüeña negra es un ave extremadamente esquiva, difícil de ver y en peligro; llega a nuestras tierras en Febrero o Marzo con la pareja de toda la vida, y ponen, sobre el mes de Abril,  4 ó 5 huevos en un nido grande (suele ser el de años anteriores) situado a buena altura, ya sea en un roquedo o en un árbol.
Ver a esta esquiva ave, un poco más pequeña que la conocida cigüeña blanca, era nuestro deseo. A las siete y media de la mañana nos pusimos en marcha. Tras una ruta en la que pudimos ver una gran variedad de fauna (zorros, jabalís, ciervos, somormujos, cormoranes, águila calzada, grullas,...)  llegamos hasta el lugar donde las habían visto el año pasado. No estaban. Lo cual no nos desanimó y continuamos ribera arriba.
La cigüeña negra emigrará hacia África en los próximos días, con lo cual seguramente se estaban concentrando y alimentando para así coger fuerzas de cara al largo viaje. Levantamos la vista y vimos pasar 4 cigüeñas. Las seguimos en su majestuoso vuelo mientras iban bajando. Nos acercamos. Cogimos los prismáticos y nuestra sorpresa fue enorme. En esa pequeña ribera había una gran cantidad de cigüeñas negras, ¿cuántas había?
Hasta ese momento había visto como mucho 4 cigüeñas negras juntas, pero allí había más de 30. Se movían tranquilamente comiendo peces o las ranas que pudieran encontrar.
Tras observarlas a demasiada distancia decidimos acercarnos dando un pequeño rodeo para intentar verlas más de cerca, a sabiendas del riesgo de que levantaran el vuelo, ya que son tremendamente desconfiadas.
Nos acercamos y quedamos perplejos. Había más de 50 cigüeñas negras. Algo difícil de imaginar pero allí estaban, en un pequeño río. Los árboles impedían hacer fotografías de todas las aves juntas, con lo cual nos acercamos aún más y, lógicamente, alzaron el vuelo. Lo hicieron en varios bandos. En uno contamos 38, en otro 23, el resto fueron imposibles de contar ya que volaron hacía una zona en la que las perdimos de vista. Nunca imaginamos ver tal cantidad de cigüeñas negras, algo impensable pero que fue cierto.

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