Por segundo año consecutivo estoy disfrutando de un grupo de
picogordos que se han instalado muy cerca de mi casa, en los jardines de
Trascastillo, en Zamora ciudad. Siempre que salgo a pasear por el río o el
bosque de Valorio una visita obligada son estos jardines en los que este
curioso pájaro de cabeza voluminosa, pico grande y fuerte, cuello ancho y
cuerpo grueso con alas relativamente cortas se mueve cautelosamente de un árbol
a otro o al suelo en busca de comida.
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Macho de picogordo que levanta ligeramente las plumas de la cabeza en señal de alerta o nerviosismo. |
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Observar que tiene el pico manchado y "algo" en su cara de lo que ha comido. |
Es un pájaro hermoso, elegante y parece el cachas de los
pájaros de los jardines por su apariencia. Este grupo que seguramente sea el
mismo grupo familiar del año pasado se alimenta fundamentalmente de los frutos
y bayas de los tejos y almendros de la zona. Son desconfiados y cautelosos,
ante cualquier movimiento extraño se ocultan rápidamente en los abetos de la
zona y nunca bajan todos al suelo a la vez. Lo hacen, normalmente, solos o en
parejas, el resto permanece en una rama vigilando; cuando suben unos, bajan los
otros.
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Macho iniciando el vuelo. |
Ni este año ni el anterior he visto en el grupo ningún
picogordo joven; son todos adultos, tanto machos como hembras. Los jóvenes
tienen un aspecto desaliñado como el de esta imagen tomada por mi amigo, gran
fotógrafo y amante de la naturaleza Fernando García de un joven de picogordo bebiendo agua.
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Picogordo joven. |
Si algo destaca en el picogordo es su pico. Pico que cambia de
color en los machos a azul metálico en primavera. Pico poderoso, fuerte, ancho
y grande que utiliza como una herramienta para abrir semillas e incluso titos.
Pico sustentado en una potente musculatura que
"en función de una
alimentación basado en semillas duras, ha desarrollado una extraordinaria
musculatura en el cráneo para el movimiento de las mandíbulas. Dos unidades de
músculos actúan a la vez: una desde encima y detrás del cráneo y la otra
alrededor de la región orbital. Esta gran masa muscular es la que ocasiona el
considerable tamaño de la cabeza del pájaro. Los huesos de las cerezas y
aceitunas son partidos con relativa facilidad. La rotura de aquellos, aun
haciéndolo por la sutura de las dos cáscaras, supone la aplicación de un
esfuerzo equivalente a una carga de 30-47,5 Kg. Los huesos de las aceitunas necesitan
un esfuerzo mucho mayor. En las pruebas realizadas, no menos de 53-80 kg.
de carga serían necesarios. Estas sorprendentes cifras deberían ser
consideradas en relación con peso del pájaro vivo, que da un promedio de 55 gr
(Mountfort, 1957)" (fuente pajaricos.com).
Seguramente este grupo permanecerá en esta zona durante el
invierno, mientras encuentren comida, como lo hizo el año pasado. Cuando el
alimento escasee, se irán a otra zona en la que encuentren alimento y nadie les
moleste pero espero que sigan viniendo cada invierno a alegrar con un toque de
color, elegancia y espectacularidad este jardín de la ciudad.
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