lunes, 5 de diciembre de 2011

Villafáfila. Un buen día de sol.

El día era completamente diferente al de la vez anterior que había estado en las lagunas. El sol resplandecía y la visibilidad era muy buena. Un día perfecto para ver qué podía encontrar.
Al llegar me dirigí a la laguna de San Pedro, junto a Villarrín. Había un nutrido grupo de cercetas comunes que descansaban tranquilamente observadas por los azulones que iban y venían sin parar. Algunos gansos se movían por los bordes de la laguna con su andar torpe pero decidido. Estos días son los protagonistas, los actores principales de la película. Un guarda me comentó que, actualmente, había cerca de 30.000 y todavía podrían llegar más.
Cercetas comunes descansando en la laguna.
Según iba hasta Otero de Sariegos se podían ver bandos enormes de gansos a ambos lados de la carretera, pastando unos y levantando el vuelo otros. El ansar común es el mayor de todos los gansos europeos y se quedará en la reserva hasta finales de Febrero para volver a sus cuarteles de cría en los países nórdicos (Noruega, Suecia y Dinamarca). Es, a partir de 1970, cuando comienzan a quedarse invernando regularmente en las lagunas de Villafáfila.
Tras el cruce hacia Otero se podían observar, a ambos lados de la carretera, avefrías, cernícalos comunes, aguiluchos laguneros, estorninos negros y pintos, milanos y, por supuesto, palomas. Me situé junto al observatorio para ver la Laguna Grande. Había un buen grupo de tarros blancos y ánades rabudos, dos avocetas, cientos de azulones y un considerable número de cucharas, silbones y ánades frisos. Me dispuse a marchar cuando, al girarme para el coche, divisé la característica figura de un mochuelo encima de un palomar derruido. Monté de nuevo el telescopio y  estuve contemplando cómo el mochuelo miraba expectante a varios conejos que correteaban por las ruinas del palomar.
Miles de gansos yendo hacia la Salina Grande.
De repente, un estruendoso ruido se fue acercando desde detrás del palomar y miles de gansos aparecieron volando. Venían a la Salina Grande. Chillaban y graznaban como si fuesen hablando entre ellos, parecía que se comunicaban.
Es sabida la sociabilidad de los gansos. Una vez leí algo sobre este tema que me llamó mucho la atención; lo he buscado, me ha costado, pero lo encontré en una página llamada: www.pajaricos.es. Se refería a un hecho sucedido en Las Marismas del Guadalquivir en 1931, donde fueron abatidos 6 gansos de un solo disparo (vaya puntería), cinco de los cuales estaban anillados, en Dinamarca, y cuatro tenían números correlativos.
El científico F. Bernis estaba realizando un estudio de la migración de los gansos en 1961 y hablando con un guarda le contó lo sucedido, a lo cual Bernis escribió: “Esto es una prueba más de la peculiar sociabilidad de los ánsares. Es sabido que estas aves, macho y hembra tienden a mantener su emparejamiento durante toda la vida, produciéndose, además, una notable cohesión familiar, a causa de la cual las familias de gansos perduran incluso durante el transcurso de las largas migraciones y en el cuartel de invierno, como probablemente fue aquí el caso, pues antaño todos estos ánsares eran anillados como polladas”.
Parte del enorme grupo de gansos aterrizando en la laguna.
Los miles de gansos fueron aterrizando en la Salina Grande entre las miradas indiferentes de los demás habitantes de la laguna que seguían a sus quehaceres cotidianos. Tal cantidad de gansos podía traer sorpresas y comencé a buscar para ver si había algo especial entre ellos. Y lo había. Un ganso careto y dos campestres venían en el grupo; quizás hubiera más pero no los encontré.

Tras un buen rato de observación me dirigí hasta la Laguna de Barillos, donde había prácticamente las mismas especies más un buen grupo de correlimos comunes. Por el camino pude ver varios grupos de avutardas y algunas grullas en pequeñas bandadas Más tarde, en el Centro de interpretaión,  me dijo el guarda que todavía quedaban unas 1.000 grullas. Terminé la mañana en este Centro, donde intenté localizar a un ansar indio que se había visto por allí. Ese día no estaba, quizás habrá más suerte en otro momento.

3 comentarios:

  1. Hola! Esta vez tuviste suerte.
    Yo he ido hoy, con miedo por tu pasada entrada, pero al final el día a sido muy bueno.
    Y bueno, ya subiré una entrada, pero hoy si se ha visto muy bien al Ansar indio y a unos cuantos caretos y demás.
    Un saludo! Pablo.

    ResponderEliminar
  2. Y dale con los pájaros...!!!

    Millán

    ResponderEliminar
  3. ¡Te encontré!! A ver si me dices tu nombre para dirijirme a ti. Acabo de revisar tu blog entero, con gran satisfacción, por cierto. Así que además de ser paisanos y gustarnos la naturaleza, los dos tenemos hembras de perro de agua español... ¡No me digas que no son casualidades! Desde este momento, te seguiré en tu espacio. No lo dijes que cuentas cosas muy intereantes, bastante más que las mias... Una última cosa, necesito saber la fecha exacta de la observación de los dos campestres y el careto...

    ResponderEliminar